“Mi trabajo en el escenario es crear e interpretar personajes”
Sin prejuicios. Aseguró la artista Milagros Cabrera, quien desde chica comenzó a hacer teatro en un taller de Escobar, en el Gran Buenos Aires y nunca más se alejó de las tablas
Mario Maruca
Redacción
“Mi trabajo en el escenario es crear e interpretar personajes, sin prejuicios. Contar algo que te llegue, que te deje pensando”, señaló Milagros Cabrera, quien ama el teatro y durante la charla con Ecos Diarios, dio cuenta de esa pasión que la atraviesa.
“Estudié también la parte visual del teatro, la escenografía, vestuario, maquillaje, que son una parte importante” añadió y consideró que “estar frente al público y expresarme, es una sensación muy difícil de describir. Tiene magia y un tiempo diferente, lo disfruto mucho”.
Cabrera sostuvo que “desde chica jugaba a hacer personajes y representaciones, me disfrazaba y actuaba en la escuela. En casa estábamos en obra y el andamio era mi escenario”.
Su amor por la actividad en las tablas hizo que “a los 12 años, empecé en un taller de teatro, y nunca más dejé. Participé en muchos talleres y grupos, y formalicé mis estudios egresando en la Escuela El Duende, de Agustín Alezzo, mientras que Lizardo Laphizt, es el gran Maestro que atesoro de esos años”.
Milagros ya actuó en escenarios de Necochea y reconoció que “la gente es muy amable, algunos se acercan a contarnos cómo se identificaron, o se emocionan con lo que uno transmite y eso es muy gratificante”.

La mujer, en la sociedad
Sobre la propuesta artística que “estamos trabajando, se llama ‘La Casa’, bajo la dirección de Leonela Laborde y yo estoy en la actuación. Es una obra de teatro con la cual trabajamos durante un año, donde nos planteamos el lugar de la mujer en la sociedad, y en La Casa, que es donde muchas nos desempeñamos”.
Aseveró que es “un trabajo de invisibilizar, de cuidado, de mucha carga mental. En el que se resalta qué tiempos tiene la mujer para hacer otras cosas, cosas que le interesen y que no sean obligaciones”.
Milagros Cabrera puntualizó que “tanto Leonela como yo, venimos de diferentes formaciones teatrales, y con esta propuesta ambas salimos de nuestra zona de confort. Y estamos muy contentas con el resultado”.
Aprendizaje diario
La mujer atrapó el teatro desde pequeña y como un juego, y en grupo de preadolescentes en el Teatro Girona, de Escobar, donde con un conjunto de estudiantes del nivel secundario, “participamos en los Torneos Bonaerenses, llegando a la semifinal y representando al partido de Tigre”, recordó.
Luego “hacíamos funciones en otras escuelas, en la calle, en eventos municipales y por todo ello, descubrí un mundo maravilloso. Lo hermoso del teatro es que nunca se termina de aprender, cada obra es una búsqueda y un aprendizaje diferentes”.
Al respecto añadió que “desde historia, cultura, música y comportamientos sociales, es lo que compone a un personaje, y qué hace, por qué, cómo reacciona. Es fascinante”.
Milagros Cabrera también es artista plástica y se desarrolla en ese campo con mucha docilidad, apreciando imágenes y colores.

Perfil
“Nací en La Plata y viví muchos años en la localidad de Benavídez, partido de Tigre, en el gran Buenos Aires”, narró Milagros durante la charla mantenida con Ecos Diarios.
“Me establecí en Necochea hace 10 años, con mi compañero, porque ambos queríamos un lugar tranquilo para vivir, lejos de la Ciudad de Buenos Aires. Él pudo tramitar un pase en el trabajo (el Hogar Alejandro Raimondi) y nos mudamos. Nuestra hija es necochense y pronto cumple 6 años”, expresó con una sonrisa en su rostro la artista.
Y recordó que la vida le permitió reunirse nuevamente “con mis padres y hermana, quienes se mudaron a Necochea luego de la pandemia de Covid-19 y desde ese momento, compartimos lindos momentos en esta hermosa ciudad”.
La propuesta teatral
Acerca de la propuesta teatral denominada “La Casa”, que se ha presentado en el escenario de “Naranjo Borges” y en el Teatro Municipal Luis Sandrini, se trata de una pieza intertextual sufragista.
Es un homenaje a la figura de Mary Wollstonecraft, filósofa y escritora, defensora de los derechos de la mujer y madre de Mary Shelley, autora de Frankenstein.
Ella busca, en cada imagen deshacerse de la historia familiar, de los patrones heredados, en especial, el lugar de la mujer como “ama” de casa. La casa como refugio o prisión.
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