“Los radicales no tenemos que cogobernar”
Subrayó Pedro Azcoiti al celebrar los 40 años de democracia y homenajear a Alfonsín
“Los radicales no tenemos que cogobernar”, recalcó Pedro José Azcoiti, señalando que la ciudadanía, a través del voto popular, puso a la Unión Cívica Radical en la oposición, como parte de la coalición Juntos por el Cambio, que salió tercera en las elecciones generales del 22 de octubre.
El ex legislador marcó así una clara diferencia con dirigentes de esa alianza política que hoy forman parte del gobierno de Javier Milei, como Patricia Bullrich (del PRO) y Luis Petri (radical), quienes llegaron a ese lugar producto del acuerdo hecho por Mauricio Macri con el líder de La Libertad Avanza.
Azcoiti se expresó al hablar el último domingo, 10 de diciembre, fecha en la que se cumplieron 40 años de la asunción de Raúl Alfonsín como presidente de la Nación, en un acto organizado por la Unión Cívica Radical de Necochea, llevado a cabo junto al busto del ex mandatario erigido en un sector de la Plaza Dardo Rocha,
“Los radicales no estamos para integrar este gobierno. Tampoco estamos para poner palos en la rueda. Estamos para oponernos a todo lo que tenga que ver con políticas que ha se han llevado adelante”, manifestó. Y aludió al incipiente gobierno libertario, señalando que “es la continuación lisa y llana” de lo que fueron las gestiones de José Alfredo Martínez de Hoz como ministro de Economía de la dictadura militar y de “lo peor del gobierno de (Carlos) Menem”.
“Creo que se vienen años de lucha, de pelea”. Vamos a estar en la oposición. Levantemos aquellas banderas de unidad nacional, de soberanía política, aquellas banderas que nos dieron origen”, instó a los radicales presentes. Y concluyó su discurso parafraseando a Hipólito Yrigoyen, afirmando que “la democracia no es solamente la libertad política. La democracia es, siquiera, que cada uno de los argentinos pueda gozar de un mínimo de felicidad”.
“Está muy claro que el pueblo argentino nos puso en la oposición”, había recalcado previamente, a la vez que reivindicó el gobierno de Raúl Alfonsín, señalado el contexto en el cual asumió en 1983, manifestando tener dudas respecto de que la que recibió Javier Milei haya sido “la peor herencia” recibida, como señalara el actual mandatario.
Gobierno de Alfonsín
Recordó que en 1983, tras siete años de “la dictadura más sangrienta de la historia argentina, con miles de muertos y desaparecidos”, durante la cual Argentina perdió una guerra con Gran Bretaña, estuvo a punto de iniciar antes otra con Chile y había una persistente hipótesis de conflicto con Brasil, que se terminó de diluir con los acuerdos alcanzados por los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney, que derivaron en la creación del Mercosur. Y señaló también que por entonces “había una inflación casi como la de hoy”.
En la fecha en que se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, Azcoiti enfatizó que tres días después de haber asumido, Alfonsín firmó dos decretos, ordenando el juzgamiento de los responsables de la violencia en la Argentina en los años ’70. Uno, el Decreto 157, por el que se juzgó a los miembros de organizaciones armadas que se sublevaron contra el gobierno constitucional entre 1973 y 1976. Y el Decreto 158, para que se juzgara a los responsables de las sucesivas juntas militares, entre 1976 y 1983.
También recordó que tres días más tarde Alfonsín firmaba otro decreto, creando al Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), integrada por representantes de diversos ámbitos y que, presidida por el escritor Ernesto Sábato, derivó en el informe final titulado “Nunca más” (en alusión a la célebre frase del fiscal Julio César Strassera, al concluir su acusación en el histórico Juicio a las Juntas) en 1985).
Haciendo un repaso de la gestión de Alfonsín entre 1983 y 1989, Azcoiti recalcó que no se limitó a hacer una revisión del pasado, sino que también “intentó proyectar hacia adelante”, impulsando iniciativas en el ámbito educativo (entre ellas el Congreso Pedagógico Nacional y la normalización de las universidades).
Reconoció, también, que no tuvo éxito en el aspecto económico, aunque rescató el Plan Austral lanzado en 1985, de la mano de Juan Sourrouille, señalando que no sólo apuntaba a la estabilización económica, sino también a la protección de los sectores productivos.
“El Plan Austral no estaba basado, como la mayoría de los planes de estabilización que en este país llevan adelante los sectores de la derecha política, en ordenar las cuestiones financieras sin tener en cuenta a la producción, que es la que, en definitiva, tiene en cuenta los intereses del pueblo”, enfatizó el ex legislador provincial y nacional.
En defensa de aquel plan, que tuvo éxito inicialmente pero se diluyó posteriormente, sostuvo que “fue bombardeado por sectores que aún hoy gozan de determinados privilegios, de ámbitos económicos, financieros y gremiales”.
No soslayó Azcoiti que, además, durante la gestión de Alfonsín hubo 13 paros generales promovidos por la CGT, además haber sufrido tres intentos de golpes de Estado, en alusión a las dos rebeliones de militares “carapintadas” y el demencial ataque a un cuartel militar en La Tablada, por parte de la organización “Todos por la Patria”
“A pesar de todo se cumplió”, expresó el dirigente radical, recordando que el primer objetivo que se trazó Raúl Alfonsín fue “que después de más de 50 años, un gobierno surgido de la voluntad popular, pudiera entregarle el bastón de mando a otro” gobierno de la misma índole. Así ocurrió, aun golpeado por la hiperinflación y una profunda crisis social, adelantando unos meses la entrega del poder, Alfonsín puso en manos de Carlos Menem el bastón de mando el 8 de julio de 1989, casi seis años después de haber asumido.
Rol del Estado
En su reflexivo discurso, Azcoiti insistió en que los radicales, desde la oposición, deben “seguir el ejemplo de Alfonsín, pero también el de Hipólito Yrigoyen, a quien el actual presidente, sin nombrarlo, lo nombró (en su discurso de asunción), ya que los 100 años a los que hace referencia (Javier) Milei (de decadencia de la Argentina) es a partir de la Ley Sáenz Peña, por la cual el pueblo argentino se pudo expresar libremente y elegir a sus gobernantes. Alli, para el actual presidente, empiezan los males de la Argentina. Por lo tanto, los males del país, para el presidente, empezaron con la Unión Cívica Radical”.
“Nosotros no creemos que el Estado tenga que ser como lo usó y mal usó el gobierno que acaba de irse. El Estado tiene que ser una herramienta. Tiene que estar al servicio del pueblo argentino. Por eso, durante el gobierno de Yrigoyen y el posterior de (Marcelo Torcuato de) Alvear se creó YPF, que es un orgullo para los radicales”, añadió.
Asimismo, destacó que el gobierno de Alfonsín “creyó en la reforma del Estado”, poniendo como ejemplo la iniciativa de Rodolfo Terragno para que Aerolíneas Argentinas se asociara con SAS, la compañía aérea escandinava, fuertemente resistida desde el peronismo en ese entonces. “No se trataba de privatizar la empresa, echando gente y renegando del Estado. Era entender que los estados pueden tener empresas modernas, complementándose en este caso, manteniendo el 51% de las acciones. Esa es la visión de un estadista que cree en un Estado moderno, no en la desaparición del Estado”, concluyó.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión