La visita de un ejemplar de águila mora, un ritual que se repite por estos días
Como hace cuatro años, un juvenil de la especie se instaló en nuestra ciudad, en busca de alimentación. Sus características
Aunque aún resulte imperceptible para muchos, desde la primera semana de mayo un ejemplar juvenil de la especie águila mora se ha instalado en nuestra ciudad, en busca de alimentación rápida.
Para quien no ha pasado desapercibido es para Ricardo Doumecq Milieu, integrante de Aves Argentinas y divulgador, observador y fotógrafo de fauna, quien narró a Ecos Diarios que, “a diferencia del ejemplar que tuviéramos por acá en 2014, el de ahora es mucho más discreto, tanto como puede serlo un ave de su tamaño, y por lo pronto se ha dejado ver pocas veces en el centro de la ciudad”.
Según el experto, la actividad del nuevo visitante “se reserva a los edificios de la villa Díaz Vélez y hasta las playas, donde se lo ha visto en las instalaciones de los balnearios. Lo delata el volar desesperado y casi total de las palomas de los edificios”.
Unos cuatro meses
Doumecq Milieu afirmó que “como pasó con el anterior individuo, a medida que sea más experimentado se notará menos su presencia ya que aumentará su efectividad. Por eso, si no se mete en problemas, es seguro que tendremos águila por 3 o 4 meses hasta el momento en que el llamado atávico la lleve a ambientes menos modificados”.
Sobre la repetida visita de águilas mora, argumentó que “con el advenimiento de los primeros fríos y el alejamiento de las épocas de abundancia los ambientes naturales, sus integrantes comienzan a adaptarse a las nuevas circunstancias. Independientemente de que especie hablemos, el otoño puede ser el fin para las crías del verano anterior, la comida fácil entregada por la actividad parental termina y muchos linajes toman medidas de resguardo para sobrevivir. Por eso es que hace ya algunos años tenemos visitas de águila mora cercanas al ejido urbano”.
En 2014 se trató de un juvenil de ocho meses que “abrió el juego y se instaló entre los edificios cazando osadamente palomas en distintos lugares públicos y hasta en plena hora pico de la ciudad”.
Medidas y alimentación
Ricardo Doumecq Milieu explicó que “el aguila mora (Geranoaetus melanoleucus) es un ave mediana a grande, que mide posada hasta 70 centímetros de altura y tiene una envergadura cercana a los dos metros con sus alas desplegadas”.
Se distribuye en toda la República Argentina y preferiblemente se la encuentra en zonas del Oeste que tengan monte, sierras y/o montañas. Es una hábil cazadora de roedores, reptiles y aves que captura con sus garras y luego come de a trozos.
Sobre los especímenes que nos visitan arriesgó que “son seguramente criados en las zonas serranas del sistema de Tandilia y luego expulsados a nuevos lugares de caza. La abundancia de palomas de tres especies distintas en Necochea, hacen el resto y constituyen un imán para estas hambrientas rapaces que como otras vienen a explotar el recurso alimenticio. La naturaleza cumple su rol, solo hay que dejarla proceder, con estas aves se cumplirá en parte y naturalmente el control reclamado por la población”, culminó.///
Gavilán mixto, un socio
Como “socios” de estos controles existen otras especies que se suelen observar por estos lares, como el gavilán mixto (Parabuteo unicinctus).
Sobre el mismo el divulgador apuntó que “esta rapaz, bastante menor, se ha incrementado notablemente en la zona céntrica y caza todos los días sobre los techos del Teatro París, ex casa Gómez, Galería Central y construcciones circundantes pese a ser una especie especializada en arboledas”.