“Nuestra familia ha sido marcada por el momento que nos tocó vivir”
Reflexionó Mónica Sotuyo, quien tiene un hermano y a su cuñada, desaparecidos. Estudio de grande acompañante terapéutico, tras la experiencia de cuidar a sus padres y tomar decisiones
Mario Maruca
Redacción
“Pareciera que siempre expresamos lo mismo en esta fecha, pero nuestra familia, como tantas otras, han sido marcadas por este episodio histórico y el momento que nos tocó vivir”, reflexionó Mónica Sotuyo.
Desde hace 49 años, cada 24 de marzo es algo especial y los sentimientos la invaden por completo, como ha ocurrido con sus familiares y demás allegados. Desde 1976 a esta parte, el reclamo es de “Memoria, Verdad y Justicia” se mantiene vigente.
“Tengo un hermano y mi cuñada desaparecidos, situación que sigue sin resolverse, ya que nunca supimos de sus cuerpos, y esto dificulta la aceptación. No saber, dónde están para poder llevarles una flor”, reconoció con dolor.
Añadió que “con el transcurrir del tiempo uno entiende que tiene una familia, a sus padres fallecidos y en un lugar determinado para trasladar el sentimiento a ese sitio. En cambio, con mi hermano Luis Alberto Sotuyo (27) y Dora Rita Mercero (25), no sucede lo mismo y es un círculo que no termina de cerrarse”.
Y sostuvo que “de todas maneras, cuando en el 2012 se realizaron los juicios a los integrantes de las Juntas Militares en Bahía Blanca, a los individuos que estuvieron involucrados en las desapariciones de personas, específicamente, en los casos de mi hermano y cuñada, podemos considerar que fue un alivio para nosotros”.

Acompañante terapéutico
Mónica Sotuyo aprovechó el nuevo aniversario del Golpe de Estado en la Argentina y el derrocamiento de un gobierno nacional elegido por el pueblo, para expresar el recuerdo de sus seres queridos desaparecidos.
También contó que de grande, se inclinó por capacitarse en la actividad de acompañante terapéutico, tras la experiencia de cuidar a sus padres y tener que tomar decisiones de vida.
Al repasar la historia que la atravesó y la hizo protagonista de un hecho cruel para el país, la mujer manifestó durante la charla con Ecos Diarios que los responsables de los delitos cometido, “nunca se arrepintieron de lo que hicieron y eso es muy doloroso”. Añadió que “ninguno admitió lo realizado, pero los juzgamientos y las diferentes condenas a los imputados, ayudó en alguna medida a calmar un poco la pérdida sufrida. Pero el dolor es inmenso por lo ocurrido, ya que de acuerdo con algunos testimonios, hubo torturas, vuelos de la muerte, entre otras verdades que se conocieron”.
Recuerdo imborrable
Sotuyo consideró que “tenemos esta fecha para recordar a nuestros desparecidos y contarle a la gente lo que sucedió. Hay escuelas que nos convocan para que demos testimonios los familiares, para que expresemos el sentimiento real, ya que somos personas que debimos padecer de estas crueles situaciones de vida”.
Y amplió diciendo que “nos dimos cuenta que si uno no lucha por determinados derechos, no se obtienen los resultados de otra manera. Los momentos son diferentes y existen otras necesidades, por eso aprecio el ingreso de personas jóvenes a la Comisión por la Memoria Militante y es bueno, ellas tienen otra lucha y mirada que nos acompaña”.
Perfil
El recuerdo de sus seres queridos y la pasión por el trabajo elegido
Mónica Sotuyo recordó a su hermano desaparecido Luis Alberto Sotuyo, quien tenía 27 años y era ingeniero Electricista que residía en Bahía Blanca, junto a su esposa, Dora Rita Mercero, de 25, licenciada en Bioquímica.
Ambos fueron “levantados” por integrantes del Quinto Cuerpo del Ejército Argentino en la mencionada ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires, en un claro ejemplo de lo que significó el accionar del terrorismo de Estado.
“A veces no comprendo por qué cuesta y molesta tanto contar nuestra historia reciente, cada cual, que brinde su versión de los hechos y es respetable, pero también quiero que respeten mis pensamientos
Mónica trabajó en el hotel de sus padres, situado en su momento en la calle 85 entre 8 y 10, se desempeñó como ama de casa y también como secretaria en el Centro de Psicología Génesis, donde surgió la posibilidad de hacer la carrera de acompañante terapéutico.
Pasión por su trabajo
“Me interesó esta actividad y consideré que era para mí. Me puse a estudiar, logré la primera resolución y luego conseguí la tecnicatura”, enumeró Sotuyo con mucho orgullo.
Agregó que “me siento muy cómoda, feliz, es un trabajo que da placer hacerlo. Hay que ponerle todo el cuerpo a esta labor, el cuidado al adulto mayor y mantener un vínculo con su familia y el entorno, tanto en un hogar o en una institución”.
Precisamente, se trata de una labor de acompañar y asistir a personas que padecen diferentes trastornos y llevar el tratamiento profesional hasta la cotidianeidad del paciente.
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