Necochea y las cosas perdidas
«Podemos recuperar
el terreno perdido,
el tiempo perdido no «
Napoléon Bonaparte.
El tiempo perdido no se recupera nunca y terminamos descubriendo que, aun habiendo hecho gran parte de lo que nos propusimos siempre faltará algo en el balance final.
Necochea ha incorporado a su historia muchos hechos positivos por eso no se debe caer en el pesimismo o en la queja constante, aun así, la crítica construye, orienta y da formación al espíritu de criterio, proyecta y sirve para la discusión. Aquí cae la responsabilidad del crecimiento o del retraso pero no es intención ponderar determinadas décadas pero es imposible no abrir un juicio de valor como un anecdotario feliz, porque lamentablemente el balance deja palmariamente demostrado muchas cosas perdidas. Hay cambios que llegaron para quedarse que son positivos sus efectos y por otro lado añoranzas que no son compatibles con el presente sin la posibilidad de recuperar algunas cosas de aquella añorada Necochea pensando en utopías irrealizables como suponer que el tren, por ahora, vuelva a estas playas.
La gran pregunta ¿se puede generar empleo en Necochea?
En una Argentina con una inflación estimada para este año en un 50 %, estando en el indecoroso podio junto a países como Venezuela, con inversiones que raramente lleguen ante un panorama que contiene falta de credibilidad, cambio de reglas, inseguridad jurídica, profusión de planes sociales en el que desde hace una década no crece el empleo privado, en este escenario es difícil que nuestro distrito sea una isla dentro del aciago archipiélago que tenemos a la vista. Aun así gracias a la mano de Dios que nos benefició con la posibilidad de explotar el turismo con la playa y el mar el verano en Necochea da posibilidades de incorporar temporalmente, por lo menos, cierta mano de obra al mercado laboral.
El mundo también nos advierte claramente que cada día habrá más empleos que serán reemplazados por el avance de la tecnología robótica y será inexorablemente lo que sucederá en poco tiempo en la Argentina. En nuestro caso razones que el tiempo ha borrado, pero lejos de lo señalado, también sufrió la pérdida de tradicionales fuentes de trabajo por solo señalar algunas como Metalúrgica Necochea, Ardanaz, Galilea Casa Gómez, Sur Lac, La Criolla, Agromar, El ABC., Huemul, la industria procesadora de pescado, las lanchas amarillas eran mucho más que un color y podríamos seguir con una enorme lista que seguramente podrán volver a la memoria de tantos al leer estas líneas. Necochea conserva de aquellas décadas un vigoroso impulso de la construcción, supimos ser la tercera ciudad en la provincia de Buenos Aires durante los setenta y ochenta, tomando en cuenta la población a ese momento; en el presente sigue siendo importante y en honor a la verdad se debe tener en cuenta la expansión de barrios y sectores que hoy están nutridos de pequeños comercios cuentapropistas, pero que no son generadores de mano de obra, instalados sobre las avenidas 75 y 42, que prácticamente eran desoladas en este aspecto hace 30 o 40 años.
La decadencia del sector privado como generador de empleo ha sido suplido por el Estado, hoy el Departamento Judicial ocupa un importante número de dependientes, más allá de jueces y secretarios; sin embargo hay que buscar el equilibrio, de aquellos 500 empleados en la administración Yelpo y de Percario en los 70 a los 2.400 de la actual planta municipal, más allá si la ciudad requiere mayores servicios, no resiste el menor análisis ese número que se viene incubando desde 1983.
Abrir nuevos mercados
Tenemos cualidades en nuestro suelo y un apto clima, lo hemos dicho en otras oportunidades, para generar un cinturón hortícola; hoy se requiere la urgente producción de papa, tomate, cebolla, zanahoria, lechuga, poroto, ajo porque nuestra zona es adaptable a esta posibilidad para pequeños, medianos y grandes productores creándose así una gran huerta en el sudeste de la Provincia.
Estamos rodeados de molinos harineros como lo tiene San Cayetano, tres (uno exportador), Balcarce, Tandil, Gonzáles Cháves, Tres Arroyos y Lobería habiendo sido la primera industria de Necochea el desaparecido molino que estaba en calle 47 y 58. Resulta incomprensible no contar con esta herramienta en la ciudad tan vinculada a la producción zonal. No podemos cambiar la Argentina desde un distrito del sudeste bonaerense, tampoco quedarnos inertes, paralizados, esperando el viento si viene bien o produce daños, no nos puede caer del cielo el empleo, tampoco soñar con fábricas de miles en un día, soñar no cuesta nada, pero duele cuando la verdad queda al desnudo al despertar.
El dolor de ya no ser en deporte y espectáculos
Necochea tuvo dos ejes muy claros que marcaban las temporadas de verano, los espectáculos y el fútbol. Por si las nuevas generaciones lo ignoran desde los años sesenta hasta los noventa incluidos nuestra ciudad tenía un nivel de espectáculos que solamente quedaba en segundo lugar luego de Mar del Plata mientras otras plazas eran inexistentes, llegaba la excelencia artística que no sólo actuaba aquí sino que vivía durante el tiempo que permanecía el espectáculo, alquilando, gastando, promocionando lo nuestro, con la presencia de los medios periodísticos capitalinos ocupándose de esas figuras que se presentaban en una variada cantidad de teatros y cafés “concert” llegando a contar con más de diez salas teatrales que funcionaban de martes a domingos y, recibiendo los lunes a compañías que venía de Mar del Plata.
Aquí no podemos dejar de agregar que el fallecido actor Ricardo Bauleo y su esposa Gilda Lousek, luego de hacer por primera vez temporada en Necochea decidieron quedarse a vivir en la zona de la Villa Díaz Vélez siendo el actor el mentor de una asociación de fomento, de corta vida, de la Villa. Necochea no le fue tan generosa como él supuso y regresó a la capital logrando en el cine el éxito con “Los super agentes”: Tiburón, Defin y Mojarrita.
Atraído también por el movimiento de Necochea, en aquel tiempo el popular actor de teatro, cine y televisión Juan Carlos Thorry, explotó comercialmente el hotel “Acapulco”, motivos que desconocemos también lo llevaron a dejar ese emprendimiento y volver a las tablas capitalinas. Dos realidades de una ciudad que fue, por aquellos años, convocante también para muchos y anónimos argentinos.
Casi símil el fútbol, Boca y River los grandes y los no tan grandes elegían nuestras playas como preparación en la pretemporada y algunos directores técnicos lo tomaban también como cábala para el campeonato porque le había ido bien a su equipo en el último torneo. Sería difícil indicar qué club no hizo pretemporada en nuestros médanos. La falta de hotelería adecuada para esos millonarios planteles y el riesgo que ofrecían las canchas, por la posible lesión de un jugador por el que se podría llegar a pagar una fortuna en el exterior ahuyentaron a los más grandes de la liga nacional hacia otros lugares que les brindasen confort, servicio y seguridad en los entrenamientos o amistosos.
El campo el permanente actor de nuestra economía
No podemos olvidar al mayor agente productivo de Necochea como es la rica zona agrícola ganadera que supo tener exposiciones de la Sociedad Rural de elevada calidad, concentrando un sector arraigado desde los orígenes mismos de la fundación, hoy esos eventos también son un recuerdo. Debemos actualizarnos y seguir la corriente de lo que hoy quiere el público. No es cuestión de buscar culpables, que los hay, pero no podemos detenernos en el tiempo y perder el presente. Algunas cosas, es cierto, no volverán jamás. Necochea tiene todo para tener esperanza de un futuro promisorio, la meta todavía no está cercana.