La visita a Necochea de Carola Lorenzini, semanas antes de su trágica muerte
La primera instructora de vuelo de Sudamérica, llegó para hacer acrobacias. Las mismas acrobacias que terminaron con su vida
Por Ian Larsen - Redacción
Un ícono en la historia de la aviación argentina y de la lucha de la mujer por ser incluida en lugares donde antes no tenían lugar, es sin duda Carola Lorenzini.
La aviadora, conocida como la “Paloma Gaucha”, llegó a Necochea hace 83 años a hacer acrobacias a baja altura, sin saber que esas mismas acrobacias serían las que le pondrían fin a su vida semanas más tarde, no sin antes haber dejado una huella imborrable en la historia.
Carola Elena Lorenzini, aunque fue una gran deportista en su juventud e incluso campeona de atletismo, es recordada por ser haber sido la primera mujer en obtener el título de instructor de vuelo en América del Sur, para luego dedicarse a la aviación deportiva.
Lorenzini, apellido que hoy llevan varias calles de distintas ciudades argentinas en honor a ella, fue récord femenino sudamericano de altura, llegando a 5.381 metros en 22 minutos, lo que le permitió obtener una medalla de oro por parte de la Aviación Militar Argentina.
La aviadora fue tapa de numerosas revistas y siempre aparecía con vestimentas típicas de nuestro terruño. De ahí el apodo de “Paloma Gaucha”.

En su momento de mayor esplendor aunque con muchos logros ya obtenidos, llegó a Necochea el 4 de marzo de 1941 donde Ecos Diarios contaba que "un mundo de gente presenció las pruebas aéreas" que realizó "a baja altura". El público fue muy superior al esperado en ese entonces.
Apareció en el cielo a las 14.20 en el avión militar describiendo un círculo a manera de saludo. A las 14.50, luego de varios trucos que hicieron emocionar a todos los espectadores, la aviadora emprendió el retiro hacia el campo de aterrizaje, para luego dirigirse hacia Lobería.

El 23 de noviembre de 1941, con 42 años, Carola falleció en un accidente aéreo mientras realizaba una exhibición en el aeródromo Presidente Rivadavia de Seis de Septiembre, actual Base Aérea Militar del partido de Morón, con motivo de la visita de una escuadrilla de aviadoras uruguayas.
La habían invitado a realizar su famoso looping invertido, acrobacia en la que el piloto queda totalmente invertido con los pies hacia arriba, volando muy cerca del suelo. Era una prueba extrema que solo se animaban a realizar en ese tiempo pocos aviadores del país, entre ellos Carola Lorenzini y Santiago Germanó, su instructor.
Lamentablemente Lorenzini mantenía una mala relación con las autoridades de la aviación civil: llevaba un año suspendida por la organización, aparentemente por una fuerte discusión que mantuvo con la Aviación Militar por falta de combustible para sus aviones.
Los dirigentes del aeroclub argentino hicieron gestiones para conseguir una autorización provisional, para que su piloto femenino más famosa pudiese volar. En un ambiente tenso, Carola, decidió llevar a cabo la peligrosa exhibición. Usó un avión Focke-Wulf Fw44, pero no el aparato que volaba habitualmente.
Tampoco pudo entrenarse. Durante el vuelo, hubo problemas en la fase descendente, y el avión se estrelló en tierra, muriendo la piloto.
El velatorio tuvo numerosa concurrencia, como el entierro en el cementerio de la Recoleta. Años más tarde, sus restos fueron llevados al cementerio de San Vicente.
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