Orientación vocacional, el paso previo al cambio
Ya sea el estudiante que está a punto de terminar el nivel secundario y aún no decidió que carrera seguir, como el que ya está estudiando y descubre que su elección no fue correcta o el profesional que perdió el empleo, siempre es necesario volver a indagar en la vocación para afrontar nuevos desafíos
Vocación. Según el diccionario, la vocación es el interés que una persona siente en su interior para dedicarse a una determinada forma de vida o un determinado trabajo.
Si bien hay quienes tienen definida su vocación desde la niñez, para la mayoría la elección de una carrera o profesión que determinará gran parte de su futuro, implica una de las decisiones más difíciles que hayan tomado hasta ese momento.
Sin embargo, como comprobarán a lo largo de los años, no será la única ni la última decisión sobre estas cuestiones, ya que la vida plantea constantes cambios y exige adaptarse a nuevos escenarios y situaciones.
En medio de un panorama laboral cada vez más complicado y con tasas de desempleo muy elevadas entre los más jóvenes, elegir qué estudiar para hacerse de una oportunidad en el mercado del trabajo parece una tarea cada vez más difícil.
Muchos adolescentes llegan al final de los estudios secundarios sin saber qué van a hacer al año siguiente y concientes de que la capacitación es determinante, al igual que los recursos económicos necesarios para afrontar la formación.
Otros, que han tenido la suerte de contar con la posibilidad de irse a estudiar descubren que su elección no fue correcta. Es allí donde para muchos la orientación vocacional se torna fundamental.
Solución de conflictos
“El proceso de orientación vocacional y ocupación es un método de esclarecimiento, descubrimiento, análisis e identificación de la personalidad y de la identidad laboral. El conocimiento de sí mismo permite a las personas elaborar su propio proyecto laboral en un momento histórico determinado”, señaló la técnica en Recursos Humanos Vanina Astorgano, quien trabaja en nuestra ciudad junto Magali De Benedictis y Mariela Nadal en una consultora laboral dedicada a vincular a empresas y personas.
Con la colaboración de la psicóloga Eugenia Amado la consultora intenta dar respuesta a ciertos interrogantes que plantean las personas que se acercan a buscar trabajo y que “no logran encauzar su búsqueda y alinearla con sus deseos y aptitudes laborales”.
“Ante estos indicadores sugerimos que inicien un proceso de orientación vocacional u ocupacional; ya que consideramos que es una herramienta valiosa para que la persona conozca sus intereses profesionales y laborales, sus capacidades, sus competencias, adquiera información significativa sobre la realidad laboral y oferta académica y resuelva conflictos relacionados a su identidad ocupacional”, señalaron.
“Además del fracaso en la búsqueda de trabajo, vemos como el desconocimiento de los propios intereses laborales afecta el rendimiento laboral, la motivación, la estabilidad en los puestos de trabajo, es causal de estrés, irritabilidad y depresión”, precisaron.
Por ello, señalaron, “la orientación laboral es una técnica que beneficia tanto al orientado como al empleador o futuro empleador, ya que previene la aparición de conflictos labores o brinda herramientas para solucionarlos”.
“Nunca es tarde para emprender un proceso de orientación laboral, no es sólo una técnica destinada a jóvenes que dudan sobre sus elecciones vocacionales; también se aplica a adultos que atraviesan una ruptura o crisis de identidad laboral, ya sea porque han perdido sus empleos o porque no se sienten satisfechos en sus trabajos actuales”, indicaron.
Decisiones
La psicóloga María Florencia García se formó en la UBA y desde hace tres años trabaja en nuestra ciudad, donde se dedica a la orientación vocacional, la selección de personal e inserción laboral.
Señaló que sabe que en algunos colegios se llevan adelante algunas actividades con el fin de orientar a los estudiantes, pero que estas experiencias funcionan más que nada como disparadores, ya que no profundizan en el tema.
“No sirve de nada pensar en qué carrera voy a seguir sin pensar en qué voy a trabajar con ese título”, dijo.
En su caso, señaló que quienes más se acercan al consultorio son personas que se fueron a estudiar y que volvieron al descubrir que no estaban convencidos, no les gustó la carrera o no se adaptaron al nuevo lugar.
