Lo anterior, no sirve
Entre las indebidas conductas que se producen en nuestro país cuando el gobierno cambia de color político, aparece el desentendimiento de las autoridades que se retiran para hacer un prolijo traspaso de gestión, y una marcada costumbre de quienes llegan al poder de ignorar los aspectos positivos que hicieron sus antecesores y por ende no darles continuidad.
Esta idiosincrasia en la bisagra entre una administración y otra ocurre en todos los niveles del Estado, y el caso de nuestro municipio, sabe de este tipo de desencuentros, venganzas veladas y desatinos, donde lo que menos existe es inocencia.
Macerados generalmente en campañas electorales donde no se ahorran los agravios, los comportamientos de los recambios de los últimos años y el uso de las herramientas del gobierno anterior, han dejado mucho que desear.
Casi como una anécdota de este tipo de cuestiones, en los últimos días la actual administración difundió las cualidades de un relevamiento del tránsito, que ha encarado a través del llamado Observatorio Municipal de Seguridad Vial, en consonancia con lo que acontece en otras ciudades de la Provincia.
Las características del trabajo que se ha encarado desde el área de Ordenamiento Urbano y Fiscalización fueron difundidas por su titular, Walter Calabretta, pero para sorpresa de varios, en una entrevista del programa “El Diálogo de Hoy”, que se transmite por la FM 97.9 La Costa, dijo desconocer la existencia de un trabajo similar que se confeccionara durante la gestión municipal encabezada por Facundo López, y que se presentara a fines del año pasado. Va de suyo que tal documentación debería estar en el municipio.
No dudando de las palabras de Calabretta acerca de su desconocimiento sobre el relevamiento mencionado, que además de describir la realidad en cuanto a las zonas “calientes” de la ciudad en materia de accidentes propone obras para reducir los mismos, se infiere que la labor ya está hecha y no vale la pena volver a ejecutarla, con los costos que ello significará, ya que habrá que destinar recursos humanos y por ende dinero. De última se debería considerar los aspectos del relevamiento disponible, y cuando mucho “aggionarlos” a las propuestas del actual gobierno.
Se trata, esta cuestión, de un ejemplo más del desaprovechamiento por parte de los sucesivos gobiernos de lo hecho anteriormente. Algo que atraviesa a toda la estructura municipal.
A medida que pasan las administraciones se acumulan, por caso, planificaciones de cómo debe desarrollarse la ciudad en todos los aspectos, pero generalmente son desechadas por los nuevos gobernantes y se vuelven a hacer. Y bajo esta actitud no sólo se pierde el tiempo, sino recursos económicos que siempre tienen el mismo origen: el bolsillo del contribuyente.
Entre otras llamativas actitudes, se ha dado el caso de funcionarios que antes de retirarse vaciaron de datos a sus áreas, para que el que lo sucedía no tuviera una base para empezar sus acciones; otros se han mostrado reacios a colaborar con quienes llegan; y hasta ha habido intendentes con desairadas actitudes para los que los han reemplazado en el poder. Ni siquiera prestándose para la foto convencional del traspaso de gestión.
Se trata de bajezas reñidas con personas de bien y con el mismo funcionamiento de la democracia. Desinterés por lo que tanto promulgan en campañas o durante sus gestiones; y a la vez un despilfarro irresponsable de recursos, que obviamente evitarían si tuvieran que solventarlo del propio peculio.///