“Planearon lo que ejecutaron y nos quisieron matar a los dos”
Sostuvo anoche Ana Ferreira Da Silva, la mujer del comerciante Hugo Soave, quien fue herida con perdigones de una escopeta calibre 16. Al hombre le retiraron el respirador artificial
“Fue una carnada lo que hicieron, sabían que mi marido iba a ir a reclamarles por lo ocurrido, además, lo hicieron a plena luz del día, tanto el robo en el aserradero como el incendio que provocaron de los motores”, expresó la mujer del comerciante de Quequén Hugo Soave.
“Planearon lo que ejecutaron, estaba todo bien premeditado y nos quisieron matar a los dos, pero no tuvieron suerte. El cirujano que practicó la cirugía me dijo: ‘Flaca, cambia la fecha de nacimiento…’”, reconoció también Ana Ferreira Da Silva durante la charla mantenida con Ecos Diarios.
Da Silva consideró que se debe modificar la carátula judicial del grave episodio registrado el pasado 24 de marzo en la zona de calles 564 y 571, de Quequén, cuando un individuo atacó con una escopeta calibre 16 a Hugo Soave y a su pareja.
El hombre terminó con más de 200 perdigones en el interior de su cuerpo y todavía lucha por vivir, pero además, recibió una golpiza de parte de Carlos Miranda, alias “Cachami” y de otros dos cómplices.
Ferreira Da Silva también fue atacada por el feroz agresor y sufrió lesiones graves producto de los perdigones, aunque alcanzó a huir en la camioneta y evitó caer en manos de los malvivientes.
Sin respirador artificial
“Hugo (Soave) sigue internado en la sala de terapia intensiva con todo el abdomen abierto para evitar que se produzcan infecciones y le realizaron seis cirugías, pero además, resta otra intervención para recomponerle la panza y también lo del brazo fracturado”, comentó ayer la mujer.
Añadió que el comerciante “es fuerte y no tiene problemas de salud, es enérgico y de actitudes positivas, creo que eso ha favorecido para que avance ante la gravedad de las heridas”.
Los profesionales de la salud le retiraron el respirador artificial y lentamente, Soave, evoluciona favorablemente, según contó la señora.
“Es excelente el equipo del Hospital Municipal, médicos, cirujanos, psicólogos, todos los profesionales, la verdad, se han portado de primera con nosotros y les estamos muy agradecidos, un apoyo sensacional”, precisó Ferreira Da Silva.
“Me sentí contenida y atendida en todo momento, estuve cinco días internada en el Hospital Municipal, no tengo más que palabras de reconocimiento para todo el personal de ese lugar”, sentenció.
Como anécdota acerca del pedido de sangre que hicieron con motivo de las cirugías a las que fue sometido el comerciante Hugo Soave, la mujer destacó que de 6 dadores de sangre que solicitaron, se presentaron 50 ciudadanos a colaborar.
“Repusieron la sangre enseguida en el banco del Hospital Municipal y también agradecemos a quienes se acercaron a donar, a Hugo lo conoce y lo quiere mucha gente”, resaltó Da Silva. ////
Víctima. De un escopetazo y perdigones, Ana Ferreira Da Silva, en Ecos Diarios
El agresor apareció de sorpresa y por la espalda
“Alrededor de las 14 del pasado 24 de marzo, mi marido recibió un llamado del empleado del aserradero, informándole que había entrado (Carlos) ‘Cachami’ Miranda y se había llevado los motores trifásicos de una máquina”, relató la mujer.
Agregó que “los motores tienen un valor de entre $ 200.000 y $ 300.000, el individuo los cargó en un carro y se los llevó, a pesar que el encargado del lugar le pedía que no lo hiciera”.
“A mi marido le han robado varias veces en el lugar, hay amenazas y denuncias de por medio, y cuando Hugo supo lo ocurrido, le avisó al comisario de Quequén, pero no pudo comunicarse y sí lo hizo con la segunda jefa de la Seccional”, explicó Da Silva.
Reconoció que “le dije a mi esposo que no vaya hasta el aserradero pero él quería ir y lo acompañé. Seguimos la huella de los rodados y a dos cuadras del aserradero encontramos a los motores incendiados, entonces, tratamos de evitar que se dañen más los elementos”.
Por sorpresa
“A los tres minutos apareció el tipo con un arma en la mano y comencé a gritar y a correr hacia la camioneta. Hugo (Soave) fue herido en ese momento con un disparo de escopeta y a mí me grito en ese momento, para h… de p… y me hirió con los perdigones del escopetazo”, narró Ferreira Da Silva.
Puntualizó que “la camioneta me salvó la vida, logré subirme y escapar del lugar. Enseguida me dirigí al Hospital Irurzun para recibir atención médica”.
Aseveró que a Hugo Soave, los delincuentes “lo torturaron, le fracturaron un brazo y lo golpearon mucho, inclusive en la cabeza, y seguro que hubieran hecho lo mismo conmigo”.
La mujer del comerciante de Quequén tiene afectada la pierna derecha y con problemas para desplazarse. Y las heridas sufridas, de milagro, no le generaron daños en una arteria.
Ana Da Silva consideró que el caso debe recaratularse legalmente a doble “tentativa de homicidio” y que hay otros involucrados, los cómplices de Carlos Miranda y la pareja de éste.
Por el momento, el único detenido es Miranda.