“No nos cayó tan mal que se postergaran los Paralímpicos”
El loberense Ariel González, director técnico de la selección argentina de atletismo para personas con parálisis cerebral, apuntó que tras el descanso “los chicos entrenan con más ganas”
La histórica postergación de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio este año cambió la preparación de miles de atletas de todo el mundo que buscaban clasificar o llegar a la máxima cita en el máximo de sus posibilidades. Pero mientras que para algunos pudo ser un año perdido, para otros es una nueva oportunidad. Con cuatro ciclos olímpicos trabajando con atletas de alto rendimiento, el preparador físico loberense Ariel González sorprendió al opinar que entre su grupo de trabajo “no nos cayó tan mal que se postergaran los Paralímpicos”. El director técnico de la selección
argentina de atletismo para personas con parálisis cerebral analizó que “si bien depende de cada deporte, para nosotros, que tenemos atletas que ya llevan dos o tres ciclos olímpicos, notamos que venían muy estresados. Estaban casi sin descanso, con una carga emocional muy grande, después de lo que habían sido los Juegos de Río, el Mundial de Londres, los Panamericanos de Lima y el Mundial de Dubai en 2019, casi sin descanso. Son 4 años que se pasan rápido, los ciclos se acortan y desde ese punto de vista nos cayó muy bien el parate. Ahora (los atletas) están con todo. Me sorprendieron las evaluaciones, los test que habitualmente hacemos, notamos que vinieron con más ganas”.
Dejar lo virtual
Más allá de ese análisis, que apunta a lo anímico y emocional, González reconoció que ya dejando atrás lo virtual y volviendo a los entrenamientos presenciales en la pista de atletismo de Lobería, “desde el alto rendimiento fue un año perdido. Por la pandemia nos tuvimos que ir adaptando a las normativas. Ya pensando en que el año que viene son los Juegos, buscando un margen de competencia para enero y febrero. Nos espera una preparación importante, con dos ciclos emparejados, uno para los que buscan clasificar y otros para los Juegos. Retomamos en septiembre y pienso que vamos a llegar bien. El roce internacional con alguna gira será fundamental”.
Inclusión
Sobre la formación y proyección de los atletas adaptados, remarcó que “a partir de la creación del Enard, en 2010, hubo un antes y un antes en cuanto al respaldo. Hoy un atleta olímpico de handbol nacional tiene una beca que le permite entrenar y estudiar, algo que antes no se podía. Y en paralimpismo pasa lo mismo. Además cobra lo mismo el medallista de hockey, que un atleta adaptado por haber logrado la misma medalla, esa es la igualdad que se consiguió”. En tanto, a nivel municipal, desde las bases formativas, analizó que “se trabaja bien con la parte social, con las escuelas, o con programas como los Juegos Evita o los Juegos Bonaerenses, que son un centro de detección de talentos”, pero entendió que “falta aún esta pata del apoyo para acompañar al atleta con proyección nacional o internacional, que está en pleno desarrollo y tiene que viajar a competir a un Nacional al Chaco. Creo que en ese caso un atleta debería contar con el apoyo municipal también”.
La capacidad ante la adversidad
En el marco del cuarto Festival de Atletismo Inclusivo de Lobería, que este año se concreta de manera virtual con charlas y foros por videoconferencia, Ariel González presentará hoy a la hora 9 su libro “Dis-capacidad, atletismo para personas con parálisis cerebral” que escribió junto a la Federación Argentina de Parálisis Cerebral (FADEPAC) y con la participación de otros profesionales especializados en la temática.
Sobre esta experiencia, compartió que “lo tenía como idea desde hace rato, pero la pandemia me ayudó a madurarla. Apunto a hacerles entender a todos, el mundo de la discapacidad, desde la perspectiva de la capacidad que tiene la persona para mejorar, desde lo deportivo y lo educativo. Son experiencias a lo largo de mi carrera, desde una filosofía didáctica, de eso se trata el libro”. Y amplió apuntando que desde (los Juegos de) Beijing 2008 el paradigma cambió muchísimo, se dejó de ver a los atletas como discapacitados, sino como atletas de alto rendimiento. Entrenan las mismas horas que los convencionales y se aplica la tecnología y el profesionalismo al más alto nivel, donde no te podes dormir porque todos quieren llegar a ganar la medalla. Tenés que conocer la discapacidad desde la patología, la biomecánica y la estructura del movimiento para buscar el mejor rendimiento. Hoy a nivel paralímpico gana el que hace notar menos su discapacidad. El libro es tanto para el que no sabe nada de atletismo para personas con discapacidad como para otros atletas o entrenadores de alto rendimiento”.