“No puede ser que en 40 años no se haya podido reconstruir el puente Ezcurra”
José Luis Gelemur consideró fundamental para el desarrollo, la concreción de esa obra. El descuido por parte de los vecinos y el abandono de edificios simbólicos
“Hoy lo que queda del puente Ezcurra es una postal de la desidia. No puede ser que en 40 años no se haya podido reconstruir”, indicó el arquitecto José Luis Gelemur e hizo referencia a lo que significaría, en términos de desarrollo, poder concretar esta obra.
José Luis Gelemur nació en Necochea, pero durante sus primeros años vivió en el campo porque su padre era maestro rural en el paraje El Palomar. Luego, junto a su familia, se radicó en Tres Arroyos por dos años y más tarde se trasladó a La Plata, donde vivió hasta terminar la carrera de arquitectura. En 1978 regresó a nuestra ciudad, donde tuvo un paso fugaz por el sector público –fue director de Obras Públicas durante el gobierno de Alberto Percario por algunos meses- y luego desarrolló su profesión de arquitecto íntegramente en el sector privado. Actualmente está jubilado, pero siempre colabora con algún trabajo especial de esos que más le gustan. Sin embargo, hoy en día su actividad real y a la que se dedica full time es la fotografía. Empezó con esta afición en la Facultad y la desarrolló durante toda su vida. Además, administra y coordina un portal de fotografía en el que participan 250 fotógrafos de todo el mundo.
En diálogo de Ecos Diarios, dio su punto de vista. Mostró su preocupación por el abandono que presentan varios edificios simbólicos de Necochea y también la dejadez de parte de los vecinos en lo que respecta a las veredas y al cuidado de los espacios públicos. El turismo, el Casino y el Parque, temas en los que planteó su postura.
Responsabilidades compartidas
“La ciudad tiene una cantidad de bellezas, que nadie se puede imaginar. Cuando yo saco fotos y las publico, le pongo ‘a 5 minutos de casa’ y subo una foto de una persona pescando y otra de alguien surfeando una ola”. Para Gelemur, “los necochenses no valoramos” esta diversidad de espacios naturales.
Además, lamentó el abandono por parte de los vecinos en veredas y los descuidos en los espacios públicos. “Son cosas que le corresponden al vecino porque no todo corresponde a la Municipalidad”.
Por otra parte, también mencionó que tenemos íconos abandonados como el ex Cine Gran Sud, la Galería Central, el Hotel Marino, la estación de trenes, la Terminal de Ómnibus, entre otros. “La Galería Central fue un emblema de la década del 60 y 70, era bellísima, tenía calefacción radiante, era el punto de encuentro de la ciudad y ahora te da miedo entrar”.
Asimismo, agregó que “nos hemos quedado sin trenes sin aviones” y recordó que en 1978 participó del proyecto de la aerostación. “Nos sentíamos que estábamos a un paso del mundo y ahora eso no sirve ni como restorán”.
Al referirse al turismo, dijo que hay que ofrecer más servicios. “Y en esto son culpables los hoteleros y los que alquilan departamentos que los tienen armados desde hace 30 años con colchones con resortes”. A su entender, no se puede dejar de ofrecer Wi-fi y todas las comodidades en cuanto a la tecnología, pero –según dijo- todavía hay departamentos con enchufes antiguos de dos patas.
Por todas estas cuestiones, aseguró que no sólo la dirigencia política es responsable sino también la ciudadanía. “Es un combo de ambas”.
Entre el puente y el frente costero
Para Gelemur, una de las obras que impulsaría el desarrollo, sería la reconstrucción del puente Ezcurra. “Ya está hecho el proyecto, pero lo que falta es la financiación”.
“Hoy lo que queda del puente es una postal de la desidia. No puede ser que en 40 años no se haya podido reconstruir”, indicó, al tiempo, que lamentó que nos hayamos acostumbrado a verlo en ruinas.
Otro punto fundamental para el desarrollo de la ciudad, según el profesional, es la extensión del frente costero hacia el sur. “Nosotros tenemos 40 kilómetros de costa, pero nuestra costa turística empieza en la 71 y termina en la 91”.
Sin embargo, aclaró que hay que respetar el Parque. “No podemos invadirlo ni tomar una cuadra para dentro”. En este sentido, cree que se podría hacer un desarrollo después del parque eólico, aunque reconoció que “se necesita infraestructura y servicios”.
“Obras para el bien de todos”
Uno de los temas que se está definiendo en estos días es el futuro del Casino. Al respecto, se refirió a quienes están en contra de la venta y se preguntó: “Si no se vende, ¿qué se hace con ese monstruo?”.
En su caso, dijo que está “totalmente de acuerdo”, si lo producido de la venta se destina a la concreción de obras para la ciudad, pero advirtió que deben ser “obras para el bien de todos, no para unos pocos”.
Sobre qué se podría hacer en el predio, señaló que “no es que sea un negocio inmobiliario, pero los que van a comprar van a hacer alguna torre porque algún rédito le tiene que dejar a aquel que va a invertir millones de dólares”. De todas maneras, remarcó que, además de las construcciones particulares, él le daría importancia también a los espacios comunitarios.
El caso de Cariló
El arquitecto recordó que una de las primeras casas que construyó fue en Cariló, cuando había solamente entre nueve y diez viviendas. “Hoy, uno va y ve como ha crecido y no se ha hecho nada que signifique un impacto ambiental”, explicó, dando cuenta que incluso el parque mejoró con la incorporación de nuevas especies arbóreas. También contó que hay medidas muy estrictas que hay que respetar porque las construcciones no pueden tener cerco y se debe hacer un retiro importante con respecto a la línea del terreno. “Las casas son como honguitos dentro del parque”.
En nuestro parque, se lamentó el descuido por parte de la gente, que tira pañales, yerba o se descarta de cualquier desperdicio. Sobre este punto, opinó que “si hubiera intervención y ciudadanos viviendo estaría más prolijo y no nos faltaría el pulmón de la ciudad”.
De todas maneras, aclaró que no está de acuerdo que por ejemplo se extienda el frente costero sobre el Parque y se barra con todo, con la construcción de edificios. “En Cariló, por ejemplo, no hay ningún PH de dos o cuatro pisos”.
No obstante, tampoco está de acuerdo con el tipo de intervenciones que se han hecho en los últimos años, con “la licitación de una parrillita, un karting porque se va minando de cosas por todos lados”.
Con respecto a la gestión del intendente Arturo Rojas, manifestó que “la ciudad está mejor que hace un tiempo”. “Se ven arreglos que no son maquillaje y no solamente se están haciendo trabajos en las calles principales sino también en las perpendiculares”.
Además, dijo que a Rojas lo ve con “empuje”, pero consideró que está limitado por la pandemia. También hizo referencia a que Necochea nunca es del mismo color político que los gobiernos nacionales y provinciales, algo que a veces puede jugar en contra.
“Yo deseo lo mejor para Necochea”, afirmó Gelemur y aseguró que ama a la ciudad. En este momento tan especial que estamos viviendo, con motivo de la pandemia, su deseo es que podamos recibir turistas en enero y febrero como todos los años, aunque también, en este aspecto, analizó todo lo que se ha perdido.///