Cuando las temperaturas comienzan a elevarse por la llegada de la primavera y la aproximación de la temporada estival es el momento oportuno para que los mosquitos alcancen su pico de reproducción, ya que sus huevos eclosionan entre octubre y noviembre con los primeros calores.
En ese marco es que también se introduce en escena la Aedes aegypti, especie transmisora del dengue, que es una enfermedad viral que solo se contagia por la picadura del insecto que se caracteriza por ser de color negro con franjas blancas en sus patas y abdomen.
Todas las etapas de su ciclo de vida (huevo, larva, pupa y adulto) transcurren en entornos estrechamente asociados a la actividad humana, ya que pueden conseguir el alimento, espacios de refugio y los lugares para formar criaderos necesarios para su supervivencia. Para reproducirse, eligen recipientes u objetos que acumulen o contengan agua para dejar sus huevos.
Para prevenir, el área de Bromatología dio a conocer una serie de recomendaciones a fin de evitar la reproducción de mosquitos. Entre ellas, se sugiere: cambiar el agua de los floreros y bebederos todos los días; eliminar el agua estancada y la de los recipientes sin tapa; no acumular neumáticos; mantener limpios techos y patios; no acumular desperdicios y mantener tapados los recipientes con agua.
Además, si se encuentra algún reservorio de agua con larvas de mosquito, se puede acercar a las oficinas de la Dirección de Bromatología, en calle 62 entre 43 y 45, para su tipificación.
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