La sana envidia por lo que otros hacen
«Mejor que decir
es hacer» Juan D. Perón.
La envidia es unos de los “siete pecados capitales”. Es un sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles.
Sin embargo, el acervo popular habla también de una “sana envidia”, definición que usaremos para no ser tan duros en estas líneas, es decir como una mentira piadosa. Podemos también, en este caso, que es un sentimiento mezclado entre tristeza y frustración por lo que los otros hacen y lo hacen bien y nosotros teniendo también un capital precioso no lo sabemos aprovechar.
Vayamos a algunos ejemplos de “sana envidia”: en el partido de la Costa, a 11 kilómetros de Pinamar, se están terminando de construir en plena costanera, 700 casas que ocupan a una gran cantidad de trabajadores de la región, materiales y maquinaria diversa, todo llevado a cabo a un ritmo frenético sin desperdiciar días. Avanzando con la decisión política del oficialismo y la oposición con el acompañamiento de todo la sociedad. Prácticamente una gran parte de esta obra estará finalizada para la temporada y puesta en alquiler, con las plazas ya ocupadas atento a los diversos pedidos y contratos firmados.
Muy cerca de allí en Costa Esmeralda, 18 barrios erigidos con más de mil quinientas propiedades; además 70 parcelas abiertas de 1.200 metros cuadrados cuyos valores parten de los 80.000 dólares y así podríamos seguir con los crecimientos de Cariló, Mar de las Pampas, Villa Gesell y en todo el litoral marítimo desde San Clemente del Tuyú, hasta Las Grutas, en la provincia de Río Negro.
Si algo nos impresionó en un reciente viaje a Brasil, fue en el estado de Santa Catarina, que incluye balnearios tradicionales como Camboriu y Florianopolis por citar solo los más conocidos y visitados, fue Bombinhas, que tiene cuatro kilómetros de extensión de playas de blanca arena y están colmados de hoteles, departamentos en alquiler, lugares gastronómicos, todo a metros del mar. ¿Cómo avanzaron con todo eso? es una respuesta simple y natural con obras.
Motivando el turismo todo el año y donde nadie deja de proteger el medio ambiente ni produce avasallamiento o autoritarismo; los que dudan terminan entendiendo y los que gobiernan no andan con vueltas y los circunstanciales no oficialistas ni se atreven a ir en contra de la sociedad paralizando sus proyectos. Hay que reconocer, en honor a la verdad, que en Brasil el clima acompaña todo el año.
En otro orden, señalemos que solamente en Montevideo en los últimos 12 meses capitales argentinos han invertido unos 2.000 millones de dólares en el rubro inmobiliario.
No tenemos por qué irnos tan lejos, ni pretender competir nada menos con la capital uruguaya, a pocos kilómetros de Necochea, en el balneario San Cayetano acaban de abrir en medio del bosque lugares para un moderno solar con la construcción de una enorme pileta de natación de 900 metros cuadrados, espacios para gastronomía y otras atracciones que avanzarán cuando se complete todo el plan de obras del ambicioso proyecto.
Se vendieron; repetimos se vendieron lotes a privados, no se habló de concesiones y el municipio recaudó 28 millones de pesos los cuales se invirtieron totalmente, más otra suma, para estas construcciones. Una sabia decisión de la administración municipal de San Cayetano con apoyo de otros sectores políticos y de la sociedad en su conjunto; sin trabas ni disputas inútiles lo que afianzó los emprendimientos de cara a la costa. Conclusión: el turismo de verano viene aumentando significativamente en los últimos años lo cual obliga a nuevas realizaciones y mejoramiento en los servicios, estando ya preparados para el corto, mediano y largo plazo.
Con lo descripto solo pretendemos que se despierte de esa siesta de años que tiene a Necochea adormecida como una marmota, mientras otras localidades están bien despiertas y nos han pasado por arriba, en tanto aquí solo se ha acomodado una frazada corta.
