“Piden los personajes de moda y los muñecos son casi eternos”
Andrea Astudillo. Realiza coloridos amigurumis y proyecta dictar clases de tejido
Desde muy pequeña, y de la mano de su padre, Andrea Astudillo aprendió a manejar el telar y realizó sus primeras bufandas, mantas y fundas de almohadones.
“Siempre tuve facilidad para aprender y hacer manualidades, en la escuela se tejía y bordábamos”, expresó la artesana que, en la actualidad se dedica a tejer amigurumis.
Vale destacar que está técnica es una tendencia japonesa que consiste, mediante técnicas de crochet, dar forma de simpáticos animales, personajes infantiles y hasta comidas y plantas.
El término podría traducirse como tierno o adorable y ese es el efecto que producen las labores que realiza esta tejedora “me gusta combinar colores, tengo cierta práctica y quizá en un rato hago uno”, comentó.
Andrea aprendió a tejer al crochet mirando a su mamá no obstante tiempo después tomó algunas clases con la finalidad de conocer algunos tips así como para poder interpretar los diagramas de las revistas.
“En esa ocasión conocí a Patricia Silva que también vive en Energía, nos juntamos a tejer y a ofrecer lo que hacemos”, dijo Astudillo.
La tejedora disfruta de su trabajo, y aunque se trata de un pasatiempo se toma en serio lo que hace, “mi nieta es la que me dice si le gusta o no y siempre trato de darle un toque para que quede delicado”.
Artesanías
Los chicos le piden los personajes de moda y a su entender se trata de muñecos eternos porque utiliza lana hipoalergénica y se rellenan con vellón siliconado lo que permite lavarlos en lavarropas sin que se alteren.
Hace alrededor de un año que comenzó a hacer amigurumis, y se ha presentado con sus artesanías en varias domas “los muñecos se venden bastante bien y también incorporé boinas porque me pedían mucho”.
Vale indicar que Andrea es presidenta de la Asociación Cooperadora de la Escuela Nº 26 de Energía desde hace seis años y trabaja activamente para colaborar con el establecimiento y contó que “a veces organizamos rifas y como premio dono algunos de mis amigurumis, también hago sorrentinos y canelones”.
Con el transcurso del tiempo entiende que se ha ido perfeccionando y comentó que “vivimos en un lugar donde abundan los artesanos y los que vivimos en Energía tenemos más tiempo para crear”.
Sus trabajos se pueden ver en el Facebook Andepa Amigurumi y Andrea tiene puestas sus energías en hacer crecer este emprendimiento junto a su compañera, Patricia y señaló que “mi meta es ampliarlo y poder enseñar porque hay muchas personas que quieren aprender”.
Actualmente, está abocada a conseguir un espacio donde poder dar clases de tejido al crochet y en ese sentido señaló que “lo más importante es que puedan interpretar el diagrama de las revistas, independientemente del idioma en que estén”.///
Las ganas de aprender
Andrea nació en Avellaneda y su familia se radicó en Necochea cuando tenía cinco años. Estudió en la Escuela Nº 7 e hizo la secundaria en la escuela de adultos.
“Somos ocho hermanos y entonces era difícil estudiar. Terminé el secundario cuando ya era abuela y con un promedio buenísimo por eso insisto para que mis hijos completen sus estudios”, dijo orgullosa.
Tiene 43 años y hace 11 años que se estableció en Energía. Es una persona muy emprendedora pero también le gusta disfrutar de su familia y amigos, “en los ratos libres me encanta jugar con mi nieta”.
Vale mencionar que cuando conoció a quien hoy es su socia quedó fascinada con los cuadros que hacía en punto cruz y manifestó sus deseos de aprender. Cosa que hizo de inmediato.
“He hechos muchos cuadros, algunos se los regalé a un hermano que vive en Francia pero solo bordo por placer”.
Activa y solidaria la emprendedora acostumbra a trabajar de cocinera durante las temporadas aunque se define como ama de casa dado que está casada y es mamá de cinco hijos adolescentes y abuela de una nieta “y otra que viene en camino”.///