Miguel Lillo está de vacaciones en Necochea
La divertida anécdota del turista sanjuanino homónimo del naturista
“Vengo a cobrar lo mío”, dijo el hombre y le entregó el documento de identidad a la joven empleada del Camping Miguel Lillo. La chica no entendió hasta que vio el nombre que figuraba en el DNI: Miguel Lillo.
Entonces se dio cuenta de que era una broma y llamó inmediatamente a uno de los dueños del complejo de mar para contarle que había un hombre en la recepción que se llamaba Miguel Lillo.
Hoy el señor Lillo es un habitué del camping y este verano nuevamente ha regresado a pasar unos días en Necochea.
Las sonrisas se repiten no sólo dentro del camping, también cuando concurre a cualquier comercio de la ciudad y para pagar con la tarjeta tiene que presentar el documento.
Lillo dijo que aquella broma de la primera vez que vino a quedarse en el camping fue espontánea y que no buscaba más que hacer reír a la empleada, pero la reacción de los dueños del campo fue sorpresiva.
“Es la primera vez que tenemos un Miguel Lillo de carne y hueso acá”, le dijo aquella vez uno de los propietarios del camping.
Así el sanjuanino se convirtió en un invitado especial en aquel primer verano. “Estoy muy agradecido, la gente del camping se portó muy bien. Me tuvieron ‘regaloneándome’ sin pagar un centavo todo el tiempo que yo quise”, recordó.
“Esa no era mi intención”, dijo Lillo, que de acuerdo a su perfil de Facebook es un fan de la vida al aire libre.
Un nombre en común
Aunque en la actualidad Miguel Lillo es un nombre común para los necochenses, la mayoría desconoce quién fue este hombre cuyo nombre lleva el parque.
En realidad no sólo no era necochense sino que jamás conoció el parque, ya que falleció en 1931, 17 años antes de que se creara el vivero dunícola que dio origen al bosque de 600 hectáreas.
Miguel Ignacio Lillo nació en San Miguel de Tucumán en 1862 y fue un destacado naturista y profesor. En 1914 la Universidad Nacional de La Plata le otorgó el título de Doctor Honoris Causa.
Fue director del Museo de Historia Natural de la Universidad de Tucumán.
Poco antes de morir donó todos sus bienes a la Universidad de Tucumán, que con esos recursos creó la Fundación Miguel Lillo.
Además del parque y el camping de Necochea, llevan su nombre una de las unidades académicas de la Universidad Nacional de Tucumán y el “Instituto Miguel Lillo”. También un barrio de Tucumán.///
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión