La última visita de Boca
Hace 25 años y seguido por una multitud a cada paso, el plantel de fútbol profesional que dirigía Carlos Bilardo realizaba entrenamientos en nuestra ciudad
Adrian Stolarczuk
Redacción
Fueron cuatro días locos, como cantaba Alberto Castillo. Hace 25 años, el plantel profesional de fútbol de Boca Juniors, plagado de figuras y con Carlos Salvador Bilardo como director técnico realizaba una fugaz visita a la ciudad concretando una serie de entrenamientos de pretemporada, en medio de un receso del recién comenzando Torneo Apertura 1996. Ya sea esperando en las puertas del hotel de la Villa Díaz Vélez donde se hospedaron o en las tribunas del estadio Panamericano donde realizó sus prácticas abiertas, fueron seguidos por una multitud a cada paso, revolucionando la ciudad en pleno invierno. Curiosamente sería la última vez que un plantel profesional de Boca realizó trabajos de pretemporada en Necochea.
La delegación de 23 futbolistas arribó puntualmente a las 21.30, como se había anunciado, el lunes 26 de agosto y fueron recibidos por cerca de 400 personas enfervorizadas, que sobrepasaron los controles policiales y generaron caos en las inmediaciones del Hotel Horizonte, en calle 85 entre 8 y 10. El grupo llegó procedente de Mar del Plata, “buscando tranquilidad” como había mencionado Bilardo días antes, aunque esas primeras horas distaron mucho de lo previsto, poniendo nerviosos a los visitantes.
Caos y control
Con esfuerzo entre la muchedumbre y hasta con el propio intendente Julio Municoy formando parte del cordón humano para resguardar a los integrantes del plantel, el primero en bajar del micro fue el ayudante de campo José Luis Brown, escoltado por Bilardo, que no pudo disimular cierto fastidio entre tantos abrazos efusivos y poco espacio para circular. De los jugadores, el primero en animarse a bajar fue Silvio Carrario. Todos fueron saludados por cánticos y aplausos. Los que se llevaron las mayores ovaciones fueron Diego Latorre, Carlos Navarro Montoya y Bilardo, mientras que fueron tibias las reacciones para los exriverplatenses Gabriel Cedrés y Julio Toresani.
Boca venía de terminar quinto en el Torneo Clausura 1996, con Diego Maradona y el arquero necochense Marcelo Yorno en el plantel. Ninguno de los dos estaba en ese grupo en Necochea ni siguió en el club para el Apertura 1996 que había comenzado el domingo, con el “xeneize” derrotando 3-2 a Estudiantes en La Plata. Hacía cuatro años que no salía campeón y desde entonces le había costado pelear un título, pero la pasión boquense claramente está por encima de los resultados.
La lista de jugadores que realizaron entrenamientos en Necochea la completaron Sandro Guzmán, Nelson Vivas, Néstor Lorenzo, Christian Dollberg, Diego Cagna, Raúl Peralta, José Basualdo, Roberto Pompei, Sebastián Rambert, Sergio Martínez, Aníbal Matellán, Sergio Diduch, Walter Del Río, Rubén Cantero, Fernando Casartelli, Edgardo Perna, Pablo Trobbiani y Cristian Rodríguez. No vinieron a nuestra ciudad los integrantes de la selección nacional Néstor Fabbri, Fernando Cáceres y Cristian González, quienes se encontraban afrontando las Eliminatorias para el Mundial de Francia 1998. En tanto que Fabián Carrizo, Alphonse Tchami, Luis Medero y Oscar Larroque no integraron el grupo, pues se desvincularían en breve de la entidad.
El cuerpo técnico encabezado por Bilardo, contaba con los ayudantes de campo José Luis Brown y Nery Pumpido (que llegó al día siguiente), los profesores Jorge Raffeto, Elvio Paolorroso, el doctor Homero De Agostino, el kinesiólogo Juan Mastroianni y el utilero «Tito» Benros
Primera práctica
Al día siguiente fue la primera práctica, por la mañana en la cancha del Club Atlético Del Valle, a puertas cerradas, y por la tarde en el Club Atlético Rivadavia, que cedió sus instalaciones de manera gratuita durante la semana. Cerca de 2.000 personas dijeron presente en las tribunas del estadio Panamericano, quienes observaron un partido de práctica que ganaron los titulares tentativos por 3-0 con dos goles de Latorre y el restante de Pompei. Los vencedores formaron con Guzmán (Navarro Montoya atajó para los suplentes), Dollberg, el juvenil Casartelli y Matellán; Toresani, Cagna, Basualdo, Pompei y Cedrés; Latorre y Rambert.
Para el segundo día de fútbol, el miércoles 28, un mayor número de personas se acercó a la cancha de Rivadavia para ver el entrenamiento, que contó con la aparición del uruguayo Sergio Martínez, moviéndose a la par de sus compañeros tras una lesión. El jueves el grupo realizó con trabajos livianos su último entrenamiento, nuevamente en el campo del decano. El anuncio de la incorporación de Carlos Sava, proveniente de Ferro Carril Oeste como refuerzo, fue la gran novedad. Igualmente a la hora de los rumores, todo giraba en torno de Maradona y la ilusión de volver a contar con él. Diego, que no se encontraba en el país, regresaría recién el 11 de septiembre.
El viernes por la mañana Boca terminó su raid necochense partiendo rumbo a Mar del Plata para disputar un partido amistoso pactado frente a Olimpia de Paraguay.
Volver
Se trató de la cuarta y última visita oficial de Boca Juniors a Necochea. La primera databa de 20 años antes, un 7 de enero de 1976, en un viaje en tren y con una delegación que encabezó el DT Juan Carlos Lorenzo y se hospedó en el Hotel Marino. Aquella forma parte de las historias que refuerzan eso de que Necochea “trae suerte” a los equipos que la visitan. Aquí comentó la doble corona en el Metropolitano y el Nacional 76. Para más avales, Boca volvió en febrero de 1978 y luego fue campeón de la Copa Libertadores. La última visita hasta entonces se registraba en 1979, también con el “Toto” Lorenzo como DT.
Hubo que esperar 17 años para el regreso y no fue casualidad que ocurriera de la mano de Carlos Bilardo, quien formó parte del primer equipo profesional que optó por estas playas: Estudiantes de La Plata, en 1967.
Para la “escapada” de 1996, las gestiones las encabezó José Luis Brown, quien se contactó con su amigo personal Abel Aníbal Coria. Juntos recorrieron días antes hoteles en la villa balnearia y canchas para definir los detalles de aquella visita que cumplió 25 años y aun se recuerda, añorando otra vuelta como “Un regalo del cielo” para los fanas futboleros, como cantaría nuevamente Castillo. ///