Necochea sembró futuro: Jornada Provincial de Cebada y Trigo
La iniciativa convocó a más de 140 referentes del agro
ROCIO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
Con un auditorio colmado y la presencia de productores, acopiadores, exportadores y especialistas, el Centro de Acopiadores de Cereales fue escenario ayer de un intercambio sobre las diferentes problemáticas, soluciones y desafíos del sector.
La ciudad vivió una jornada clave para el presente y el futuro del agro bonaerense. En el marco de la Jornada Provincial de Cebada y Trigo, más de 140 personas se dieron cita para debatir, compartir conocimientos y trazar conclusiones sobre dos de los cultivos más relevantes de la región en el evento que contó con la organización de Alfredo Farisano.
Los encargados de dar comienzo a la Jornada fueron Alfredo Farisano como organizador; Juan Bautista Iriberri como presidente del Centro de Acopiadores de Cereales y Jimena López como presidenta del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén.
“Nosotros no intervenimos específicamente en la cadena, pero sí somos responsables de la logística, tanto en la zona primaria como en la zona no primaria”, dijo Jimena López, que alentó a los productores y empresarios a hacer los planteos necesarios para mejorar en temas servicios, tiempos y la búsqueda de nuevos mercados.
“Esto es un encuentro que hemos preparado con apoyo del INTA, después de varios años que no se hacía nada. La idea es repensar la agricultura que se viene, sobre todo pensando que hay empresas que se quieren radicar acá”, dijo Farisano.

Juan Bautista Irriberri, destacó el impacto del evento: “Es muy importante volver a encontrarnos cara a cara. Desde la pandemia no había reuniones de esta magnitud. Hoy se vieron muchos cambios en el comercio mundial, en las exigencias del mercado y en los sistemas de producción, por eso era necesario este espacio para comenzar a interactuar desde el productor hasta el exportador”, explicó.
Uno de los ejes más abordados fue la necesidad de certificar procesos y demostrar sustentabilidad, un punto en el que la región tiene mucho para ofrecer. “Tenemos condiciones climáticas óptimas, tierras excelentes, productores de primer nivel y un sistema sustentable. No deforestamos, trabajamos con siembra directa y cuidamos la huella de carbono gracias a la cercanía del puerto. Lo que nos está faltando es comunicarlo y certificarlo para ganar mercados”, afirmó Irriberri.
Javier Buján, otro de los disertantes, fue enfático en la misma línea: “Sabemos que acá se producen cultivos sustentables, pero hay que demostrarlo. Lo que se viene es la certificación: que cada eslabón de la cadena, desde el productor hasta el acopio, pueda acreditar cómo trabaja. No es tan complicado, pero hay que empezar ya”, sostuvo.
La clave, coincidieron varios, está en alinear lo que se produce con lo que demanda el mercado. “Hay que dejar de producir solo lo que queremos y empezar a producir lo que el mercado necesita. Si no certificamos, si no comunicamos, si no aseguramos continuidad y calidad, podemos perder mercados y recuperar uno no es fácil”, alertó Buján.
Conclusiones
Josué Berman, de la empresa Mebur, participó de las conclusiones de la jornada y expresó que “estamos pasando por un momento que se caracteriza por la volatilidad, la falta de certezas, la incertidumbre y que resulta ambiguo, a veces, porque intervienen muchos elementos”.
Y agregó: “Antes nos quejábamos por problemas locales de la Argentina, pero ahora el mundo se ha argentinizado y todo se ha vuelto más complejo, viviendo las novedades día a día”.
Por su parte, el ingeniero Mario Cattáneo resaltó que ha sido “una buena idea poner a los dos cultivos de invierno más importantes juntos en una misma jornada” y la gran presencia de público. En su disertación habló puntualmente de cebada, de variedades, del contexto mundial y las posibilidades de Argentina.
Otros expositores Inés Di Nápoli, Paula Laterza, Gabriel Gavarrino, Francisco Dipane, Juan Erreguerena, Diana Martino, Néstor Machado, Luciano Sosa, Santiago Ferro, Hernán Sain Rozas y Eduardo Sierra.
El evento dejó como conclusión una mirada optimista, pero con desafíos por delante: Necochea y su zona de influencia tienen todo para destacarse en el mundo agroalimentario: calidad, sustentabilidad, logística y conocimiento. Ahora, el desafío es mostrarlo, certificarlo y venderlo bien.
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