Recuperar el espacio público
En más de una oportunidad en esta columna dominical hemos dado cuenta del destrato que un sector de nuestra comunidad tiene para con los monumentos existentes en la vía pública, lo que también suele extenderse a la propiedad privada.
Esta inentendible conducta de destruir, afear y pintar con estúpidas frases a los lugares que testimonian a próceres, hechos históricos o sucesos que forjaron a la ciudad, en general no ha tenido una efectiva respuesta desde el Estado, ya sea para castigar a quienes los cometen, como para reparar una y otra vez los sitios, de manera de desalentar definitivamente las acciones vandálicas.
En otras ocasiones también hemos hecho hincapié en que una forma de empezar a contrarrestar estas manifestaciones destructivas es educar, para que la ignorancia y el desprecio comunitario vayan desapareciendo. Un camino que es largo y que tal vez a algunos les parezca complejo, pero que hay que encarar desde el propio hogar y la escuela. No es más que reforzar la transmisión de valores a los niños y jóvenes.
Pero más allá de esto, existe el rol ineludible del municipio de mantener y mejorar los sitios públicos. Ocuparse con continuidad, aplicando imaginación y trabajo cuando los recursos económicos no abundan. Parece algo simple, pero hoy no se trasluce totalmente.
Incluso se podría recurrir a entidades intermedias o el comercio para lograr el material que posibilite los arreglos, así como también recurrir al aporte de artistas que mejoren los sitios. En ese sentido puede mencionarse la intervención de paredones del ejido urbano en los que se han concretado llamativas pinturas, la mayoría de ellas de buen gusto.
En este sentido vale resaltar la transformación que se concretó en las últimas semanas, bajo el diseño de paisajistas, entre ellos el conocido periodista Juan Miceli, en la plazoleta de avenida 58 entre 55 y 57. Una mejora que se repetirá en no menos de tres plazoletas más de la ciudad, de manera de transformarlas en lugares de solaz y disfrute.
Paralelamente se prevé concretar para el próximo verano, algo que debería ser permanente durante los 365 días, una mejora del monumento a la Gesta de Malvinas, ubicado en la avenida Almirante Brown de Quequén, que hoy luce abandonado y con visos de deterioro en su estructura, por otra parte se están haciendo trabajos de pintura, tapando los irrespetuosos grafitis sobre la paredes del Museo Regional.
Está claro que la imagen que describe a una comunidad es la de sus espacios públicos. Como estén presentados y mantenidos manifiestan o no el interés y cariño de los habitantes por su lugar de residencia. De allí que celebramos y alentamos toda decisión que tenga que ver con mejorar estos sitios, que en definitiva nos pertenecen a todos.///