“Nos quejamos de los políticos, pero no participamos”
Rubén Curries consideró que no hay renovación en la política y advirtió que “la gente necesita un cambio de ánimo porque no cree en nada”. Para él, hay que trabajar en “lo humano” para empezar a mejorar la ciudad
Julieta Moreno
de la redacción
“Nos quejamos de los políticos, pero no participamos y me hago cargo”, destacó Rubén Curries, y agregó que “no hay renovación en la política porque los que participan siempre son los mismos”.
Rubén Curries nació en Necochea, donde vivió toda su infancia y juventud. A fines de 1988, terminó el secundario y se fue a estudiar periodismo a La Plata, pero por cuestiones personales no pudo continuar y, después de tres años, regresó. Entró a trabajar en FM del Atlántico en el programa Máxima Velocidad y, al tiempo, empezó a hacer la locución de la radio. Se le dio la oportunidad de estudiar en el Iser y se recibió de locutor nacional. La profesión lo llevó a trabajar en varias radios de Mar del Plata y también de Necochea y hasta tuvo un programa de televisión en el ex canal TSN. Buscando una mejor calidad de vida, se fue a vivir a Miami a fines de los noventa, donde trabajó en un restaurante tailandés y tuvo una experiencia en una radio cubana. A los tres años, se volvió, trabajó nuevamente en varias radios, entre ellas, Cadena Río y FM San Martín de Lobería. La pandemia lo llevó a estudiar coaching ontológico y vocacional y actualmente se desempeña como coach para aquellos adolescentes que están en el proceso de elección de una carrera y emprendedores que buscan un propósito. Ahora está viviendo en Lobería, pero viaja permanentemente a Necochea por trabajo. Si bien ahora no hace radio, aseguró que siempre puede volver.
En diálogo con Ecos Diarios, dio su punto de vista. Se mostró preocupado por la inseguridad, la falta de trabajo para los jóvenes y la salud. Consideró fundamental trabajar “en lo humano” y “en la mirada y la actitud de las personas” para aprender a tratarnos mejor y empezar a ponernos de acuerdo.
Salud, seguridad y trabajo
“La ciudad la veo de distintas maneras depende los anteojos que me ponga”, afirmó Rubén Curries para explicar cómo ve la situación de Necochea.
“Si me pongo los anteojos de la nostalgia, la veo fea”, opinó, refiriéndose principalmente al estado de las calles, a la inseguridad que nos afecta en nuestra vida cotidiana e incluso también en eso que tenía Necochea de que todos se conocían y se saludaban.
En cambio, dijo que si se pone “los anteojos de la realidad”, la ve mal, pero también remarcó que “no es ajena al contexto nacional porque el país está mal”.
“Si me pongo los anteojos de la ilusión, la quiero ver bien, la quiero ver linda por esos recuerdos de antes y por mis hijas que ojalá sean tan felices como fui yo en esta ciudad”.
Entre sus principales preocupaciones, insistió en la inseguridad y dijo que “ha cambiado la fisonomía de los barrios de Necochea”, refiriéndose a las rejas y a las cámaras que antes no existían y que dan cuenta de la necesidad de protegernos.
Otro tema preocupante, para él, es la falta de oportunidades para los jóvenes, principalmente en lo que respecta al trabajo, no así en el caso de la educación, donde “ha crecido bastante”.
“Hay poca salida laboral, aunque quizás ahora en el verano haya un poco más de actividad”, indicó. De todas maneras, hizo mención a que los veranos son cortos. “Ojalá venga una buena temporada y sean tres meses completos porque muchas veces son menos”.
También habló de la salud porque, a su entender, “la gente necesita tener respuestas en cuanto a eso y también va lo humano de la mano porque cuando no hay recursos, por lo menos hay que estar presente humanamente”.
La importancia de lo humano
Para Curries, a nivel ciudad, hay que trabajar en muchas áreas, pero lo más importante –según su visión- “es trabajar en la mirada y en la actitud de las personas”.
“Nosotros no damos las cartas, pero sí podemos controlar la actitud para jugar”, remarcó, retomando una idea que viene del coaching. En este sentido, explicó que “la gente necesita un cambio de ánimo porque no cree en nada”.
Sin embargo, dijo que “la gente no cree en nada porque pone toda la expectativa en el exterior, en otras cosas, en la política o en cuestiones que son ajenas, pero si pudiéramos dar vuelta la mirada y poner las expectativas un poco más en nosotros, podríamos ver las cosas distintas, actuar distinto y tener resultados distintos”.
“Es fácil decirlo, pero no tan fácil hacerlo cuando no tenés trabajo por ejemplo pero, de todas maneras, vale la pena hacer el esfuerzo en lo individual de mejorar este aspecto que nadie nos enseña”, manifestó y enumeró que “hay que mejorar nuestro estado de ánimo, manejar nuestras emociones, ver cómo nos relacionamos con el otro y ver dónde ponemos nuestras expectativas y ser menos exigentes con nosotros”.
“Mejorando lo humano, empezaríamos a generar las circunstancias que ayuden a mejorar la ciudad en general porque si aprendemos a tratarnos mejor en todos los ámbitos quizás podamos llegar a ponernos de acuerdo en más cosas. Creo que es un buen lugar para empezar”.
Con respecto a la dirigencia política, opinó que “nos quejamos de los políticos, pero no participamos y me hago cargo”. Para él, lamentablemente no hay renovación en la política y advirtió que “los que participan siempre son los mismos”.
“Creo que la política va cambiar cuando el que llegue al poder sea por amor y no por amor al poder, cuando eso se dé vuelta y el que se dedique a la política se dedique más a servir que a servirse, más a acompañar que ayudar a que lo acompaña, las cosas van a cambiar”. De todas maneras, dijo que no es un problema de Necochea sino de los argentinos en general.
“No tocar el Parque”
Con relación del edificio del casino, se mostró de acuerdo con “la agenda abierta” y que “se haga lo mejor para la ciudad y no para el negocio de algunos”. En este sentido, dijo que “quienes tengan el privilegio de participar en estas decisiones que lo hagan con ese sentimiento”.
“No podemos volver al casino porque no va a ser el mismo y nosotros tampoco, pero lo que podemos hacer es generar algo en un espacio tan emblemático que le sirva a las generaciones de ahora y a las futuras”, propuso.
Al referirse al parque Miguel Lillo, opinó que “no se debería tocar por más que hagan complejos divinos” y agregó que “si hay dinero para invertir que se construya en otro lugar”.
Sobre el gobierno de Arturo Rojas, dijo que “es una gestión acorde a estos tiempos; se acomodó a las circunstancias y acomodó las circunstancias para llevar adelante su gobierno” y no quiso ni aclarar ni decir mucho más.
Para terminar, dijo que “hay que ponerse los anteojos de la ilusión” para seguir adelante y tener optimismo en el futuro.///