La necesidad de políticos modernos
«Los tiempos y las condiciones
cambian tan rápidamente,
debemos mantener nuestros objetivos
siempre enfrentando el futuro «
Walt Disney.
«La nostalgia es buena, pero la esperanza es mejor» solía repetir el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Mensaje que deberían adoptar la mayoría de los políticos, no pueden darse el lujo de anclarse en el pasado sin ver el presente aislándose de lo nuevo que es lo que nos transporta al futuro.
Si la democracia es el gobierno del pueblo, es un axioma que está al inicio del preámbulo de la Constitución Argentina: “Nos los representantes…” el pueblo gobierna y delega en ellos la facultad de gobernar. Tendría que quedar claro y más que claro que tanto el
presidente de la República como hasta el último concejal de la ciudad más humilde del país es mandatario y no dueño del cargo que ocupa. La historia argentina está llena de desaguisados políticos, hasta 1983, con las Fuerzas Armadas a la cabeza.
Aunque muchas veces el resultado del voto popular, el método técnico para elegirlos que indica la Constitución, haya llevado a la insatisfacción de los argentinos, no se debe olvidar que la democracia aún con sus imperfecciones es el sistema que más ha defendido la igualdad del hombre y defensa de sus derechos. No se debe confundir el sistema democrático con quienes nos gobiernan. Es oportuno recordar que en ese mar de frustraciones el radicalismo gobernó en el período 1983/1989, el peronismo 1989/99, la UCR 1999/2001, el justicialismo 2001 al 2015, el PRO de 2015/2019 y de ahí hasta la fecha el peronismo.
Háganse cargo
No necesita demasiadas explicaciones. El balance da como resultado los sueños no concretados, las pasiones no correspondidas, el voto avergonzante, que nos lleva al estado de ánimo actual. Descenso de la credibilidad en la política, enojo de muchos sectores, partidos políticos debilitados, alianzas que no perduran, movimientos que se alejan de su esencia y exóticos «outsiders» sobre el horizonte, en este revuelto gramajo de la política nacional nuestro distrito no escapa al contexto generalizado, se piense como se piense ideológicamente, la modernización de la política conlleva a proyectar una mejor calidad de vida. Popular son aquellos gobernantes que privilegian la gestión, los que terminan su ciclo en una ciudad abriendo paso a iniciativas privadas, seduciendo inversores con reglas de juego claras, armonizando capital y trabajo. A estos la historia ciudadana les brinda siempre su reconocimiento.
Se sigue confundiendo «populismo» con popular, parece ídem pero tiene enorme diferencia, el «populismo» es una versión demagógica que atrasa a cualquier sociedad, reniega de cambios, no acompaña si una coma o punto no es idéntico al relato. Basta haber escuchado o leído el discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández, el viernes pasado, antes sus acólitos de la Unión Obrera Metalúrgica. Relato mata verdad.
Modernos políticos dispuestos
a los cambios en Necochea
Modernos políticos son aquellos alejados de las eternas discusiones que suelen terminar en lo mismo, algo que vivimos en Necochea y solamente basta darnos cuenta al recorrer el archivo de Ecos Diarios donde en soledad y penumbra guarda antiguos comentarios, tapas y títulos reiterativos sobre gestiones municipales, como inmóviles caballitos de madera de una calesita que es acompañada por una música monocorde de los años 50.
Ha llegado el tiempo de las decisiones irrevocables sin discutir derecha o izquierda, liberales, socialistas o conservadores la ciudad necesita orden y seguridad. En esta misma columna se dijo el domingo pasado se vive con miedo.
Podemos decir que modernos políticos son aquellos que terminar con antiguas expresiones inentendible para las nuevas generaciones y una pérdida de tiempo disputando una historia perimida frente a un espejo que pretenden les devuelva la imagen de tiempos pasados que ya fueron y no volverán. Que el Estado se desprenda de lo que no le compete y deje al privado en su reemplazo, esto es modernismo.
Abreviemos y vayamos a la realidad de Necochea. Para empezar a ser un político moderno se debería conocer la historia de la ciudad para no repetir relatos tendenciosos no ajustados a la verdad; conocer otros distritos, visitarlos y capitalizar lo positivo de éstos. Dejar de dar vueltas en esa calesita que mencionábamos. Mirar al futuro y por citar solo un ejemplo, diseñar un auténtico y potencial parque industrial, abrir las puertas a aquellos que quieran desembarcar en el distrito, desburocratizar todas las áreas del Municipio, bajar impuestos como lo vienen haciendo otros intendentes de la Provincia de Buenos Aires. No puede ser que un empresario arribe para desarrollar un proyecto y deba dar vueltas por el municipio de oficina a oficina, hay que proporcionarle con agilidad todas las posibilidades para que termine invirtiendo, simplemente allanar sus caminos.
Se nos puede calificar de reiterativos pero no vamos a cejar en nuestra prédica ¿qué ocurre que se ha enfriado un tema tan fundamental para el futuro de la ciudad como es la apertura del frente costero? el lugar para la extensión y el desarrollo, hacía el oeste. ¿falta voluntad política y la oposición permanece impávida mientras se discuten temas menores y el Concejo Deliberante solo atina a cambió de lugar de reunión, el jueves pasado, como un hecho significativo para no resolver nada. Impulso del «no» permanente que suele pulular y lo peor, algunos políticos, en el nombre de la defensa del medioambiente, sin tener la menor idea de nada.
En la hora actual hay una necesidad imperante de cambio. Necochea está detenida en el tiempo solamente con una recorrida por la Villa Díaz Vélez es fácil de comprobar esta apreciación. Hay un año por delante, sin descartar la posible reelección, para que el actual gobierno vaya a las cosas a fondo; achicar la planta política, dinamizar totalmente las áreas con mejor operatividad, seguir abriendo a todos los sectores de la sociedad lugares en el Departamento Ejecutivo; tercerizar servicios que se pueden brindar mejor que desde el Estado.
Suma prudencia con un pueblo castigado por una inflación indomable que demuele el salario de los trabajadores y castiga sin piedad al mediano y pequeño empresario. Cordura al considerar posibles aumentos de tasas. Seguir elevando la recaudación con rigurosidad en el cobro a morosos que, pudiendo no abonan; prever la suficiente cantidad de agua para la demanda que el verano requiere, que ya se nos viene encima y será, según comentarios, una excelente temporada en toda la costa atlántica.
Necesitamos un Concejo Deliberante que no diga todo «si» con mano levantada dos veces por las dudas, pero tampoco el «no» repetido automáticamente, sin argumentos. El legislativo debe ser ágil, contralor del Ejecutivo no colocándole un cepo si tiene mayoría para imponerle y tampoco el oficialismo proyectar lo propio sin consulta o acuerdos con las minorías.
Los líderes históricos de cada sector político lo fueron precisamente porque supieron fundamentalmente innovar, crear nuevos caminos; el mejor homenaje a todos ellos tener la capacidad para abordar lo nuevo y no quedarse repitiendo lo antiguo, algo que se siguen pasando a la mayoría de nuestros políticos, salvo excepciones, esas excepciones serán los actores de los tiempos que vienen en cada lugar del país, por supuesto y, Necochea no escapa a este concepto.///