Polución visual que persiste
Enjambre de cables, carteles derruidos y autos abandonados abundan en el paisaje de la ciudad. Una materia pendiente para el Estado
La cuestión viene de lejos, al punto que ha atravesado las últimas gestiones municipales e incluso se ha agudizado con el paso del tiempo: la polución visual en la vía pública sigue sin control.
Hay diversos aspectos, que no solo molestan a la vista sino que se transforman en objetos antiestéticos y peligrosos, en algunos casos, siendo el más repetido a lo largo de la mayor parte del trazado urbano el del enjambre de cables y palos que los sostienen y que pueblan el escenario.
Se trata del cableado de los distintos servicios, desde luz, teléfono TV e Internet, que se siguen multiplicando sin que el Estado municipal ponga límite a la cuestión.
El enmarañado de cables aéreos inunda infinidad de cruce de calles. Ni siquiera se los extrajo en la ampliación y mejoramiento, aún inconcluso, de la avenida 75, donde en algún tramo se hicieron las cavidades en las veredas para que el cableado pasara a ser subterráneo.
Otros “clásicos”
Formando parte del muestrario de objetos que deberían ser sacados, aparecen diversos carteles que despintados o rayados ya no tienen misión que cumplir. Entre ellos se contabiliza los que aluden a la Ruta del Tango 2019 y que siguen ocupando las dársenas centrales en las intersecciones de 59 y 56 y 59 y 38. Ambos están descascarados y abandonados en el tiempo.
En tanto de algunas columnas del servicio eléctrico, sobre todo de la Villa Díaz Vélez, cuelgan de columnas carteles ofertando alquileres de temporada, aunque la actual gestión municipal extrajo los que poblaban los semáforos de la diagonal San Martín.
Formando parte de estos clásicos, aún se observan en algunas arterias de distintos barrios la presencia vehículos abandonados desde hace años, con sus cubiertas destruidas, sus carrocerías oxidándose y juntando suciedad de diverso tipo.
También se repitan los cajones de mercadería, preferentemente de fruterías, y los montículos de escombros que se abandonan en distintas veredas tras culminar una construcción.