Las gaviotas: animadoras del paisaje marino
En nuestras costas se observan tres especies durante todo el año, y otra aparece en otoño e invierno y también habita la zona el río
Reflejadas en postales necochenses, las gaviotas están presentes en muy diversos ambientes, y aunque prefieren zonas marinas no desaprovechan ningún recurso tierra adentro. En nuestra ciudad son tres las especies que se dejan ver todo el año, más una que pasa sus otoños e inviernos en nuestras costas y el río.
A la hora de describir algunos aspectos de estas aves, Ricardo Doumecq Milieu, integrante Aves Argentinas estudioso de la fauna y flora de la región apuntó que “Las gaviotas forman la familia de los láridos y están estrechamente relacionadas con los gaviotines y los escúas. Todos ellos pertenecen al muy poblado orden charadriforme donde se clasifican también los chorlos, los playeros, teros reales, palomas antárticas, rayadores, ostreros y otras aves menos conocidas”.
La mayoría de las gaviotas pertenece al género Larus, que Aristóteles las llamaba “Laro” y las citaba como sinónimo de voracidad y glotonería.
Cuando adultos la mayoría presentan plumaje gris, blanco o negro y a menudo con señales negras en la cabeza o las alas. Pueden vivir unos 12 años.
Los juveniles y subadultos son por lo general de colores pardos que luego van mutando al definitivo. Tienen picos robustos y medianamente largos.
El observador de nuestro medio calificó a las gaviotas como “aves inteligentes, teniendo métodos complejos de comunicación y una estructura social muy desarrollada Se alimentan de todo aquello mínimamente comestible: vegetales, semillas de girasol; insectos; carroña; aves pequeñas; huevos de aves; pollos; ratas y hasta de ballenas vivas. Normalmente son cleptoparásitas de otras aves pescadoras”.
Habitantes de Necochea
Ya adentrándose en las variedades que se pueden ver en nuestro terruño, Doumecq Milieu indicó que “la gaviota que siempre está presente en nuestro puerto o costas es la Cocinera (Larus dominicanus), un ave grande (pesa 1,2 kg y mide 60 cm de pico a cola y 130 cm de envergadura). La cabeza y cuerpos y cola son blanco con alas negras cuando adultos y arda 3 años en llegar a ese color y los juveniles y sub adultos pasan por una sucesiva y, para muchos observadores, desconcertante variación de plumajes pardos”.
“La gaviota Cocinera solía formar colonias reproductivas en la Reserva Provincial Arroyo Zabala aunque hace unos años que no se ven”, sostuvo el informante.
Luego agregó que “se la suele ver sola o en grupos, volando alto sobre la ciudad pero en este caso solo trasladándose a lugares interiores. Sigue barcos y por eso se aventura varios kilómetros mar adentro. Muy común en basurales y aprovecha los lotes roturados para alimentarse aunque raramente sigue arados. En el campo se le suele llamar “gaviotón” y aunque muchas veces se les echó la culpa de depredar corderos, solo los comen después de muertos”.
La más abundante
La otra gaviota observable en nuestras costas y sin duda la más abundante en número de individuos es la Gaviota Capucho Café (Chroicocephalus maculipennis), que es mayormente blanca con la espalda gris pero desde agosto a enero presenta un capucho pardo oscuro, casi negro.
2Es muy bulliciosa y chillona. De porte mediano, es mucho más pequeña que la anterior, (pesa 300 gramos; mide 35 cm. de pico a cola y 80 cm de envergadura)”, la describió el observador.
Se reproduce en colonias de muchos individuos, haciendo una plataforma flotante con los juncos que quiebra y entrelaza confusamente. Cambia todos los años de laguna y la colonia se puede observar desde muy lejos por el enjambrado sobrevuelo y el insoportable y continuo alboroto, incluso de noche.
Prefiere humedales pero no descarta basurales. Sigue arados aprovechando larvas de insectos e incluso pequeños roedores. Se alimenta en aguas costeras siguiendo cardúmenes no muy lejos de la costa.
A fines de enero ya pierde el capucho y resulta muy difícil de diferenciar de nuestra tercera gaviota: la Capucho Gris (Chroicocephalus cirrocephalus) que es apenas mayor (pesa 400 gramos; mide 38 cm de pico a cola y 95 cm de envergadura).
Doumecq Milieu resaltó que “refiere aguas dulces por lo que se la suele encontrar en las desembocaduras o en aguas interiores como las lagunas. Es muy escasa pero fiel a los lugares que frecuenta por lo que no es difícil encontrarla. Debido a su bajo número poblacional sus colonias no son tan conspicuas pero hemos encontrado indicios de nidificación en la laguna Tupungato”.
También su alimentación es parecida a la especie anterior e incluso sigue arados aunque por suceder en épocas no reproductivas, (donde pierde su capuchón gris), es indiferenciable y se suele confundir en la multitud. Salvo algunas plumas de las alas, solo el color marfil del iris delata su presencia.
Migratoria
Y por último, la cuarta especie es un ave migratoria, la Gaviota Cangrejera (Larus atlanticus) también conocida como Gaviota de Olrog. Se reproduce en varias colonias al norte de la Patagonia y luego migra hasta nuestras latitudes llegando hasta Uruguay.
Es muy parecida a la Gaviota Cocinera aunque algo menor (pesa 800 gramos; mide 48 cm de pico a cola y 100 cm de envergadura). Diferencialmente presenta una banda negra en su cola y el pico en su ápice tiene una mancha rojo bermellón.
“Su nombre se debe a que prefiere consumir cangrejos que busca en zonas inter mareales. “Cuando son pequeños, los traga enteros y vivos, o los despedaza pata por pata para poder ingerirlos. En nuestra zona consume también carroña, les encanta “custodiar” pescadores deportivos en la playa para aprovechar los descartes de carnada que consume ávidamente. Precisamente una de las vulnerabilidades de los inexpertos juveniles, es tragarse las líneas de pesca extraviadas o desechadas. Algo en que deberíamos trabajar a nivel local”, sostuvo.
Desde el punto de vista de la conservación y a diferencia de las otras gaviotas, ésta especie se encuentra catalogada como “amenazada”, “casi amenazada” o “vulnerable”, dependiendo de la ONG conservacionista, y existen muchos trabajos nacionales y provinciales dirigidos a evitar su extinción. ///