Las ferias se diversifican y apuntan cada vez más a las cosas usadas y antigüedades
Algunos objetos guardan historias increíbles. Muchos abren las puertas de sus casas para vender todo tipo de objetos
Desde hace unos años, se viene registrando una nueva modalidad de venta a través de las ferias. Estas se expanden cada vez más, ofreciendo diversos artículos, como ropa, artículos de decoración, objetos antiguos, muebles y todo tipo de cosas usadas.
Años atrás llamaban la atención, pero hoy es común ver las puertas de un garaje abierto
con un cartel grande que dice “Feria”, invitando a quien pasa por las calle a entrar y mirar que hay a la venta.
Algunos comienzan a incursionar en la ferias por necesidad, otros para afianzar vínculos y socializar con otras personas, como así también frente a situaciones tristes de la vida, como puede ser la partida de un ser querido, donde los familiares tienen que desprenderse de artículos.
Patricia Suarez, Alicia Duhalde y Mario de La Cal, son algunas de las personas que forman parte de las ferias, asegurando que se genera un lindo ambiente y siempre se genera alguna situación que asombra, ya sea por el artículo o las historias que cuenta la gente sobre determinado objeto.
A partir de la pérdida de su madre, Patricia armó la feria en el garaje de la casa, donde vendió varios artículos, y al mismo tiempo encontró una oportunidad para trabajar porque al investigar y clasificar los objetos antiguos, descubrió que le apasiona.
Ella aseguró que “todo se vende”, habiendo gente interesada en diferentes artículos.
“Mi mamá era muy acumuladora, por un lado le gustaban artículos finos de decoración y por otro lado juntaba muchas cosas, como pueden ser colecciones de monedas, billetes y etiquetas de ropa”, detalló.
Sin lugar a dudas, para Patricia fue una gran sorpresa encontrar tantas cosas en la casa de su mamá, inclusive no sabía que las tenía, ya que algunas las tenía a la vista y otras no. “Encontré cosas muy raras como fueron las 1.500 etiquetas de ropa, muñecos antiguos, álbum de figuritas de los años ‘60”, indicó.
Al mismo tiempo, algo que la apasiona a ella es investigar acerca de los objetos, de donde provienen, de que época son, conocer un poco la procedencia, lo cual lleva bastante tiempo. “Cada artículo por mínimo que sea tiene una historia hermosa detrás y es muy lindo conocerla”, aseguró.
Al momento de la venta, puntualizó que la gente busca accesorios de cocina, utensilios, platos y objetos de decoración. “A mí me encanta comprar y cuando me gusta algo para mi casa me lo compro, de todas maneras me gusta ir a las ferias y mirar”, manifestó Patricia.
Interés
Mario de La Cal no se considera feriante, pero en su casa tiene artículos propios muy variados. “Junto cachivaches y siempre llevo alguna pieza de cerámica que hago yo”, dijo.
Tras realizar viajes la mitad de su vida, Mario cuenta con objetos de distintos países. Si bien no asiste a las ferias con la intención de comercializar, si lo hace para encontrarse con amigos y gente que comparte el mismo gusto.
“Mi padre de chico me llevaba a los remates y eso me quedó grabado”, recordó.
Mario mencionó que si le gusta algo de la feria lo paga, sin pensarlo dos veces.
Por su parte, Alicia Duhalde ha intervenido en ferias de casas particulares con ropa y libros teniendo mucho éxito.
En este sentido también vale señalar que hay modas que se instalan como ahora es lo vintage, aunque los feriantes muchas veces se sorprenden por lo que elige la gente, ya que muchas veces llevan lo que ellos no consideran que pueda interesar.
Tal como dice la frase, “siempre hay un roto para un descosido”, es lo que sucede en la feria.
“Nunca sabes quién puede aparecer en la feria y las necesidades que tienen. Una vez me compraron un machete, que yo pensaba que nunca le iba a interesar a nadie y un hombre lo vio y empezó a contarme historias con ese tipo de machetes y se lo llevó”, mencionó Alicia de una venta en la feria.
Ella empezó a incursionar en las ferias hace varios años, señalando que “siempre hay objetos que te sobran en la casa y no usas más y son destinados a la feria”.
Cada objeto guarda una historia, anécdotas, recuerdos y mientras que para algunos no tienen valor, para otros si, ya sea sentimental o emotivo.///