Las bicisendas son cada vez más necesarias por tránsito caótico
Se necesitan más ciclovías y educación vial, porque no se respetan las normas de circulación en espacios públicos
Sea desde una conciencia “verde”, para evitar el impacto ecológico de los vehículos a motor, o bien desde la practicidad, se evidencia en las calles de la ciudad un aumento del tránsito de bicicletas, utilizadas como medios de transporte.
Si bien el caudal de ciclistas no tiene relación con los que circulan en las capitales europeas que admiramos, esta mayor presencia en las calles necochenses ha evidenciado desorden y falta de normativas que faciliten su circulación o la controlen.
Ciclovías
La ciclovía inaugurada hace pocos meses en Parque Miguel Lillo, sobre la avenida 10, desde la altura de Pinolandia hasta la calle 117, es poco utilizada por los ciclistas y aquellos que lo hacen deben evitar chocarse con transeúntes o hasta niños jugando, que ocupan ese espacio. La falta de señalización y la poca educación vial al respecto completan el cuadro. Un panorama similar se puede observar desde hace varios años en la bicisenda de avenida 75, desde 74 a 98, que siendo ocupada por caminantes, impide que se utilice correctamente para tal fin.
Responsabilidad
La utilización de la bicicleta como medio de transporte, para ir al colegio o a trabajar, sumándose al panorama urbano, también le generan responsabilidades al ciclista. Otra situación que ha aumentado la circulación de bicicletas es la utilización de éstas como medio de transporte para el reparto de pedidos desde las apps o los llamados deliverys.
La Ley Nacional de Tránsito les exige medidas de seguridad básicas, como casco, luces o frenos aptos, y señalización reflectiva.
El tamaño de la carga no puede exceder la longitud del manubrio. Hay una edad mínima de 12 años para conducir bicicletas en los lugares de la vía pública donde está permitido hacerlo. Y hasta los 18 deberán hacerlo acompañado de un mayor.
Los menores de 12 años pueden circular por las bicisendas y por las veredas, a la menor velocidad posible, y respetando siempre la prioridad del peatón.
Las sendas para ciclistas son un paso necesario en cualquier proyecto de ciudad moderna, algo que se observa en todas las metrópolis del mundo, pero también en otras ciudades turísticas que aspiran a mantener una relación con la naturaleza, reduciendo la circulación del parque automotor, que cada vez encuentra menos espacios para estacionar y genera trastornos en el tránsito. Desde el Municipio se le está dando importancia al mejoramiento de los espacios públicos, en distintos aspectos, y ampliar las vías seguras para ciclistas, como también estacionamientos para dejarlas, debería seguir en la agenda.
Conciencia
Por otro lado, más allá de las deficiencias en infraestructura, también hay deficiencia en la conducción de las bicicletas, porque muchas veces se cree que el andar en bicicleta es excusa para no respetar las normas básicas de tránsito.
Un claro ejemplo de esto es la costumbre de cruzar en rojo los semáforos o de no dar prioridad al peatón en una senda peatonal. También está el que circula en bicicleta por la vereda o que la deja atada a cualquier poste, impidiendo el normal paso por las veredas. Entonces, si bien faltan cosas por hacer en cuanto a infraestructura para mejorar el uso de bicicletas, los ciclistas deben empezar también a respetar a las demás personas que circulan por la vía pública.