Si alguna vez robé sueños desvelados
o si pasé las noches llenando ceniceros,
ha de haber sido por algún vacío escondido
o por haberme acostado con rencores transpirados.
suelo cometer incesto con mi espejo
de vez en cuando cambio todo por nada,
si llegase a incorporarme a la vida rutinaria
trataría de no hipotecar más mi corazón.
Si alguna vez el pecado golpeó a mi puerta
o si madrugué al ángel gris,
ha de haber sido por no inundar mi guarida
con resacas de rezos amargos.
De vez en cuando vomito humo negro por la nariz
y muerdo recuerdos podridos hasta saciarme,
si llegase a tirar los miedos lejos de mi cuerpo
sé que tarde o temprano me llegarían por reintegro.
Si alguna vez rasqué mi espalda contra la pared
o si me clavé de pies y manos contra algún madero,
ha de haber sido por amedrentar a los cielos
o por dejar besos embargados sobre labios de cera.
He dormido la siesta abrazado al diablo
he contratado esperanzas lisiadas por mucho tiempo,
solía invertirlas en lujosos deseos invisibles
y luego mal gastarlas en un par de ojos lujuriosos.
Suelo ajustar cuentas con la soledad y recalcarle
que ya no aguanto que sea el debe y el haber de mis caricias.
Si alguna vez reviví mi lúgubre insomnio fatal
o si no maté los olvidos ilógicos,
ha de haber sido por mi pólvora mojada
o por no dejar que ardan en mi cruda y senil hoguera,
Suelo ser mi tenaz abogado de oficio
en todos los litigios que tengo con mi sombra,
ella se presenta aun con luces apagadas
o con la ordinaria llama de un fósforo inútil.
Hoy por hoy la felicidad me llega por mutual
tengo la sangre dolida por falta de cariño,
pero no puedo arrepentirme de lo cometido
¿de qué vale un perdón funesto?
si aún no consigo que alguien me quiera un poco.
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Sobre el autor:
Daniel A. Rodríguez Cosentino. Escritor y Licenciado en psicología. Integrante de Fabuladores: un espacio de escritura con orientación narrativa. Su vocación por la escritura viene desde su adolescencia. Participó del Mundial de escritura en el año 2020. Formó parte de la primera novela colectiva llamada «¿Quién mató a Víctor?», de la editorial Deshoras, publicada en el año 2024. Este poema es parte de su primer libro, llamado «Un nombre sin letras» que puede adquirirse por Amazon. Algunos de sus relatos cortos han sido publicados en las Antologías I y II de Fabuladores.
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