Los ambientalistas que «hablan de ecología y no saben lo que es»
Señaló Juan Ortiz, de los productores de Villa Zabala, que están limitados en su actividad por el accionar de grupos ambientalistas
Inmersos en una discusión que ya comienza a tener intervención legal, los ambientalistas y los pequeños chacareros de Villa Zabala siguen disputándose una serie de derechos que de ambos lados consideran tener y que se enfrentan por la aplicación de productos fitosanitarios en sembradíos cercanos a las viviendas.
En este caso, y luego de las declaraciones que hiciera Susana Laborde, de la asociación El Parque no se Vende, en Ecos Diarios, Juan Ortiz, veterinario y productor agrícola de ese sector cercano a Villa Zabala, se defendió de lo que considera acusaciones basadas en preconceptos erróneos y en el desconocimiento de los aspectos técnicos de las tareas de fumigación.
Por tal motivo destacó que los pequeños productores de la zona no tienen más de 30 o 40 hectáreas y que hacen «todas las prácticas con extremo cuidado del medioambiente» y «sobre todo del ser humano».
«Hoy, con la tecnología que se trabaja en el campo, se cuida muchísimo lo que son los recursos naturales, por una cuestión de preservación. Si vos haces minería de esos recursos, la generación que venga después no va a tener materias primas para hacer la actividad. La gente de campo es muy arraigada a su tierra, no somos capitales golondrina que van y que vienen. Si matamos la gallina nos quedamos sin huevos, es una cuestión de lógica», señaló Ortiz, para luego manifestar que hay ambientalistas que «hablan de ecología y no saben lo que es, porque ninguno es agropecuario» y que también lo hacen «desde la arbitrariedad».
También afirmó que los integrantes de la asociación El Parque no se Vende utilizan ciertos eslóganes como «paren de fumigarnos» o «paren de matarnos» y que son erróneos. «Nosotros no fumigamos a nadie y mucho menos matamos. No andamos en un avión fumigando a la población, tenemos un cuidado extremo con las aplicaciones», indicó Juan Ortiz.
Luego se refirió a Susana Laborde cuando la acusó de formar parte de «la de la Necochea del no» y de ser «una denunciadora serial que se basa en mentiras». «No hay ni una sola denuncia de muerte por fitosanitarios en Necochea, sino no estarían aprobados. Nosotros somos simples chacareros que producimos comida», dijo el productor, que luego enumeró todos los aspectos técnicos de la aplicación.
Aspectos técnicos
Juan Ortiz aseguró que los productores usan productos fitosanitarios y tecnologías aprobadas por Senasa y por el Ministerio de Agricultura. «No inventamos nada nosotros, no son pociones mágicas, son productos que se venden en serie».
Además, señaló que antes de comenzar cualquier trabajo de este tipo deben contar con una «receta agronómica», otorgada por el Ministerio de Agricultura de manera digital y solicitada por un ingeniero agrónomo matriculado, lo cual ha permitido que no prospere ninguna de las denuncias realizadas previamente y que han generado el hartazgo de los productores.
También tienen que tener en cuenta el viento, que debe estar del sur para que no esté para el lado de la población y un carnet habilitante del operario para trabajar con esos elementos.
Además, cansados de ser denunciados, envían a Policía Ecológica toda la documentación correspondiente con anterioridad al comienzo de las aplicaciones.
Por otra parte, Ortiz recordó que la siembra en esos sectores se encuentra amparada por la ordenanza 2005/81 vigente, que los autoriza a cultivar maíz, trigo y girasol.
Cuentan también con un proyecto de ordenanza, que podría tratarse en la próxima sesión, y que tiene varios años de estar encajonada. En ella se establece como velocidad ideal los 20 kilómetros por hora de viento, porque la actual no indica nada al respecto. «Yo tengo unos potreros que estuve esperando 15 días para fumigarlos, porque estaba viento norte. Recién cuando se dio vuelta desde la costa pudimos salir. Las posibilidades de que se vuele son nulas. Y nosotros ya lo estamos aplicando, por más que ninguna ordenanza nos obligue», puntualizó.
El proyecto que está presentado en el Concejo Deliberante determina una restricción total para fumigar de 10 metros alrededor de cualquier vivienda y una zona de amortiguamiento de 200 metros, en las que se deberán usar productos muy específicos y controlados.///