Ovnis, monstruos marinos y conspiraciones
Avistamiento de fenómenos aéreos inexplicables, desembarcos de nazis, túneles bajo el centro de la ciudad y simbología masónica, son algunas de las historias que durante décadas han despertado la imaginación y generado una serie de leyendas urbanas
El fenómeno OVNI volvió a dispararse esta semana. Mientras en México un periodista especializado en ufología presentó durante una audiencia pública los supuestos cuerpos de dos seres extraterrestres, en Estados Unidos un informe de expertos no encontró pruebas concluyentes de que los objetos voladores no identificados procedan de vida extraterrestre inteligente.
Como si ello fuera poco, a nivel local se supo que la Fuerza Aérea estudia un video en el que se ven objetos voladores no identificados sobre Necochea en enero pasado.
El año pasado un grupo independiente de expertos y científicos se propuso crear una hoja de ruta para que la NASA comenzara a ayudar en la investigación de los fenómenos anómalos no identificados (FANI).
Y este jueves la agencia espacial estadounidense dio a conocer el informe realizado por esos expertos y lo único que quedó en claro fue que la NASA podría desempeñar un papel crucial en la recopilación de más datos sobre ovnis.
Como indicamos, el equipo de investigadores independientes no encontró pruebas concluyentes de que los sucesos inexplicables procedan de vida extraterrestre inteligente.
De esta manera y a pesar de la efervescencia de las redes sobre este tema, el fenómeno de los objetos voladores no identificados parece estar tan lejos de resolver como siempre, por lo que podría ser incluido en el cajón de los mitos o leyendas urbanas.
Y aunque muchos podrían pensar que se trata de un fenómeno nuevo, en la región se han registrado infinidad de avistamientos.
Objetos sobre Necochea
Uno de los más recordados ocurrió hace 55 años. El 11 de julio de 1968, a la 1.05, cuatro personas que transitaban en auto por la avenida 2, observaron asombrados la presencia de un objeto volador sobre el mar, a unos 800 metros de distancia.
Un barco mercante avistó el mismo objeto, que se encontraba detenido a unos 100 metros de altura, tenía forma ovoidal y era extremadamente luminoso.
A la mañana siguiente, en la Prefectura de Puerto Quequén se ofrecía una conferencia de prensa, a cargo del Capitán del buque de matrícula nacional "Río Grande", Jorge Alberto Bóveda de 24 años. Lo acompañaban el radiotelegrafista Manuel Jorge Fotini y el timonel de guardia Manuel Silva do Santos.
Confesaron haber tenido temor ante el OVNI y que éste no emitía ruido alguno, al menos mientras estuvo sobre el barco, durante 60 segundos..
Las agencias periodísticas dieron trascendencia nacional al suceso informando que un barco mercante argentino en espera de entrar a Puerto Quequén y a menos de 1 kilómetro de la escollera había avistado un OVNI a 174 grados, entre 3 y 5 grados en la ciudad de Necochea.
El capitán Bóveda informó que "no se registraron alteraciones ni perturbaciones eléctricas ni magnéticas mientras duró la presencia del objeto cerca del barco".
Un día antes, unos vecinos de Quequén habían visto otro OVNI a unos 400 metros de altura, sobre las instalaciones que en ese momento poseía la firma Sur Lac en el kilómetro 10 de la ruta 227.
Recién 20 años más tarde volverían a documentarse en nuestra distrito apariciones de OVNI. El 31 de agosto de 1978 en La Dulce, 8 de septiembre y el 14 de octubre de ese mismo año en nuestra ciudad. Y, diez años más tarde, el 4 de febrero de 1988.
Tal vez el mejor documentado de todos fue el ocurrido el 21 de enero de 2001, cuando se tomaban imágenes en video a una pareja de recién casados en la playa ubicada frente al Complejo Casino.
Alrededor de las 2 de la madrugada, la pareja y varios invitados bajaron a la playa del balneario del Automóvil Club Argentino a fin de grabar algunas imágenes en video.
Algunos invitados observan, en dirección Este-Sur, un objeto luminoso, de color blanco azulado, que vuela sobre el horizonte. El camarógrafo que acompañaba a la pareja toma imágenes del OVNI, que se destaca plenamente en la oscuridad de la costa volando a poca velocidad y a gran distancia en dirección Sur para luego desaparecer entre las nubes.
Un mes antes, los tripulantes de siete embarcaciones pesqueras que se encuentran frente a nuestra ciudad, observan una luz blanca que se acerca.
Son las 2.30 o 3 de la madrugada. Piensan todos en un helicóptero pero les resulta extraño su acercamiento, en forma totalmente silenciosa y también el motivo de éste. Más aún, no hay helicópteros en esta zona patrullando la costa a esa hora de la madrugada.
Los 40 pescadores observaron un objeto volador, que definieron como "platos soperos", que se ubica por encima de las lanchas enviando hacia ellos un gran haz de luz de color blanco que "iluminó la noche como si fuera de día".
El primero de marzo de 2000, Orlando Ostrobski, un hombre de 69 años que cuidaba el edificio Pinocho, en Quequén, observó el paso de un objeto volador que se desplazaba en dirección Sur-Norte.
De monstruos marinos y mecánicos
Y si de avistamientos y leyendas urbanas se trata, uno de los más extraños y de mayor trascendencia no fue el de un objeto volador no identificado sino de un extraño espécimen marino que hizo volar la imaginación de miles de personas.
Ocurrió en 1994, cuando unos pescadores avistaron en las costas de Necochea un extraño animal marino que no tardó en ser calificado como "monstruo".
En Ecos Diarios fue bautizado como Joselito, porque precisamente apareció el día de San José y el familiar de un redactor del diario era conocido con ese seudónimo.
