"Las balas no se trasladan con razones de justicia o injusticia"
Dijo el exconcejal Alberto Esnaola, saliendo al cruce de la frase “Cárcel o bala”, del diputado José Luis Espert
La reciente muerte del niño Thiago Correa, baleado por un policía que se resistía de un robo en la localidad de La Matanza, volvió a sacudir a la opinión pública, y por el lado del oficialismo el diputado nacional José Luis Espert reivindicó su frase: “Cárcel o bala”.
En abierta crítica a este posicionamiento, el exconcejal de la UCR, Alberto Esnaola elaboró un artículo, del que hizo referencia en el programa radial “Punto de Vista”, por Ecos Radio.
Esnaola fue contundente al decir que "las balas no se trasladan con razones de justicia o injusticia", y advirtió sobre los riesgos del "punitivismo tribal" y la degradación social.
Durante la entrevista en los estudios de Ecos Radio, el exfuncionario del gobierno de Daniel Molina citó que la motivación principal para escribir su columna fue la consternación por la muerte del niño Thiago Correa, de 7 años, quien recibió un balazo en la cabeza de forma "absolutamente absurda" mientras estaba en la calle.
“Beto” Esnaola relacionó directamente al lema "Cárcel o bala" con este trágico hecho, argumentando que es una consigna "mucho más electoralista" que un abordaje serio del problema de la seguridad.
Sobre la muerte del pequeño Thiago, durante un intento de robo a una señora mayor y su hijo de 21 años que resultó ser oficial de la Policía Federal y disparó 11 tiros, uno de esos disparos impactó a uno de los presuntos ladrones por la espalda mientras huía, Esnaola lo calificó como una "ejecución de pena de muerte sin condena", aunque aclaró que “eso no vuelve bueno al que intentó robar. Lo más grave, según el exconcejal, es que en "esta locura de estos 11 balazos, una persona a 200 metros de 7 años recibe un balazo en la cabeza y se muere".
Luego agregó que "al no haber cárcel,-como proclama Espert-, hay bala. Y las balas no se trasladan con razones de justicia o injusticia. Las balas son meras herramientas". Esta herramienta segó la vida del niño, evidenciando el peligro del reduccionismo.
El debate sobre la seguridad, según Esnaola, parece atrapado entre dos extremos: un "zaffaronismo recalcitrante" que victimiza a los delincuentes por la ausencia del Estado, y un "punitivismo tribal", que él asoció con el "fascismo que proclama Espert". De esta manera rechazó ambos enfoques, considerándolos dañinos y negando la posibilidad de una discusión racional.
El problema de la seguridad, en la visión del político local, está profundamente ligado a la degradación de las estructuras sociales en los últimos 40 años de democracia, que ha generado fragmentación social y desigualdad, no solo pobreza. "La desigualdad genera violencia, no la pobreza", enfatizó.
También criticó duramente al sistema de Justicia, al que calificó de "clasista" y afectado por "demora más absoluta". Señaló que las cárceles están llenas de personas pobres sin condena firme, mientras figuras de "más altas esferas" condenadas "con todas las garantías" permanecen en libertad por la lentitud judicial.
Otro punto relevante fue la responsabilidad del Estado en la formación de las fuerzas de seguridad. Esnaola cuestionó la falta de experiencia del joven policía que disparó en el caso Correa, quien llevaba solo 6 meses graduado de la academia. Consideró una "demagogia berreta" la declaración de la ministra Bullrich culpando a los delincuentes por la muerte de Thiago, señalando que el Estado tiene el monopolio de la fuerza y la responsabilidad de preparar a quienes la ejercen. Si bien el delito existe, incluso en sociedades más igualitarias, en una sociedad fragmentada se necesitan mecanismos de contención, no la "institucionalización de la impaciencia" que, según una frase que recuerda de un profesor, representa la pena de muerte. Disparar a un ladrón por la espalda por robar una mochila no es "proporcional".
Como propuestas de solución de fondo, Alberto Esnaola planteó la necesidad de "romper la connivencia policial entre la Provincia entre la Policía y la política", algo que afirmó haber logrado en su gestión municipal. Además, sostuvo que para reducir la violencia se requieren políticas públicas que promuevan una sociedad más igualitaria: educación pública de calidad, empleo digno, acceso a seguridad, salud y vivienda, y una ciencia y técnica independiente.
Finalmente, llamó a construir una "opción republicana" que evite tanto el "populismo de derecha" como el "populismo de izquierda", manteniendo la convicción en las propias ideas aun cuando vayan a contramano del "viento de época".
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