“Lo que más me gusta de Necochea es el aspecto humano”
El cardiólogo Guillermo Marchetti viene periódicamente para atender el Servicio de Hemodinamia del Hospital, pero también disfruta de la ciudad y, sobre todo, de su gente. “El crecimiento se va a terminar imponiendo”, indicó
Julieta Moreno
Redacción
“El crecimiento se va a terminar imponiendo. Necochea tiene mucho por crecer desde el Puerto, pasando por la parte agrícola ganadera, lo industrial y el turismo”, expresó el médico cardiólogo intervencionista Guillermo Marchetti y aseguró que lo que más le gusta de la ciudad es el aspecto humano, destacando la generosidad y solidaridad de su gente.
Guillermo Marchetti nació en la Ciudad de Buenos Aires, donde vivió toda su vida. Estudió medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y obtuvo los títulos de médico, cardiólogo y cardioangiólogo intervencionista, tras cumplir con las residencias exigidas. Sus primeros trabajos fueron en el sanatorio Mater Dei y en la Clínica del Sol, pasó también por el sanatorio San Lucas y luego ingresó en el sanatorio de la Trinidad, donde aún se sigue desempeñando. Incursionó en algún momento de su vida en la docencia universitaria, ha sido formador de residentes y ha desarrollado y presentado trabajos de investigación en congresos internacionales. Desde hace 15 años también está a cargo del Servicio de Hemodinamia del Hospital Municipal Dr. Emilio Ferreyra de Necochea, por lo que su vida transcurre entre Buenos Aires y nuestra ciudad. Por fuera de su actividad laboral, participa, cuando puede, del Club Rotario de Necochea.
En diálogo con Ecos Diarios, contó el estrecho vínculo que lo une desde muy chico con la ciudad y se explayó sobre su rol como médico y su compromiso con la profesión. Recordó cuando venía de chico y se mostró confiado en el futuro de nuestra región.
“El compromiso con el otro”
Guillermo Marchetti comenzó hablando de nuestra ciudad a partir de sus recuerdos. Su padre, médico también, nació aquí y traía a su familia de vacaciones todos los veranos. En aquellos tiempos, tenían una casa en el Barrio Banco Provincia, causalmente, frente al Hospital Ferreyra, donde años después él trabajaría.
Cuando hacía calor –recordó- se tomaba el colectivo y se iba a la playa, pero casi siempre cuando llegaba a la costa, ya se había dado vuelta el viento, algo que -para él- ahora no se da tanto como antes. “Yo creo que ahora pasa menos, últimamente ha habido veranos intensos de varios días seguidos de calor; hay una tropicalización del clima”, expresó Marchetti.
Siempre siguió viniendo a Necochea, primero lo hizo con sus padres y luego con su familia. Hoy en día, en el verano suele quedarse más tiempo. Aquí, si bien trabaja, también disfruta de las amistades que ha logrado con los años. “La amistad que uno vive acá no la vive en Buenos Aires de ninguna manera. El compromiso de la gente para con uno y para con mis hijos es muy fuerte”.
De todas maneras, recordó que cuando llegó a trabajar por primera vez, los dos primeros años le costó integrarse, pero advirtió: “Una vez que uno logra romper ese hielo, se da cuenta que es una sociedad que cuando uno le demuestra afecto y hace cosas por la comunidad, te lo devuelve de inmediato”.
También consideró que, a diferencia de Buenos Aires, acá no se recurre a la mentira. “El porteño miente continuamente y esto acá no pasa”.
Además, mencionó que se continúa con la costumbre del fiado porque se confía en el otro, mientras que “en Buenos Aires se perdió ese compromiso por completo. Hay mucha generosidad y hay reciprocidad”.
“Lo que más me gusta de Necochea es el aspecto humano. No lo encuentro en Buenos Aires, aunque quizás existe en localidades aledañas”, expresó.
“Ojalá se recupere”
Por otra parte, mencionó que hay muchos espacios para disfrutar. “Necochea tiene todo, tiene mar, parque, río, puede hacer frío y viento, pero uno se mete adentro del parque y es un microclima”.
Lo que sí lamentó es que, en relación a otras ciudades de la costa, ha quedado un poco relegada. En este sentido, indicó que lo que recuerda, de cuando era chico, era “una Necochea que competía con Mar del Plata por el casino y por el turismo”. Sin embargo, lamentó que “después se proyectó el turismo en localidades como Pinamar y toda la costa al sur de Mar del Plata y Necochea quedó muy relegada. Ojalá se recupere”.