Los pescadores que lo vieron incluso fueron entrevistados por Susana Giménez en uno de los programas de televisión más vistos de la Argentina.
Si bien el relato de los pescadores siempre fue muy cuestionado, recién unos años después la gente comenzó a creer en la opinión de los especialistas en animales marinos, que siempre sostuvieron que lo que posiblemente vieron los hombres fue una tortuga marina.
Poco después del avistamiento del “monstruo”, otros pescadores capturaron una tortuga laúd de de 2 metros de largo por 2,30 metros de ancho. El ejemplar, que en realidad era una hembra, pesaba 750 kilogramos.
En la actualidad “Joselito” se puede ver en el Museo de Ciencias Naturales del Parque Miguel Lillo.
Más de 40 años antes, otros monstruos acechaban las costas de Necochea. Se trataba de los temibles U-Boote, los submarinos alemanes que durante la Segunda Guerra Mundial hundieron más de 3.500 barcos aliados, con un tonelaje total de 14 millones de toneladas.
Aquellos monstruos de acero provocaron terror en los mares y por ello cuando antes del final de la contienda Ecos Diarios difundió un informe de la inteligencia inglesa que sostenía que los alemanes planeaban desembarcar espías en la costa, se provocó una paranoia generalizada y todo el mundo creía escuchar el murmullo de submarinos rondando por la zona.
Luego de la derrota alemana, la rendición de dos submarinos en el puerto de Mar del Plata, el U-530 y el U-977 no hicieron más que alimentar las teorías de que no sólo pudieron desembarcar en la costa argentina espías nazis, sino también jerarcas del régimen que buscaban huir para no ser condenados como criminales de guerra.
Desde entonces se han escrito decenas de libros sobre el tema y en los últimos años el hallazgo de un submarino hundido entre Costa Bonita y Arenas Verdes es para algunos más que suficientes prueba de que los desembarcos existieron.
El tema cobró especial trascendencia en 2013, cuando el diario inglés Daily Mail publicó un artículo sobre un libro que plantea que el máximo jerarca nazi, Adolf Hitler, no se suicidó en Berlín al final de la guerra, que escapó junto a Eva Braun hacia la Argentina en submarino, desembarcó en Necochea, se instaló en nuestro país, tuvo dos hijos y vivió hasta los 73 años.
El libro en cuestión es “Grey Wolf: the escape of Adolf Hitler” y fue publicado por Gerrard Williams y Simon Dunstan en 2011.
El diario inglés considera que la teoría de la fuga de Hitler era “bizarra”, pero no se enfocaba en probar la hipótesis sino en la polémica que había generado el libro, ya que el periodista argentino Abel Basti acusaba a Williams y Dunstan de plagio.
Basti es el impulsor del grupo “Eslabón Perdido”, que encontró el submarino hundido en el límite de Necochea y Lobería y trata de probar que Hitler llegó a la Argentina en ese buque.
Una hermandad “secreta”
Hasta la reaparición de los masones en actos públicos en nuestra ciudad, en 2001, muchos vecinos creían que la participación de la masonería en la fundación de Necochea era más cercana a una leyenda urbana que a una realidad.
Siempre se dijo que el fundador de la ciudad, Angel Murga era masón, pero eran pocos los que realmente entendían lo que ello significaba.
Para incrementar las dudas, la confusión y la leyenda, se hacía mención a símbolos ocultos en el edificio del Cine París, a túneles que unían a ese histórico edificio de la avenida 59 con la Logia Masónica que funcionaba en la calle 57 y a la supuestamente simbólica posición del monumento del General Necochea, quien también fue masón, al igual que el General San Martín.
Aún hay quienes especulan con que la figura de Necochea está ubicada de espaldas a la iglesia y mirando hacia la esquina donde se encontraba en su momento el almacén de ramos generales de Santurtún, que tenía en su fachada un sol que muchos asociaban con el nombre la logia masónica local: “Sol Argentino”.
Lo cierto es que los masones tuvieron una importante participación en la fundación de la ciudad. Como se dijo, Murga era masón, al igual que José Hernández (el autor del Martín Fierro), quien como legislador impulsó el proyecto de expropiación de las tierras donde se fundaría la ciudad. También era hermano masón el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dardo Rocha.
A pesar de que los necochenses podemos no reconocerlos como tales, la verdad es que en la actualidad tanto la ciudad, como muchos espacios públicos llevan el nombre de masones. Ejemplo de ello son el puente y la plaza Dardo Rocha, la biblioteca pública Andrés Ferreyra, la Diagonal e incluso el Puente Colgante, ya que Hipólito Yrigoyen también habría sido masón.
Aunque siempre se ha pensado que la masonería local era una hermandad secreta cuyos miembros eran desconocidos, se trataba de una institución como cualquier otra. De ello dan cuenta incluso la publicación de avisos clasificados. Uno de ellos se puede encontrar en Ecos Diarios en diciembre de 1934.
Señala el texto: “Sociedad Masónica ‘Sol Argentino’. Por resolución de la Logia ‘Sol Argentino’, ha sido postergado el plazo para el rescate de las acciones hasta el 31 de marzo de 1935. Necochea, diciembre 26 de 1934. Francisco Sarubbi, secretario”.
En los últimos meses de 1999 comenzó a reunirse en nuestra ciudad un grupo de masones con la intención de restablecer la logia Sol Argentino. En 2001, se realizó una ceremonia para oficializar la actividad de la logia y desde entonces la masonería ha reaparecido lentamente en la vida pública de nuestra ciudad.
Sin embargo, para muchos vecinos la masonería sigue siendo un misterio y se continúan tejiendo historias y leyendas en torno a la actividad de este grupo.///
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