“Poder enseñar cerámica como una posibilidad de generar oficio”
Marilina Ferriol. Técnica en cerámica que está enfocada en hacer crecer su proyecto
“He experimentado con un montón de materiales pero nunca encontré nada que me represente tanto como el barro”, expresó la ceramista Marilina Ferriol.
La joven se recibió de Técnica en Cerámica en 2014 y al año siguiente volvió a Necochea donde, tras evaluar la posibilidad de cursar el tramo pedagógico para ingresar al sistema educativo, decidió dedicarse de lleno a la enseñanza en su propio taller.
Luego de finalizar los estudios secundarios, Marilina se trasladó a Buenos Aires y durante un tiempo estudió Sociología, “pero no me cerraba para trabajar y decidí dejarla porque me hacía bastante ruido a nivel personal”, destacó.
Desde pequeña había tenido un acercamiento al arte y sentía que era la suyo aunque no se animaba a seguir su pálpito, “hasta que me decidí y me anoté en el Iuna pero cuando regresé de un viaje, me enteré que habían perdido mis papeles y no estaba anotada”, relató.
Estaba decidida a comenzar y una amiga le sugirió que se inscribiera en el Instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda (INCA) que tenía muy buena reputación.
“Era un viejo estacionamiento y cuando me fui a anotar estaba en plena construcción pero una de las rectoras me dijo, cuando empieces te vas a enamorar y no te vas a querer ir y así fue”.
De este modo, en 2010 comenzó a cursar la carrera donde aprendió dibujo, pintura y escultura, abordados desde la cerámica.
Cursos
Cabe destacar que sus primeros contactos con el arte los tuvo a través de cursos y talleres que realizaba cuando iba de visita a Buenos Aires con su madre; posteriormente tuvo un breve pasaje por el taller de Enrique Parisey, “ya tenía un bagaje con respecto a lo artístico”, destacó.
Una vez radicada en Necochea comenzó a dictar clases en un pequeño departamento ubicado en la calle 83 donde puso a disposición de los alumnos todos sus insumos “creció el número de alumnas y como la cerámica requiere de cierta infraestructura para trabajar, al año siguiente lo trasladó a un espacio en la casa de su infancia “en el viejo taller de costura de mi abuela monté mi taller”.
La ceramista se mostró complacida porque sus alumnas la siguieron y se ha sumado gente nueva, “anhelo poder construir otro taller de mayor envergadura y mi proyecto más altruista es poder enseñar cerámica como una posibilidad de generar oficio, que la gente conozca el material y pueda fabricar”.
Para Ferriol sería placentero poder transmitir sus conocimientos para que haya personas que puedan contar con un microemprendimiento aunque entiende que “para la producción se requiere de mucho detalle, disciplina y concentración así como una sensibilidad especial para trabajar con la cerámica”.
Trabajos
En sus clases enseña el manejo del torno alfarero y todo lo relacionado con el modelado a mano, “se pueden hacer desde cuestiones utilitarias como vajilla hasta trabajos escultóricos”.
Marilina entiende que el aprendizaje de esta técnica es constante y ha realizado una exploración de los barros arcillosos de la ribera del Quequén, “estoy en proceso de tomar los materiales de la zona pero necesita otros complementos”.
Para la artista el mundo de la cerámica es algo infinito y hay países como México, Prú y Bolivia que tiene una rica trayectoria aunque en Asía es algo ancestral, “tienen una historia muy rica y en 2020 quiero en China”, puntualizó la entrevistada.
Actualmente, Ferriol también dicta clases de cerámica infantil en la Escuela Municipal de Artes de Quequén y respecto a su rol docente dijo que “enseñar y contemplar el crecimiento de mis alumnas me genera el mismo placer que el hacer”.
Se trata de una faceta que está descubriendo, “a veces termino la clase y quedo agradecida del lindo momento que pasé y de lo que entregan mis alumnas porque se genera un espacio, de algún modo, muy terapéutico”.
En referencia al material que utiliza dijo que “he experimentado mucho, empecé por dibujo y pintura pero nunca encontré nada que me represente tanto como el barro”.
Enriquecedor contacto
Ferriol dicta clases para niños en la Escuela municipal de Artes de Quequén mientras que en su taller particular asisten alumnas de todas las edades, “predominan las mujeres que ya criaron a sus hijos y se están redescubriendo aunque también hay algunas mamás que se hacen un lugar para ellas”, relató.
Para tomar clases de cerámica no se requiere de experiencia previa y en su opinión “el contacto con mis alumnas es muy enriquecedor”.
Sus trabajos se pueden ver en la página de Facebook Barro taller de cerámica y por este medio se la puede contactar.
Marilina nació en Necochea, tiene 30 años y está en pareja. Hizo la primaria en la Escuela Nº 2 “Domingo Faustino Sarmiento”, y los tres años de Polimodal en la Escuela Argentino Danesa con orientación Diseño, Arte y Comunicación.
Luego de su paso por la UBA en la carrera de Sociología, se formó como técnica en cerámica en el INCA.
Para mantenerse actualizada acostumbra a asistir a los simposios internacionales que realiza ese establecimiento donde profesionales de renombre “hablan de sus obras y muestran sus piezas de manera gratuita”.
En su labor es de fundamental importancia el torno “tengo una afinidad increíble y me da esa posibilidad de poder trabajar el vacío y construir”, expresó Marilina.
En la actualidad está abocada al trabajo escultórico de la figura humana de forma autodidacta.
La exploración y la búsqueda son algo constante en esta actividad y la ceramista dijo que “el techo para aprender alfarería es muy alto, hay que concentrarse, tener paciencia, porque la pieza tiene que estar centrada”.