Luciano Valenzuela formó parte de una expedición de Greenpeace
Estuvo embarcado en el velero Witness y recorrió las costas de Buenos Aires, Río Negro y Chubut donde se planea realizar exploraciones sísmicas
El investigador del Conicet de nuestra ciudad, Luciano Valenzuela participó recientemente de una expedición de Greenpeace a bordo del velero Witness, donde recorrió las zonas del mar argentino planeadas para la exploración petrolera offshore, en las costas de Buenos Aires, Río Negro y Chubut, con el objetivo de tomar registro de la fauna marina de esa región, tomar muestras de plancton y que esta información sirva a futuro para poder comparar el ecosistema cuando se empiece con la exploración sísmica y la explotación petrolera en la zona.
Valenzuela además es integrante del Instituto de Conservación de Ballena (ICB) y se sumó a esta experiencia durante una semana, donde tomaron muestras y realizaron observaciones y un primer reconocimiento de la zona.
De la travesía también participaron Mariano Sironi, director científico y las investigadora Carina Maron y Camila Muñoz Moreda del ICB y Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace, Hernán Pérez Orsi, activista y miembro de Greenpeace a cargo del área de investigación oceanográfica.
Con respecto a la tarea realizada puntualizó que “es una zona poco explorada pero sabemos que es una zona de alimentación de aves, tortugas y mamíferos marinos, como la ballena franca austral”.
Al mismo tiempo, el científico aclaró “es una zona donde las empresas que se postulan a la explotación petrolera lo minimizan, dicen que es un área de paso y la realidad es que pudimos documentar un gran número de mamíferos marinos en distintos comportamientos, no solamente de viaje sino de alimentación y especies que son extremadamente raras de observar como el delfín liso, entre otros”.
Durante la travesía, registraron la presencia de orcas, ballenas jorobadas, delfines oscuros, comunes, australes y lisos, además de unas 170 ballenas piloto, lobos marinos, pingüinos de Magallanes, albatros, petreles y otras aves marinas. Con respecto al área de estudio, detalló que navegaron a 300 kilómetros frente a las costas de Buenos Aires, Río Negro y Chubut, que comprenden las áreas del talud continental donde se encuentran los bloques de la Cuenca Argentina Norte.
A nivel personal, Valenzuela remarcó que “uno de los motivos por los que me sumé a esta expedición es porque es un área que tanto por mis investigaciones personales como de grupo, postulamos que es un área de alimentación de la ballena franca austral y nunca se había hecho una expedición con nuestro grupo”.
Concientización
Greenpeace más allá de la divulgación y la campaña de concientización querían tener investigación científica a bordo del velero y por este motivo los científicos no dudaron en aceptar la propuesta. “La gente de Greenpeace es muy abierta al diálogo y fue súper enriquecedor”, afirmó y añadió que al permanecer en el velero Witness “fue una experiencia única, donde las tareas son compartidas con los colegas, es decir, nos ayudamos unos a los otros en las distintas tareas diarias”.
El reporte que los científicos realizaron fueron elevados a la secretaría de Ambiente de Nación y Provincia, dejando constancia que hay ciencia en Argentina.
“La información recabada no fue utilizada para tomar decisiones y si en el futuro hay consecuencias negativas, nosotros hemos tratado de que las cosas se hagan bien” y recordó que uno de los momentos más emocionantes fue cuando observó un delfín liso.
A nivel personal analizó “creo que toda esta situación (exploración petrolera offshore) va a ser muy difícil de revertir, pronto comenzarán las exploraciones sísmicas y nosotros queremos brindar conocimiento a la población de lo que hay en esta región, en este ecosistema.
Lamentablemente los estudios de impacto ambiental tuvieron idas y vueltas porque nosotros empezamos a reclamar que estaban mal hechos porque no hubo un relevamiento como el nuestro”.
Valenzuela también sostuvo que el impacto de las exploraciones será altamente negativa para las especies. “Dependiendo de la etapa de la explotación petrolera cuando ya está instalada, los riesgos de contaminación con derrames son muy perjudiciales para la fauna y la exploración sísmica produce sonidos muy fuertes que pueden romper células de animales, órganos y oídos, además está comprobado que algunos animales cambian su comportamiento”, puntualizó.