Nuevas identidades en establecimientos educativos
Siguiendo las directivas que surgieran en 2010 en el marco del Bicentenario de la Nación, varios establecimientos educativos de la ciudad han venido adoptando o cambiando sus nombres, con el propósito de teñirse de denominaciones relacionadas a la vida democrática.
Por determinación de sus autoridades a veces, pero generalmente a través de consultas internas a cada comunidad educativa, varios centros educativos pasaron a contar con nuevos nombres: el de la recordada cantautora infantil María Elena Walsh para el jardín Nº 911; el del profesor Enrique Balech para el 903; el de Puente Colgante para el Nº 915 y “Ribera del Quequén” para el Nº 913, fueron algunas de las nuevas identidades.
Más acá en el tiempo, a través de una compulsa que durante semanas mantuvo el interés en los alumnos y profesores del establecimiento que debieron elegir entre varios nombres, la Escuela Secundaria Técnica Nº 3 pudo tener su nombre: el de Nikola Tesla, un ingeniero e inventor estadounidense de rica trayectoria.
En los últimos días fue el turno de la Escuela Secundaria Nº 7, que también surgió a través de una elección abierta entre una variada oferta de nombres, entre ellos algunos ligados a la cultura popular actual, por caso el de “Campeones del mundo”, ligado al Mundial obtenido el año pasado por la selección argentina.
En este caso el nombre elegido fue el de “Raúl Alfonsín”, homenajeando al primer presidente de la Nación del periodo democrático felizmente vigente.
La imposición de la nueva identidad se hizo en la misma jornada en la que se cumplieron los 40 años de democracia continua en el país.
Es cierto que los héroes que forjaron nuestro país, con José de San Martín y Manuel Belgrano predominantes, deben ser homenajeados debidamente. Y ello se observa en plazas, avenidas, calles u otros lugares distintivos de las ciudades de la Argentina. Así como también presidentes u otras personalidades del campo de la cultura, la política y el deporte que se han visto testimoniados.
Sin embargo, quizás como una forma de robustecer la memoria de los hechos salientes en las nuevas generaciones, o conectarlas con la realidad de los últimos años, resulta más que saludable que los nombres de las escuelas y jardines vayan surgiendo a través de democráticas y empáticas elecciones.///
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión