Los que buscan el GNC para sus vehículos, como un modo de ahorro
Se nota una merma en el bolsillo en el gasto mensual si se utiliza mucho el vehículo y hay que contemplar también en qué tiempo se amortiza el gasto o inversión en la instalación del equipo
Como ocurre en distintas etapas, o en especial cada vez que el precio de la nafta se dispara, el uso de gas natural comprimido (GNC) aparece como una alternativa más que válida para quienes necesitan recortar gastos. Usado casi masivamente en taxis, remises y otros vehículos de trabajo, el GNC tiene ventajas y desventajas, según los entendidos.
Entre las limitaciones más marcadas, según los expertos, hay que mencionar la autonomía limitada y el espacio que ocupa el cilindro o tubo. Si se lo coloca en el baúl se pierde bastante capacidad de carga, en algunos casos, según el vehículo, prácticamente toda la capacidad, aunque en algunos modelos es posible instalarlo por debajo de la carrocería.
No obstante, no son pocos los usuarios dispuestos a detenerse con mayor frecuencia a llenar el tanque de gas y perder capacidad de carga cuando hacen los números y ven el ahorro en combustible a lo largo de un año. A esto también hay que sumarle que cada vez que se arrima al surtidor a cargar gas, del vehículo deben descender todos los ocupantes.
Un peso por kilómetro
En un tubo grande, que carga alrededor de 13 metros cúbicos, a pesar de que el ideal sería 15 m3, tendrá una autonomía de entre 170 y 180 kilómetros, con un costo similar, ya que, de acuerdo a lo indicado por especialistas en la materia, el cálculo en lo económico es de $ 1 cada un kilómetro, siempre y cuando la velocidad en ruta sea entre 90 y 110 kilómetros por hora, en tanto que en un vehículo naftero, para realizar el mismo recorrido, tiene un gasto de entre $ 370 y $ 380.
Después también hay que contemplar el valor de un equipo de gas, que ronda entre los $ 17.000 y $ 20.000, con lo que entra a tallar el uso que tiene el vehículo, si conviene y en cuánto tiempo se amortizará el gasto o la inversión en el equipo que se le instale al vehículo.
Además, la renovación de oblea tiene un valor de $ 400, en tanto que la prueba hidráulica del tubo, cuesta $ 1.000.
Algunas ventajas
Según se desprende de un informe, la coyuntura actual favorece al GNC debido a los siguientes factores: menores precios actuales respecto de otras alternativas de importación de combustibles, indispensables para mantener e incrementar la actividad económica de nuestro país.
También seguridad en la disponibilidad a futuro de gas a precios inferiores que las naftas e inclusive que el gasoil. Fuerte ahorro mensual para aquellos que utilizan mucho el auto. Un ejemplo es que aquel que gasta mensualmente $ 2.500 de nafta, por $ 600 de gas natural comprimido recorrería la misma distancia.
Soluciones tecnológicas comprobadas para la sustitución de gasoil por GNC, que resuelven el alto costo actual y escasez del combustible líquido sustituido. Menor “costo salud” debido a la reducción de contaminación.
La vida útil del auto
Por otra parte, hay muchas controversias con referencia a que el GNC reduce la vida útil de los motores que fueron preparados por las industrias automotrices para andar a nafta, hay otros que señalan que el auto bien cuidado tiene una larga vida útil, y además hoy los equipos vienen preparados para mantener bien lubricados los motores.
Diferencia de gastos
Si mantenemos una velocidad constante de 90 kilómetros por hora, (consumo de ruta, según las normativas) obtendremos una alta eficiencia. Tomemos, por ejemplo, un automóvil mediano naftero con motor de 2.0 L; a esa velocidad nos brindará unos 16 km/L (6,2 L/100 Km). Si subimos la velocidad a 120 kilómetros por hora nuestro auto se pondrá aproximadamente un 20% más gstador: lograremos realizar unos 13 km/L (7,7 L/100 Km). El gasto urbano depende mucho de las condiciones del tránsito y del estilo de conducción (nada de aceleradas y frenadas bruscas), pero en esa situación nuestro auto hipotético gastará por lo menos un 40% más que a 90 km/h.
A pesar de que el precio del gasoil Grado 3 es similar al de la nafta de 98 octanos, los modernos motores diésel son más eficientes. Un mediano gasolero nos dará 19 km/L (5,3 L/100 Km) a 90 km/h; algo más de 15 km/L (6,7 L/100 km) a 120 km/h, y poco más de 11 km/L (9 L/100 km) en ciudad. Sin embargo, las proporciones son similares: 20% más elevando 30 km/h la velocidad en ruta y un 41% más en ciudad.
A más de 120 km/h entra a jugar un factor invisible: la resistencia del aire al avance del vehículo. Y en esto es vital la aerodinámica: a mayor área frontal, más resistencia. Así, se debe tener en cuenta que cuanto más rápido vamos, mayor será la potencia que deberá entregar el motor y eso requiere combustible.///