Reforestan el Parque Miguel Lillo con más de 30 ejemplares de distintas especies
Organismos públicos y ONGs participaron de una jornada de plantación para recuperar sectores vacíos del emblemático bosque costero de Necochea
Con el objetivo de restaurar sectores degradados del Parque Miguel Lillo y sumar diversidad vegetal al ecosistema del bosque costero, se desarrolló una jornada de reforestación en la intersección de Av. 10 y 107. La iniciativa se enmarcó en la labor de la Mesa de Consenso del Parque Miguel Lillo, un espacio de trabajo intersectorial que nuclea a organismos estatales y organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la preservación de este importante pulmón verde de Necochea.
Durante la actividad se plantaron más de 30 ejemplares de distintas especies nativas y exóticas: 8 pinos pinaster, 8 cipreses, 5 ceibos, 3 catalpas, 3 salicáceas y varios fornios, cubriendo sectores donde se habían retirado ejemplares en mal estado o desaparecidos por causas naturales.

Julián Zugazúa, director de Guardaparques, explicó que el objetivo es restaurar espacios faltantes con ejemplares provistos por el Vivero Municipal, y destacó la importancia del trabajo articulado: “Hemos conformado esta mesa para definir acciones conjuntas entre organismos gubernamentales y ONGs, de forma de sostener en el tiempo distintas iniciativas vinculadas a la conservación”.
Desde la Dirección Forestal del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, Nicolás Archieri subrayó la necesidad de mantener estos espacios de diálogo para garantizar la preservación del parque, mientras que Nerio Bognanni, referente de una ONG que integra la Mesa de Consenso, celebró la continuidad del trabajo colectivo y apuntó a la necesidad de fortalecer la educación ambiental como parte de la estrategia a mediano plazo.

Por su parte, el ingeniero José Garcés, del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la Provincia, valoró el criterio de selección de las especies: “El parque es un organismo vivo, que debe enriquecerse y adaptarse en el tiempo. Incorporar diversidad lo fortalece y lo vuelve más resiliente”.
De la jornada participaron también las asociaciones “El Parque no se vende”, “Asociación para la Conservación del Parque Miguel Lillo” y el grupo “Ciudad Frutal”.
La actividad refuerza la idea de que el cuidado del Parque Miguel Lillo es una tarea colectiva y constante, y que su conservación requiere no solo del trabajo técnico, sino también del compromiso comunitario.
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