Referente de la danza clásica
Lidia Segni, bailó junto a grandes como Nureyev y Godunov y continúa compartiendo su experiencia
“Cuando uno es maestro hay que dejarlos ir, porque el arte es movilidad”, expresó la coreógrafa argentina y figura internacional, Lidia Segni, quien un seminario de técnica de danza clásica en Necochea y tuvo oportunidad de estar en contacto con bailarinas de nivel inicial y principiante.
La maestra ponderó el nivel técnico de las alumnas y destacó especialmente, la importancia de incentivarlas para que empiecen a salir a ver, “porque así se crece también”.
A pesar de sus años de experiencia y de estudios Segni todavía sigue yendo a ver ballet “sino me quedo en un escalón, estancada”, comentó sonriente.
Segni va todos los años al Bolshoi y Leningrado para ver lo que hay y luego pasa por Nueva York “buscando oxigenarme”.
Según sus dichos, la danza evolucionó del mismo modo que lo ha hecho la sociedad, los deportes para señalar que “hay determinados pasos que cambiaron la manera de hacerse”.
El seminario tuvo una duración de tres días y luego del primer encuentro se mostró satisfecha “porque todas estuvieron muy atentas y fue difícil la clase que les puse”.
Cabe mencionar que esta figura de renombre llegó a la ciudad respondiendo a una invitación de la Escuela Municipal de Danzas Clásicas y puso toda su experiencia al servicio de las alumnas.
Comienzos
Segni inició sus estudios de danza en Córdoba, con la profesora Genoveva Sagués y luego, ingresó al Ballet Oficial de esa provincia. Posteriormente, en Buenos Aires se unió al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, y al Teatro Argentino de La Plata. En 1970 ingresó al Ballet Estable del Teatro Colón y en 1977 fue nombrada primera bailarina.
Protagonizó Apollon y Las Sílfides junto a Rudolf Nureyev, en Buenos Aires y Río de Janeiro En 1983 elegida por Alexander Godunov para protagonizar «Carmen», y en 1984 bailó ese mismo ballet y Don Quijote en Buenos Aires, en el exterior, y en la TV Argentina.
Su carrera la ha colmado de satisfacciones, “pude bailar con Nureyev que para mí era el hito más grande que había en la danza, con Goudonov, ser maestra y acompañar por el mundo a Julio Bocca, soy una agradecida a mi profesión”.
En ese sentido puso de relieve el esfuerzo que realizó desde que llegó de Córdoba y continuaba tomando clases con su maestro cuando todos se iban, “me dediqué a mi carrera como una profesión”.
A pesar de ser una primera figura, en el 86 dejó el Teatro Colón y respecto a esa decisión afirmó que “cada momento tiene su felicidad y cuando uno tiene determinada edad cuesta mantenerse como primera bailarina”.
Viajes
Sin embargo su actividad es intensa, antes de llegar a Necochea estuvo dando clases y revisando un ballet en Asunción. Cuando regrese de Moscú va a dar clases y montar un ballet en el Teatro Argentino de La Plata. “Después me voy a Nueva York y de allí a Mendoza a poner El Quijote completo”.
Su agenda está cargada de compromisos que ella acepta con gusto, “siempre estoy montando un ballet y dando clases al mismo tiempo, a mí me gusta la producción hasta llegar a levantar el telón”.
Vale destacar que el año pasado puso en el Teatro del Bicentenario de San Juan el Cascanueces completo, en colaboración con el Teatro Colón de Buenos Aires que puso la escenografía y vestuario, “yo puse la coreografía y armamos una función especial”, evocó esta maestra que preparó exitosamente a Bocca y a Hernán Cornejo para el exigente certamen internacional de Moscú, que dirigió el Ballet Argentino, el del Argentino de La Plata y el del Colón; que fue maestra del cuerpo de baile del San Martín y que creó el Ballet Metropolitano, entre los hitos de su extensa trayectoria.
Nivel
Entre otras puso de relieve que en la Argentina hay mucho ballet, poniendo como ejemplo las puestas que realiza el Teatro de San Juan, “están haciendo temporada a nivel del Teatro Colón”, afirmó.
Por su parte, también destacó el nivel de las alumnas locales, “hay algunas con muy buenas posibilidades y hay que ayudarlas a que se vayan. Cuando uno es maestro hay que dejarlos ir, el arte es movilidad”, puntualizó.
En ese sentido, recordó a la primera bailarina Emilia Peredo Aguirre, “sus maestras chaqueñas en cierto modo me la depositaron para que la siguiera preparando y hoy tienen la satisfacción de verla bailar en el Colón”.
Para todo bailarín que ansía triunfar el Teatro Colón es un punto a alcanzar, “no todos llegan pero lo bueno es tener una meta y trabajar por ello, ir a concursos, o presentarse en danza libre”.
Por último, la maestra y coreógrafa agradeció la invitación que le efectuaron las profesoras de la Escuela Municipal de Arte y la ayuda que recibieron para que pudiera estar en nuestra ciudad.