Desarrollar el frente costero o seguir descendiendo
Podemos parecer repetitivos en nuestros conceptos o comentarios, esto tiene una razón muy simple y comprensible intentamos continuar la ruta trazada hace más de 70 años que fue desarrollar el frente costero. Por aquí pasa el futuro de la ciudad, más aún, el futuro del distrito si se logra salir de las ocho cuadras que exhibimos con 1.600 humildes metros edificados, cuando nos aguardan kilómetros para abrir y comenzar una etapa de desarrollo y progreso.Todo un indicador de seducción para el capital privado.
Tentar con lo nuestro porque está todo por hacer. Para esto se necesita decisión política, ideas claras, dejar de dar vueltas siempre en el mismo lugar para llegar al punto de inicio, no hay tiempo de espera, ha llegado la hora de hacer.
Salir de las ocho cuadras, donde ni siquiera hay un hotel frente al mar y sólo sumamos ladrillos vetustos y desprolijas edificaciones producto de tiempos perimidos que obstruyen la visión dificultando al ser humano el placer que por naturaleza le impone y queda extasiado cuando llega a ver el mar.
Para que nadie se cubra con la clásica frase «tenemos que sortear muchas cosas, necesitamos una ley etc.» A la hora de la apertura del frente costero, existe un marco legal para un reordenamiento territorial donde no hay impedimento para avanzar en la nueva Necochea que necesitamos y que se torna impostergable concretarla. Ya fueron aprobadas ordenanzas municipales 2005/81 y sus modificatorias 2358/91 y 7108/10, donde se establece que se está en condiciones de abrir a las inversiones y servicios en el mismísimo ocioso e inútil predio curiosamente llamado “Jardín” de Rocas. Allí paralizado en avenida 2 y Pinolandia ese páramo que parece mirarnos atónito como diciendo que manera de desperdiciar este lugar estratégico frente al mar, algo que en cualquier parte del mundo haría años que estaría urbanizado.
La historia oculta
Hemos narrado en esta columna de Ecos Diarios, los días domingos, una historia que refleja el sentido de ser de una ciudad balnearia que pretende por supuesto ser turística.
Se publicó en su momento, 8 de diciembre de 2019, en la sección Nuestra Historia una crónica que ilustraba absolutamente lo que venimos narrando. Los hechos cumplían en ese momento 80 años y aportaban una indiscutible realidad histórica que se quiere intencionalmente ocultar o distorsionar. En 1939 Mathilde Alvarez de Toledo de Díaz Vélez solicitaba la división de tierras de su propiedad para extender el frente costero; fue una enorme posibilidad frustrada la cual aún queda en los archivos como una marca del permanente palo en la rueda y, años después conllevó al posterior reclamo que realizó la viuda de Díaz Vélez al no haberse cumplido con el plan de urbanización que terminó en la expropiación de sus campos en 1945.
Esta historia tiene 83 años. La historia suele ser repetitiva porque aún están las dos veredas: la del progreso y la conservadora, que diríamos «progres» disfrazados de cuida bosques o capataces. Si hace 80 años, o en la década del 50 con el primer gobierno peronista se hubiese llevado a cabo el plan previsto por el Gobierno provincial para ampliar el ejido urbano sobre las tierras de Díaz Vélez, intento también impulsado en los sesenta, sin ninguna duda con la propuesta de apertura del frente costero hoy Necochea sería otra.
Discusiones banales
Se ha perdido demasiado tiempo inútilmente discutiendo cuánto cobrar para bajar a la playa, por dónde hacerlo, a cuántos metros de la lengua de agua estacionar con vehículos en la playa, si se habilita o no la venta de choripanes y agua caliente para el mate, si se coloca o no un tinglado para ampliar la parrilla entre otras banalidades, si amigo lector, nos perdimos de ser el segundo balneario de la costa atlántica luego de Mar del Plata, habiendo sido superados por otros que hace menos de 50 años eran solo un arenal que han aparecido y proliferado en toda la costa atlántica.
Ha faltado en Necochea decisión y coraje en los sucesivos gobiernos municipales, nadie puede sacarse el sayo de esta triste realidad.///