La vigencia del “Turco” Burached
El baterista y percusionista, a un mes de cumplir 82 años, continúa activo con la música con el mismo entusiasmo con que comenzó siendo un adolescente
En marzo de 1972, a los 29 años, Carlos Burached regresó a Necochea, para quedarse definitivamente, tras haber vivido durante parte de su vida en Villa Bosch, al oeste del Gran Buenos Aires. Vino a pasar sus vacaciones a su ciudad natal y el amor lo retuvo. Desde entonces, hasta que falleció poco tiempo atrás, aquella mujer, Alicia, fue su compañera, con la que tuvo dos hijos: Augusto y Valeria, que lo han hecho abuelo.
El fútbol y la música han sido siempre pasiones del “Turco” como todos lo llaman.
En su adolescencia llegó a jugar en Almagro (como arquero) y en su retorno a Necochea, donde nació el 2 de abril de 1943, fue un veloz puntero (por izquierda y por derecha) tanto en Gimnasia (en 1974) como finalmente en Ateneo Juvenil (a partir de 1975 por varias temporadas).
Pero su relación con la música nunca se interrumpió. Y a punto de cumplir 82 años, Burached sigue vigente y tan activo como siempre, siendo parte de la Banda Municipal y acompañando a diversos grupos musicales, ya sea con la batería o con otros instrumentos de percusión. “Es un apasionado por la música”, recalcó Valeria, su hija, al ver una antigua fotografía de su padre publicada en las redes sociales promocionando la entrevista que se le hizo en el programa “El Ciudadano”, que puede verse en Youtube.
Recientemente fue uno de los músicos invitados por Juan Carlos Gesualdi para el concierto brindado en el Teatro Nihuil, donde ejecutaron los más diversos géneros.
Burached lleva casi 65 años con la música. Un bongó que le regaló su padre fue su primer instrumento. Luego siguió con otros elementos de percusión: tumbadoras, timbales y finalmente la batería. Y se incorporó a grupos como “Los cinco tropicales” y “Los Cumaná”, con los que realizó giras haciendo música tropical.

Diversos grupos
Con el mismo entusiasmo con que utiliza los palillos para golpear la batería, Burached muestra fotografías en las que se lo ve en “Sunset”, una confitería de Olivos. También recuerda haber sido convocado a la orquesta del Teatro Nacional, acompañando a figuras como Alfredo Barbieri, Ethel Rojo y las hermanas Norma y Mimí Pons.
Ya de regreso a Necochea, Burached se integró al recordado grupo “Los Planetas”, en el que estuvo nueve años animando innumerables fiestas hasta 1981. Pero fue convocado, también por otros tantos conjuntos, tales como Los Cuatro del Trópico, Fantasía, Noi, Tenor 4 Raíces y Los Reyes de la Cumbia. Con este último prevé volver a tocar próximamente.
Mientras tanto, Burached se ganó la vida trabajando como pintor, empapelador y lustrador de muebles, entre otros oficios. “Hice de todo”, subraya hoy, ya jubilado.
La música es parte de los Burached. “Mi hermana Mary, que ahora tiene 93 años, bailaba flamenco. Y cantaba muy bien, Mi viejo escuchaba música árabe. A través de la radio, allá por los 50, yo escucha a Oscar Aleman (jazz), a Eduardo Falú (folclore), a Anibal Trolio y Juan D’ Arienzo (tango), de manera que fui incorporando distintos géneros. A mí me gusta tocar todos”, revela.
“El Turco” no es indiferente a quienes escuchan. “El pulmón del músico es el público”, afirma. “Haya 10 personas, mil o dos mil, vos tenés que tocar igual, te la tenés que jugar, porque el que fue a verte dejó un cumpleaños o un asado, para escucharte. Hay que tener respeto por la gente”, recalca.
Ingresó en 1981 a la Banda Municipal, que era dirigida Alberto De Pietro, un excelente bandoneonista. “Luego la dirigió Carlos Gesualdi y posteriormente un tiempo su hijo Juan Carlos”, recuerda. Tras 10 años de inactividad, la banda fue reactivada en 2004 durante la gestión del intendente Daniel Molina. Desde entonces Burached es parte de la misma, dirigida primero por Roberto Dabadíe y tras su fallecimiento por Fernando Mange.
Afecto por los Gesualdi
Su relación con los Gesualdi es musical y afectiva. “Son como mi familia”, recalca. Define a Carlos y a su hijo Juan Carlos como “hacedores de músicos”. No olvida que su ingreso a la Banda Municipal fue por iniciativa de “Carlino”, como cariñosamente llamaban a aquel zapatero italiano que inyectó su pasión por la música a sus hijos y nietos.
Burached agradece que, siendo ya veterano, sigan convocándolo para compartir el escenario con músicos de nuevas generaciones. Pero no lo llaman solamente porque, después de tantos años, es un referente de la música local. Lo hacen, fundamentalmente, porque sigue siendo el músico de siempre, que arremete con la batería con el mismo entusiasmo y pasión con que hizo sonar por primera vez aquel bongó que le regaló su padre.
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