Las obras ilusorias de Leandro Erlich en el Malba
«Liminal», la exposición del artista con obras ilusorias juega con la percepción del espectador a partir de la construcción de ficciones tanto desde su famosa «La Pileta», como el cartel de «En venta» que colocó en la fachada del museo



La estrategia de promoción de la primera exposición antológica de Erlich (1973) en todo el continente americano resultó más que eficaz: desde ayer comenzaron toda clase de rumores con respecto a la posible venta del Museo de Arte Latinoamericano, aunque si el paseante desprevenido se hubiese detenido a leer el cartel habría detectado enseguida el engaño: «Erlich propiedades vende excepcional propiedad. Apto todo destino. 680 obras de arte (Tarsila, Frida, Diego, etc)”. En la explanada, muy cerca del letrero inmobiliario, se encuentra la instalación «Invisible Billboard», un site specific con una escalera que conduce a una precaria construcción que parece flotar en el aire, hecha de cemento, ladrillo a la vista y algunos tachos de pintura acumulados, una suerte de advertencia al visitante de que, una vez dentro de la muestra, nada es lo que parece. Sin dudas la estrella de esta veintena de instalaciones es «La pileta», que Erlich presentó por primera vez en la Bienal de Venecia de 2001 y que invita a «nadar» en una piscina real sin mojarse.