Que el árbol no tape el bosque
«Si ya sabes lo que tienes
que hacer, y no lo haces,
estaremos peor que antes».
Confucio.
“Cuando el árbol nos tapa el bosque” la frase tiene su significado en la actual coyuntura, en tal razón titulamos esta nota no por ser originales sino porque es la realidad, que
viene ocurriendo a través de diversos intendentes en los últimos 36 años.
Ocurre que siempre se ha estado en la diaria y se acotan los tiempos para tomar las decisiones irrevocables, proyectos ambiciosos, cambios profundos que necesitamos con urgencia y se pasan los cuatro años de mandato y, esas gestiones ni por buenas ni por malas merecerán una línea cuando se escriba la historia de estas tres últimas décadas. Porque ya lo hemos escrito hasta el cansancio, estamos detenidos en el tiempo.
Necochea tiene prioridades, seríamos repetidores de lo que ocurre si volvemos a mencionar esas prioridades, pago de salarios a los municipales, atrasos en horas extras, con proveedores crisis en el área salud y un déficit sorprendente según el intendente Rojas.
Todo esto por delante, paro incluido en el Estado municipal, no debe hacer perder objetivos de desarrollo. Si lo abordamos como metáfora podríamos encuadrarlo en la figura de un señor al que se le quemó su casa, fundió su vehículo y lo dejaron sin trabajo, claro, no tiene tiempo de concentración y trabajo para pensar en su futuro, planificar un viaje, abordar una idea nueva, es lógico, ante esas prioridades se paralizan otros proyectos, y esto mismo suele pasar en la administración de una intendencia, donde se puede pasar todo un mandato maquillando la ocasión, colocando parches en las heridas, no queda tiempo para aquello que sigue siendo ineludible para la sociedad.
La situación actual tiene solución, no en teoría sino con plata, se necesita dinero líquido, fresco para colocar una máscara de oxígeno sobre la realidad, esto se consigue recaudando tasas y generando recursos no retornables, evitando recurrir al descubierto usurario porque todo esto es pan para hoy y hambre para mañana. No hay que ser doctor en economía para entenderlo.
El Sindicato de Trabajadores Municipales como toda organización, debe responder a sus bases, habiendo dejado la vara muy alta en reclamos y paros en la anterior administración y ahora es altamente improbable que las bases acepten trabajar, aunque sea a reglamento sin antes habérseles abonado la totalidad del sueldo. El actual intendente tiene la responsabilidad de buscar la solución a la brevedad, la ciudadanía ampliamente ha confiado en él, al obtener en octubre un triunfo resonante con la “lista de la gente” en la boleta de Juntos por el Cambio.
Nuestra sociedad exige levantar la mira sin descuidar prioridades
Claramente definidas las prioridades de cada día, por delante hay una sociedad que no oculta la cabeza ante la realidad, pero quiere elevar la mira en la esperanza de cambios en serio. La ambiciosa frase del intendente «en ocho años tendremos la mejor ciudad de la Argentina», partiendo de ese minuto parece una utopía, sin embargo es una invitación o un desafío a soñar con alcanzarla. La sociedad no pide podio, solamente crecimiento y concreción de objetivos, con la férrea decisión que requiere gobernar en las actuales condiciones, donde todo no es «si», y los interrogantes brotan entre la vegetación y el desierto imperante.
Es una obviedad que el gobierno tiene que poner el acento en las necesidades diarias, pero sería imperdonable y contraproducente que resignará lo pregonado
Entendemos por política de Estado las que forman parte de la estrategia central de una administración, que no varía de acuerdo al color ideológico circunstancial, encontrando en las fuerzas políticas el consenso general para ir junto a un camino determinado. Todo recorrido comienza con el primer paso
Urgente batería de medidas que no pueden esperar
Mientras se ordenan las prioridades, esa «batería de medidas» que fue constante como mensaje de campaña, habrá que ponerlas en acción, y esa acción está encaminada a mantener el “status quo” o al cambio. Abrir la agenda, la única lucha que se pierde es la que no se da. Parece haberse dormido la necesidad del reclamo por la planta de efluentes cloacales y no se puede permitir una temporada más con el edificio del Casino, la vergüenza de Necochea. Que no se invente más qué hacer con este adefesio. Hay mucha gente que ya está directamente por la demolición porque han pasado los años desde aquel famoso y ridículo abrazo al perímetro, como símbolo de amor a la obsoleta estructura, y no ha llegado Papá Noel, ni con la bolsa llena de dólares ni siquiera con una idea viable.
En busca de plata fresca
No hay tiempo de espera sobre el parque «Miguel Lillo», una mina de oro verde que está esperando un proyecto integral que dará el despegue a una ciudad que ha perdido el tren del crecimiento y desarrollo en materia turística. Esa es la Necochea del «si» con un futuro frente costero sobre la extensión maravillosa que tenemos desde 91 y 2 hacía el oeste.
La herramienta clave el presupuesto
El gobierno tendrá una herramienta clave y deseada, votada por unanimidad en la calurosa tarde del viernes por el Concejo Deliberante, el Presupuesto de Gastos y Recursos con la cifra de 2.565.000 millones de pesos, algo no inflexible por los acontecimientos que pueden darse en el nuevo año que ingresa, pero si un cálculo para manejarse, dentro de un proceso inflacionario que tendremos en la Argentina, algo que conocemos muy bien.
Lo concreto es que hay que hacer todo, ese todo equivale decir solucionar el presente y proyectar el mediano y largo que alguna vez llega, y evitar la improvisación que conlleva inexorablemente al fracaso.
Quienes recuerdan aquel film «Erase una vez en América» (año 1984), producción italo-estadounidense protagonizada por Robert De Niro, situada en la Nueva York de los años 30, un diálogo que quedó en el recuadro cuando le preguntan a De Niro»¿ Llevas mucho tiempo esperando? y él contesta…»toda la vida». Es de esperar que ningún necochense en cualquier café repita lo mismo ante la pregunta de cuánto tiempo lleva esperando ver cambios y tenga que responder…»toda la vida».