No obstante, afirmó: “Necochea se está extendiendo para Arenas Verdes para un lado y para las Grutas para el otro, ese crecimiento se va a terminar imponiendo. Tiene mucho por crecer desde el Puerto, pasando por la parte agrícola ganadera, lo industrial y el turismo”.
Otro ámbito donde ve que ha habido un retroceso es en la salud. “En la época de mi padre había tres clínicas y hoy apenas funciona una y el Hospital”. Para él, con el crecimiento que ha tenido la ciudad en la zona de la playa, se necesitaría un centro asistencial en ese sector. De todas maneras, reconoció que “se necesita que la economía crezca” y agregó que “se necesita tiempo porque la Argentina está en un momento muy especial”.
“Apuntar a la excelencia”
Durante gran parte de la entrevista, Marchetti se refirió a su rol como profesional médico y destacó la importancia de apuntar siempre a la excelencia. “Para ejercer la medicina hay que apuntar a la excelencia, de lo contrario no se debería ejercerla porque las cosas no se hacen a medias y más en lo que hago yo que son operaciones del área cardiovascular que implican muchísimo riesgo”.
Para él, todo médico debe desarrollar tres cuestiones: la asistencia, que se inicia con la residencia que permite empezar a tratar con pacientes; la docencia, que es cuando el médico empieza a formar residentes, y la tercera pata se completa con la investigación.
Desde hace 15 años, Marchetti está a cargo del Servicio de Hemodinamia del Hospital Municipal Dr. Emilio Ferreyra, que incluye una mini terapia intensiva, sala de enfermería, la sala de técnicos y consultorio. “La obra civil la hizo mi padre”, recordó, detallando que también cuenta con un angiógrafo, lo que representó una fuerte inversión que realizaron entre el 2006 y el 2007.
Explicó que el servicio está a su cargo y funciona a partir de un convenio con la Municipalidad. “Es una concesión, está tercerizado, pero si bien es un servicio privado también atiende a pacientes hospitalarios porque de eso se trata el convenio”, detalló.
Por mes, realiza entre 30 y 40 intervenciones en Necochea, la mayoría coronarias. Desde 2007, se han realizado tratamientos a casi 6.000 personas. En general, los pacientes llegan a partir de derivaciones de los cardiólogos locales y, en este sentido, destacó el diálogo fluido con todos los profesionales.
Aclaró que en el Servicio de Hemodinamia no está solo, sino que es un equipo de trabajo conformado por una técnica, una instrumentadora, una enfermera y una secretaria y, en este aspecto, destacó el rol de cada uno.
Sobre la cantidad de cardiólogos que hay en el distrito, consideró que debe haber cinco o seis en Necochea y enumeró varios que se retiraron o fallecieron en el último tiempo. “Creo que están faltando cardiólogos porque están con mucho trabajo, además hay que tener en cuenta que el área de influencia también incluye Lobería, San Cayetano, La Dulce, Juan N. Fernández”.
“Se requiere inspiración”
Con respecto a la complejidad de su trabajo, indicó que “las operaciones requieren una inspiración porque todos los pacientes son diferentes por dentro, por eso esto es inaplicable a la inteligencia artificial. En ese contexto uno tiene que estar inspirado, no digo que sea como el arte de una pintura, pero sí uno tiene que focalizar para sacar al paciente de la zona de riesgo e insertarlo en la vida”.
Con respecto a los problemas que afectan hoy a su actividad, mencionó el gran aumento que sufrieron los insumos porque son todos importados: desde la aguja, los catéteres, los stents y hasta el contraste. En estas situaciones, valoró los años de experiencia porque –según él- cuando recién se empieza se gastan más recursos. “Hoy en día en 10 o 15 minutos termino una angioplastia y yo mismo cuando tenía 35 años tardaba el triple de tiempo y gastaba a lo mejor el triple de materiales”.
Para terminar, contó que su vida transcurre entre Necochea y Buenos Aires viajando continuamente, pero explicó que aunque quisiera no puede dejar de ir a capital por lo que significa en cuanto a entrenamiento, formación y actualización. “Si uno quiere estar en la cresta de la ola y hacer bien las cosas, tengo que volver constantemente a Buenos Aires para no perder entrenamiento”.
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