Lunes 31 de octubre de 1994
Había buenas perspectivas para los embarques de Puerto Quequén
Se consideraba muy alentador el panorama de las exportaciones
La excelente cosecha de trigo que se vislumbraba en nuestra región y el elevado precio de los granos finos, habían configurado un panorama alentador en materia de embarques para 1995 en Puerto Quequén.
Las exportaciones comenzarían en lo inmediato y no se produciría la demora que se había registrado anteriormente.
Por su parte, se había pronosticado que Brasil se afianzaría como el principal destino del trigo pan que se enviaría a través de la estación marítima local.
La situación de la Argentina en cuanto al comercio de granos se había presentado muy favorable por diversos factores externos, los cuales se desprendían de un informe que se había brindado por el Consejo Internacional del Trigo, que había estimado 533,7 millones de toneladas de producción mundial de aquella campaña, Esto había demostrado que sería la más baja de los últimos seis años, si se comparase con la de 1988, cuando se habían cosechado 500 millones de toneladas. En la última campaña se había llegado a los 566 millones.
Este descenso había obedecido a una merma en la cosecha australiana y ucraniana, y esta baja había causado una reducción de los stocks finales, los que según el mencionado organismo se achicarían de 129 millones a 107 millones.
De este modo se había considerado que no habría inconvenientes para la colocación del saldo exportable del trigo argentino.
Con el escenario planteado, Puerto Quequén había aparecido como una de las principales puertas de salida para los granos de la región y las consultas que habían sido formuladas en ámbitos relacionados con el comercio internacional de cereales, habían permitido palpar un ánimo optimista en cuanto a las operaciones de 1995.
Contrariamente a lo que sucediera en aquel año, los embarques de la próxima campaña se iniciarán prontamente y se había confirmado que ya se habían cerrado negocios, fundamentalmente los que se habían establecido con Brasil.
Primera etapa de urbanización
El Concejo Deliberante sería escenario de una nueva sesión ordinaria en la que se abordaría el expediente que municipal que autorizaría al Departamento ejecutivo municipal a que realizase las tareas de medición, del Jardín de Rocas y desarrollo urbano.
Antes de la reunión, se desarrollaría una sesión especial del cuerpo edilicio, oportunidad en que el intendente José Antonio Aloisi, los concejales, los consejeros escolares, la secretaria del HCD y la jueza de Faltas de procederían a jurar la reformada Constitución de la provincia de Buenos Aires.
El proyecto de ordenanza enmarcado en el tratamiento del desarrollo del frente costero Sur contaba con la participación de técnicos y concejales de los del Partido Justicialista y de la Unión Cívica Radical.
La iniciativa había establecido que previamente al citado loteo, se debería elevar a consideración del HCD un código de edificación particularizado del sector en cuestión.
Se crearía además, una comisión de análisis, la que estaría integrada por un representante de cada uno de los tres colegios de profesionales de la Ingeniería que funcionaban en nuestra ciudad, un concejal de cada bloque del cuerpo deliberativo y funcionario municipal.
Esta comisión tendría como misión analizar la zonificación definitiva de ambos sectores, con sus respectivos indicadores urbanísticos y el código de edificación.
Cumplidos estos pasos, según lo había indicado la iniciativa, la Municipalidad estaría facultada a vender en remate público las parcelas que surgiesen del loteo de la nueva zona residencial 10, con una serie de obligaciones puntuales para el futuro comprador.
Cabe destacar que los recursos que se lograsen mediante las ventas se destinarían en un 70% a la materialización de obras de infraestructura y para forestar más de 200 hectáreas del Parque Miguel Lillo, mientras que el 20% restante de los fondos que hubiesen sido obtenidos se afectarían para iniciativas a desarrollar en el litoral marítimo de la ciudad de Quequén y la forestación de las márgenes del río Quequén, y el 10% final para los gastos que demandase la aplicación de este proyecto de ordenanza.
Jura de la constitución
El intendente de Necochea José Antonio Aloisi, los concejales y los consejeros escolares del distrito jurarían, en una sesión especial del Concejo Deliberante, la Constitución de la Provincia de Buenos Aires que había sido recientemente reformada.
El encuentro daría comienzo con el izamiento de la bandera nacional, tras lo cual los presentes entonarán las estrofas del Himno Nacional Argentino. Acto seguido, se daría lectura al decreto de convocatoria para este encuentro.
Más tarde, el presidente del Concejo Deliberante, doctor Luis María Alsinet, tomaría juramento al intendente Aloisi e inmediatamente haría lo propio con los miembros del HCD.
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