“Nos tenemos que animar a abrir un hotel cinco estrellas”
Hipólito “Polo” Echaveguren se refirió al desarrollo turístico y remarcó que “Necochea es una realidad y tiene potencial”. Se mostró preocupado por la educación y consideró que “hay que reforzar el valor del respeto”
Julieta Moreno
Redacción
“Creo que en algún momento nos tenemos que animar a abrir un hotel cinco estrellas. Ahora hay varias cabañas y departamentos en alquiler, pero me parece que una asignatura pendiente es tener un lindo hotel”, expresó Hipólito “Polo” Echaveguren, al pensar en el desarrollo turístico de la ciudad. “Necochea es una realidad y tiene potencial”, expresó.
Hipólito “Polo” Echaveguren nació en Necochea. Terminó la primaria en la Escuela Nº 3 y el secundario en el Instituto Pío XII. Si bien su primera intención fue estudiar Periodismo, finalmente empezó Derecho en Mar del Plata. Cursó algunos años de la carrera y se volvió a nuestra ciudad para trabajar en el rubro de la gastronomía, donde ya había incursionado de más chico. En el año 2000, entró como meritorio en la Justicia en el Juzgado Civil y Comercial Nº 2 y, tres años después, recibió el nombramiento y pasó al Contencioso Administrativo, donde continúa cumpliendo funciones. En el 2017, se le presentó la oportunidad de comprar, junto a su socio Victorio Fesler, el fondo de comercio de lo que era la Cantina del Náutico en la escollera y así nació La Botera, un restaurante de pescados y mariscos, que funciona en temporada. Además, de su trabajo en la Justicia y en la gastronomía, comparte su vida con su esposa María Laura y sus dos hijos, Tomás y Clara.
En diálogo con Ecos Diarios, dio su punto de vista. Consideró que la ciudad está creciendo y elogió el potencial que tiene. Se mostró preocupado por la seguridad y también por la educación. “Hay que reforzar el valor del respeto”, expresó. Se refirió al parque, el casino e hizo un balance positivo de la temporada.
-¿Cómo ves la ciudad?
-La veo bien, la veo iluminada y que va creciendo. No sé si ordenadamente, pero creciendo al fin. Las personas que van al restaurant, que son turistas en un 70 % y 30 % de necochenses, hablan bien y se van contentos de la ciudad. De hecho, en la encuesta de Turismo que publicó Ecos Diarios, el 90% de los visitantes encuestados volvería. Eso significa que, de 10 personas, 9 quieren volver. Necochea es una realidad y tiene potencial.
- ¿Qué balance hacés de la temporada?
- Bien. Para nosotros, teniendo en cuenta los 8 años desde que estamos con el restaurant, fue la mejor temporada en cuanto a afluencia de gente y renovación de mesas. Estaba ese miedo de que la gente se fuera a Brasil, pero la verdad que no lo notamos.
-Mencionaste que la ciudad estaba creciendo, pero no en forma ordenada. ¿A qué te referís?
- Me parece como que falta un poco más de planificación. Yo cada vez que paso por un lugar y veo que hay ladrillos y una bolsa de arena, me pongo contento porque eso genera trabajo. Quizás falta ponerle un orden. Hay mucha gente que se está yendo para el lado de la Villa y, en algún momento, hay que tratar de que llegue el gas y los servicios en general.
-¿Cuáles son los temas que te preocupan de la ciudad?
-Obviamente el tema de la seguridad, que no es un problema solo de Necochea, sino también de la Provincia y el país. También me preocupa la educación. Cambió mucho todo. Celebro la tecnología, pero me parece que lo que ha que ha cambiado mucho es el respeto del alumno hacia el profesor o hacia el maestro. Me parece que hay que reforzar el valor del respeto.
Los padres somos de una generación más garantista, si se quiere, con nuestros hijos y todo es como más flexible y no tan solemne. Pero una cosa es ser flexible y otra cosa es ser maleducado o irrespetuoso.
