Pidieron prisión preventiva para policía que portaba arma robada
Ayer, a un mes de que fuera aprehendido por sus compañeros en 59 y 74
A un mes de que fuera interceptado y aprehendido en avenida 59 y 74, la Fiscalía solicitó ayer la prisión preventiva para el policía Pablo Gordillo, quien portaba un arma de guerra que había sido robada en el Gran Buenos Aires.
Gordillo fue interceptado por personal del Comando de Patrullas el pasado lunes 26 de octubre y en su poder se encontró una pistola calibre 45.
En el procedimiento se pudo determinar que Gordillo se encontraba fuera de servicio por contar con carpeta psiquiátrica y el arma que portaba no era la reglamentaria.
El sábado pasado la Policía Científica realizó una pericia balística y confirmó que se trata de un arma de guerra que se encuentra plenamente apta para disparar.
Esta pericia, acompañada de una planilla de pedido de secuestro de la Policía y un acta del Renar, fueron incorporadas al pedido de prisión preventiva realizado por el fiscal Guillermo Sabatini para Gordillo.
Lo que complica la situación de Gordillo, que en este momento se encuentra desafectado de la fuerza policial hasta que se aclare la situación, es que el arma es robada.
Al respecto, el Departamento Judicial de Morón investiga un robo en su jurisdicción, en el que a la víctima le sustrajeron una pistola de estas mismas características.
Sorprendido
Gordillo fue interceptado en la zona de avenidas 59 y 74 por personal del Comando de Patrullas, el pasado 26 de octubre, luego que un vecino advirtiera al operador de emergencias 911 sobre posibles actitudes sospechosas de un individuo armado.
Luego de la aprehensión y del secuestro de la pistola calibre 45 (arma de guerra) cargada con municiones de dicho calibre, el integrante de la fuerza de seguridad declaró ante el fiscal de la causa, Guillermo Sabatini.
El acusado de los delitos de “portación ilegal de arma de guerra” y “encubrimiento”, se defendió ante el fiscal y señaló que “llevaba el arma para cubrirse de un posible robo”, ante los episodios de inseguridad que se registran en la vía pública.
Lo cierto que los investigadores policiales y judiciales pudieron determinar que la pistola calibre 45 registraba un pedido de secuestro activo en el Gran Buenos Aires, en una causa por robo.
Incógnita
La pregunta que se hacen los investigadores desde que Gordillo fue aprehendido, es cómo vino a parar a Necochea esa arma. Se trata de una pistola utilizan habitualmente las fuerzas federales.
La Fiscalía después de la declaración del efectivo que, en ese momento, se encontraba con carpeta psiquiátrica y de licencia, pidió la detención en base a las pruebas colectadas en la causa.
El Juzgado de Garantías avaló esa solicitud mientras la investigación avanza y se procura definir cómo llegó a nuestro medio el arma de fuego y si existe alguna vinculación con otros ilícitos.
El hombre que permanece detenido está siendo representando legalmente por un letrado que, al mismo tiempo, reúne evidencias en el marco de la instrucción penal preparatoria y tras las imputaciones que realizó la Fiscalía a cargo de Sabatini.
Extraviadas o robadas, un problema
Según un informe publicado el año pasado por un periódico porteño, la policía bonaerense y la Federal, que hasta 2016 fueron las más numerosas del país, «perdieron» cada año cientos de armas de su arsenal; la mayoría de ellas estaba en manos de efectivos cuando «desaparecieron» o se las robaron.
Esas pistolas, escopetas y ametralladoras terminaron, casi siempre, en el mercado ilegal y nutrieron el poder de fuego de la delincuencia.
Entre 2011 y 2018, la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense inició 1659 sumarios por robo, hurto o extravío de arma reglamentaria por parte del personal policial. Un promedio de 207 por año, con una tasa media de 22 armas extraviadas cada 10.000 efectivos, o una cada 450 uniformados.
La Policía Federal, en tanto, perdió casi 1195 armas entre 2008 y 2018, un promedio de 108 por año y casi seis veces más de las que, por ejemplo, extraviaron los efectivos de Carabineros, de Chile.
En cifras netas, perdieron casi un 90% menos que sus pares bonaerenses. Pero tomando en cuenta que la fuerza provincial, hasta hace tres años -cuando se produjo el traspaso de parte de la Federal a la Ciudad-, duplicó en número a la nacional (93.000 contra 47.000), los números tienden a parecerse: se extravió un arma cada 435 federales, o 23 cada 10.000 agentes.
El año que más armas extraviaron los policías bonaerenses fue 2016: 326, casi la misma cantidad que perdió la Gendarmería en nueve años.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación explicaron que una parte del problema de la desaparición de armas radica en el régimen de portación que tienen los policías.///