Creador de un estilo propio llamado “arte chatarra”, conformado principalmente por esculturas realizadas con materiales en desuso, el artista Carlos Regazzoni falleció hoy a los 76 años.
Entre las obras más vistas y conocidas de Regazzoni están las hormigas que asoman sobre el techo de un galpón en la porteña avenida Del Libertador, donde funcionó su atelier, cerca de la Estación de Retiro, o el grupo escultórico que se emplazó en la localidad Azul en 2007, en el marco del I Festival Cervantino, con un Don Quijote de La Mancha y su caballo Rocinante, Sancho Panza y su burro, Dulcinea del Toboso y el galgo corredor, realizados íntegramente con partes de autos, motos, colectivos, camas, envases, y toda clase de elementos que escultor fue encontrando.
La obra de Regazzoni, nacido en Comodoro Rivadavia, alcanzó una verdadera proyección internacional luego del premiado film “El Hábitat del Gato Viejo” del cineasta Franck Joseph en 1992, un retrato sobre su vida como artista.
Sus obras también se exhiben en parques del barrio porteño de Palermo y una de las más monumentales está instalada en Pico Truncado: un Bridasaurio de 17 metros, que realizó con desechos de la industria petrolera. (DIB) AR