“Después están los que llegan al último año del secundario preguntándose qué hago ahora que termino esta etapa”, precisó.
A fin de orientar a estos jóvenes García trabaja mediante la modalidad taller, individual o grupal. “Son varios encuentros, cuatro como mínimo y hasta 8, dependiendo de la persona”, precisó.
“En una primera fase se trata de que la persona haga un autoconocimiento, para que sepa cuales son sus fortalezas y habilidades”, dijo. “Otra fase tiene que ver con el conocimiento del mercado laboral, para que sepa qué carreras existen, dónde las puede estudiar, qué puestos de trabajo podría tomar y también conocer estrategias de búsquedas de empleo”.
En ese proceso surge también el planteo de que muchas personas no quieren seguir una carrera en particular y también el tema de la autogestión y de los que vez de buscar un empleo, deciden crear su propio emprendimiento.
Por otra parte, indicó García, en las grandes ciudades también es habitual que concurran a los procesos de orientación personas con gran experiencia laboral o incluso ejecutivos que han perdido su empleo y deben enfrentar un nuevo desafío.
“En todos los casos se trata de tomar decisiones. En la vida hay un montón de momentos en los que uno vuelve a tomar decisiones sobre su proyecto de vida y su carrera laboral. Uno cambia todo el tiempo y debe tomar decisiones porque le suceden cosas, porque elige, porque cambian sus prioridades”, señaló.///
Mercado laboral
Daniel Argibay, quien dedicó gran parte de su vida a la docencia en centros de formación profesional, señaló que en los últimos años la educación media ha comenzado a orientar más a sus alumnos hacia los oficios.
“El tema de las escuelas de oficios siempre fue una lucha. Pero en los últimos tres años se ha dado que los colegios han comenzado a hablar mucho a sus alumnos sobre formación profesional y le han dado la importancia que se merece esta área. Por eso ha habido un vuelco muy grande”, precisó.
Señaló que en parte podría ser porque “hay mucha gente que no se puede ir a estudiar afuera, entonces elige un oficio, que por otro lado, puede ser muy redituable”.
“Por lo general hoy un 60% de los alumnos que vienen a los centros de formación profesional buscan fundamentalmente un oficio que les permita tener una salida laboral lo antes posible”, dijo.
Por eso es normal que el alumno de los CFP llegue con una orientación y muchos son estudiantes del nivel secundario que quieren obtener la capacitación que les permita realizar trabajos temporales o de medio tiempo para solventar sus futuros estudios terciarios.
Debido a ello, existe cada vez más interés en las ofertas de los CFP, que en el caso de Necochea, los estudiantes secundarios pueden ver todos los años en la Expo Educativa que se realiza en la Escuela 7.
Tiempo de incertidumbre
La incertidumbre de saber elegir lo mejor para nuestro futuro, genera ansiedad y frustración en varios preuniversitarios. Decidir una carrera es un tema que suele atormentar a la mayoría. El hecho de elegir correctamente aumenta más la presión. Es por ello que surgen los profesionales de la Orientación Vocacional que nos ayudarán a eliminar nuestras dudas y a guiarnos en un camino largo y difícil.
La Orientación Vocacional cuenta con todas las herramientas necesarias para acompañarnos en el proceso de elección de una carrera. Poder descubrirnos, conocer nuestros gustos, será la principal tarea. Muchos jóvenes son estigmatizados por no saber qué elegir, sin embargo, tomar la decisión es difícil para todos. Quienes cuentan con una orientador vocacional, podrán definir su verdadera pasión.
Muchas veces, los deseos familiares o las carreras que seguirán nuestros amigos, nos limita las opciones para estudiar. A través de un orientador vocacional, seremos capaces de descubrir lo que realmente nos gusta y cuáles son nuestras aptitudes y habilidades para ello. La guía que nos ofrecen es objetiva y proactiva. Es decir, pretende orientarnos sin incidencias personales y eso nos motivará.
El miedo a «perder tiempo» en la Universidad, es uno de los temores más comunes en los jóvenes preuniversitarios. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el hecho de elegir nuestra carrera es una decisión que lleva su tiempo. Si no elegimos correctamente, siempre estamos a tiempo de cambiarlo y volver a empezar.