Pueden aparecer gaviotas enumeradas y marcadas: ¿por qué es importante reportarlas?
Desde el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras piden colaboración para proteger una especie en peligro
Desde el Laboratorio de Vertebrados del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, que depende de la Universidad de Mar del Plata y del Conicet, han manifestado la importancia de que se informen los registros que se puedan tener de la “gaviota cangrejera”, principalmente porque existen ejemplares que han sido marcados con una numeración en la pata con la finalidad de controlar lo que ocurre con esta población de aves que es muy reducida en todo el mundo.
Se trata de un proyecto que en el sudeste bonaerense se viene trabajando desde hace más de 20 años, pero que en 2016 se tomó la decisión desde el Instituto de comenzar a marcar individuos con un anillo, de manera sistemática y en la época no reproductiva.
Esta especie de gaviotas se reproduce exclusivamente en el sur de la provincia de Buenos Aires, principalmente entre Bahía Blanca y Bahía San Blas, desplazándose en invierno hacia el norte, llegando hasta el sur de Brasil. “Acá vienen individuos a pasar el invierno, ya sea a Necochea, Mar del Plata o Mar Chiquita, y ahí es donde los marcamos con un anillo metálico y uno plástico blanco con una numeración en color negro”, explicó el investigador Germán García, que se desempeña en el mencionado Laboratorio de Vertebrados.
En conjunto
Cuando comenzó la campaña de anillado en 2016, los investigadores no pedían a la ciudadanía que registre los avistajes de aves marcadas, pero en 2018 comenzaron los fotógrafos de naturaleza a captar con sus cámaras algunas de estas aves y les empezaron a surgir interrogantes sobre quién las enumeraba y con qué objetivo. “Ahí le dimos un giro al proyecto y en 2019 empezamos a aplicar la ciencia ciudadana, entendiendo esto como algo más colectivo y participativo, donde la comunidad aporta los datos y los investigadores los podemos estudiar”, dijo Germán García.
La idea, entonces, es que cualquiera que vea una gaviota marcada pueda decir el lugar y el número del anillo, en caso de llegar a verlo. Para eso, se puede enviar la foto y la información a través de Instagram al usuario “avesmarinas.iimyc”, por mail a [email protected] o a través de Twitter a MdqSeabirds.
“Es una especie endémica (cuyo ámbito geográfico es limitado) en la costa atlántica de Sudamérica, que actualmente está vulnerable porque hay solamente 8.000 parejas a nivel global y de ahí surge el interés de monitorearlas”, dijo Germán, que contó que entre 2016 y 2022 se han anillado alrededor de 220 individuos, tomando además una muestra de sangre y haciendo algunas pruebas más.
Registros en Necochea
“Entre 2019 y la actualidad, contamos con 216 registros, de 94 animales, de los 220 que marcamos en total, pero algunos se han registrado repetidas veces. Los reportes los hemos tenido desde Arroyo Maldonado (Uruguay) hasta Bahía San Blas, pero la mayoría son de Mar del Plata y Mar Chiquita”, dijo el investigador, sumando como detalle que el animal más visto y capturado en fotografías en Necochea ha sido el que lleva el número 071.
La gaviota cangrejeraes una especie que tiene un tamaño poblacional muy reducido, porque son unos 15.000 ejemplares en todo el mundo, con la particularidad de que la mayor parte de la población se reproduce en las costas de Buenos Aires y eso las hace vulnerables, porque hoy dependen solamente del Ministerio de Ambiente bonaerense y las medidas que tome para su preservación.
Este animal se caracteriza por alimentarse de cangrejos, del descarte pesquero y carnadas, lo que no es beneficioso para la especie porque se suelen enganchar con líneas y anzuelos de pesca, encontrándolos muchas veces mutilados en la costa. En este caso, también debe ser registrado y reportado el hallazgo.
“En Mar del Plata hace diez años había quizá cinco o seis individuos que usaban las playas céntricas y hoy ha llegado a haber unos 90 en el mismo momento y en la misma playa durante la mañana, porque están usando más las ciudades”, explicó Germán García, que agregó que “la mejor época para verlas en edad adulta es entre marzo y agosto”, pero que “ahora es una buena época para ver las juveniles que nacieron el año pasado”.