Mataderos le ganó el clásico al “León” frente a una multitud
El Rojo superó a Villa del Parque por 2-1 y le dio una gran alegría a su gente, que festejó por adueñarse del clásico Norte-Sur
Una tarde de verdadera fiesta se vivió ayer en Barrio Norte, del fútbol por cuanto una multitud le dio un marco imponente al clásico Norte-Sur, y de Mataderos especialmente, que le ganó a Villa del Parque por 2-1 y se tomó revancha de la derrota en la primera rueda por 1-3.
El equipo de andar irregular se impuso por sobre aquel que podía ser puntero de la zona B. A Mataderos le ha costado mucho ganar en su propia cancha y ante su gente en los últimos dos años. Ambos son alicientes que por supuesto quedan totalmente de lado a la hora de jugar un clásico, donde todo se empareja y cada uno ofrece un plus por su camiseta. Así lo entendió Mataderos, que lució más equilibrado que aquellas tardes con línea de tres defensores que lo transformaba en un equipo sin término medio, y que además estuvo muy certero frente al arco.
Tan metido en el partido salió el Rojo que pegó el primer grito a los 30 segundos de juego: Mateo Pérez envió un centro al corazón del área, Cordero se quedó corto en la cobertura hacia atrás y entre él y Ezama se interpuso un pillo “Coco” Díaz, que alcanzó a impactar la pelota que pegó en el travesaño y se metió. Los corazones locales explotaban y Mataderos arrancaba el clásico de una manera más que soñada.
Golpeado por el impacto, Villa se adueñó de la pelota y encabezado por el coraje de Mateo Martínez se empezó a ir contra el área local. La pelota parada es muy decisiva en el fútbol local y así como con Rivadavia, Mataderos lo volvió a sufrir con Villa. A los 37’, Mateo envió un centro perfecto al segundo palo y Miguel Cordero, el mismo que había fallado en el gol de Mataderos, empató con un frentazo certero que derrotó a Jara. ¿Hay una mejor manera de redimirse que con un gol propio?.
Pero Mataderos estaba en su tarde y casi que no lo dejó celebrar el 1-1 a su rival, porque a los 41’ Hegoburo puso un pase perfecto al vacío para De Lucca, y el capitán centró desde la derecha para la llegada a la carrera de Ibargüengoitía, frentazo tremendo del balcarceño y otra vez Mataderos arriba. Quedará para analizar en el equipo de Rodolfo Ojeda, porque estaba tan descubierto el ataque de Mataderos en el sector que debía defender Cerezuela.
Luego de esos 45 minutos intensos, llegó el descanso y Villa debía salir a demostrar por qué quería ser puntero de la zona B junto a Estación Quequén. A los 10’ ingresó “Nacho” Bonggiovanni y ello parecía una amenaza para Mataderos, de hecho, el nº 18 escapó solo tras habilitación de Alaniz y definió muy bien pero el palo salvó a Mataderos. No obstante, el local se reagrupó bien en defensa y le cerró los caminos al León, solo Mateo Martínez inquietó con su gambeta y un ‘tomá y hacelo’ a Bonggiovanni, pero en ésta Ignacio la pifió y en las siguientes, apareció la seguridad de Lucas Jara, para demostrar que Mataderos fue un equipo en todas las líneas y ganó el clásico en buena ley, para desatar una fiesta por todo Barrio Norte que seguramente duró hasta altas horas de la noche.
Una fiesta: “No tenemos nada que envidiarle a ninguna liga”
El colorido que brindaron las parcialidades de Mataderos y Villa del Parque ayer en el clásico disputado en Barrio Norte fue sensacional. Se vivió un clima de fiesta desde temprano, y a la hora del partido era una verdadera multitud la que se había dado cita al clásico, a tal punto que en todo el perímetro del estadio había gente. No solo se pudo disfrutar el contraste de los colores del Rojo y el negro y azul del León, mediante bengalas de humo, banderas, papelitos y serpentinas, sino que se entregó un gran espectáculo futbolístico y al respecto, el DT de Mataderos, Fernando Rodríguez, valoró post partido que “fue una fiesta de los dos lados, previo a esto decía que hoy (por ayer) iba a ser una tarde hermosa y no tenemos nada que envidiarle a ninguna liga, de los dos lados fue espectacular y los dos equipos jugaron como se tiene que jugar un clásico”.
Una provocación un tanto zafada
El folclore del fútbol a veces suele tener excesos, y ayer entre tanto fervor en la parcialidad local apareció una especie de ataúd que estaba decorado con los colores de Villa del Parque y se exhibió permanentemente.///
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