-Desde el punto de vista turístico, ¿qué te gustaría sumarle a la ciudad?
- A nivel de gastronomía, la veo bien. Me pareció también interesante la apertura del Teatro Nihuil con una nueva propuesta cultural. Después creo que en algún momento nos tenemos que animar a abrir un hotel cinco estrellas. Ahora hay varias cabañas y departamentos en alquiler, pero me parece que una asignatura pendiente es tener un lindo hotel cinco estrellas.
-¿Y qué harías en el casino? Seguramente lo has conocido en su mejor momento…
-Sí, claro. Yo fui a bailar a la boite del casino, a la pileta, a patinar, al bowling, hice todo lo que hicieron los necochenses que tienen más de 45 años. A mí me parece que ahí habría que hacer un emprendimiento privado, pero que, a su vez, tenga espacios verdes para que lo pueda disfrutar toda la gente, porque está en un punto neurálgico de la costa. También haría algo cultural, llámese un teatro, un anfiteatro o reciclar el famoso auditorio. Me acuerdo que en 1981 con mi abuelo fui a ver una obra de Sandrini. Es un espacio que tiene mucha historia.
- ¿Y estarías de acuerdo con que se venda?
-No sé si la palabra es venderlo, pero capaz que concesionarlo, que tenga espacios privados y espacios públicos. Hacer una concesión por muchos años y que no tenga letra chica.
- Te referís a que sea transparente …
Sí, transparente, que esté todo claro.
-Con respecto al parque Miguel Lillo, ¿estás de acuerdo con las intervenciones o preferís que se conserve, así como está?
-Me parecen bien las intervenciones, pero en tanto y en cuanto si se saca un árbol, hay que plantar diez. Me parece que es una cuestión de sentido común y no me parece algo imposible. Además, los emprendimientos que se han hecho, en lo que respecta a gastronomía, la gente acompaña. Tampoco se puede hacer un raleo y empezar a tirar árboles “a troche y moche”.
-¿Cómo ves el rol del ciudadano? ¿Hay participación o compromiso social?
- Me parece que nos falta más compromiso. Por supuesto que hay gente que participa. Yo estoy en una asociación de padres de una escuela y hay mucha gente que trabaja en clubes, en las comisiones de patín, de fútbol, básquet y ni hablar la Cooperadora de los hospitales Ferreyra e Iruzun, que es para sacarse el sombrero. Pero me parece que nos falta más eso, quizás lo hemos ido perdiendo como en los partidos políticos que antes se militaba de corazón.
- ¿Y ya no se milita de corazón?
- A mí me parece que no. Yo cuando era chico me la pasaba en el comité radical, me acuerdo la campaña de 1983 repartiendo boletas con mi viejo. Y hoy por parte del ciudadano veo falta de compromiso, pero tampoco es necesario ir a trabajar a un partido político, pero yo hablo de comprometerse con pequeñas cosas que tienen que ver con la ciudad.
- ¿Qué opinión tenés del gobierno de Arturo Rojas?
- Lo veo bien. Creo que hay más iluminación, hay más trabajo en el pavimento y más bacheo. Y lo que me parece realmente que está bien es la visita del colectivo a los barrios. Ahí va el intendente con sus funcionarios, donde se reúne con diez vecinos y ahí le plantean sus necesidades. Eso me parece que es el sentido de la democracia en estado puro.
-¿Cómo ves futuro de la ciudad?
-Tenemos todo, tenemos río, mar, parque. Después creo que nos falta animarnos a tener un hotel cinco estrellas o a armar paseos como es el Paseo de la Ribera. Eso es hermoso. Un grupo de vecinos que se juntaron y, de a poco, empezaron a hermosear el lugar y hacen eventos públicos para recaudar dinero.
-¿Quién debe impulsar este tipo de iniciativas? ¿Es la Municipalidad o el sector privado?
-Es un trabajo que tiene que ser mixto, en conjunto. No sé si quizás debería ser el municipio el que llame a los privados o al revés, que sean los privados los que también propongan sus ideas.
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