«Revientan» vidrios para robar, una modalidad en aumento
Ahora se registró un hecho en la costa de Quequén, a plena luz del día
Otro caso de rotura de cristales con objetivo de robo tuvo lugar, esta vez, en la localidad de Quequén.
El hecho generó indignación en el propietario del vehículo ya que ocurrió cuando corrían horas del mediodía del sábado y en un lugar con bastante tránsito de gente.
Se trató de un robo en la costa quequenense, en inmediaciones de La Hélice, a plena luz del día, cuando un hombre se dispuso a practicar surf y en su automóvil dejó la mochila con ropa y otras pertenencias, zapatillas y el teléfono celular.
Cuando volvió de pasar un tiempo montando olas, dispuesto a emprender el viaje de vuelta a su casa, se encontró con que le habían destrozado el vidrio del auto, lo habían abierto, y se habían llevado varios objetos materiales y documentación.
Según contó el damnificado a Ecos Diarios, al tener en cuenta que era de día, había varios autos alrededor, bastante movimiento de gente y que es una zona tranquila, no activó la alarma del vehículo, por lo que la misma nunca sonó.
Como agravante de la ingrata sorpresa, el automóvil solo cuenta con seguro contra terceros y, por lo tanto, la pareja que es dueña del mismo deberá pagar la rotura del cristal.
Según se supo por vecinos de la zona, hasta hace algunos meses este tipo de robos en este sector de Quequén era más frecuente porque los delincuentes se aprovechaban de los descuidos y la confianza de los surfistas y bañistas pero los casos habían parecido desaparecer hasta el pasado fin de semana, donde se conoció a una nueva víctima de robo.
De moda
Lamentablemente, estos casos en que delincuentes vigilan automóviles estacionados para ver cuál tiene algo de valor para sustraer del interior, es cada vez más común. De hecho, la pareja damnificada del último robo antes mencionado, contó que días atrás habían estado en un cumpleaños (en la zona de 71 y 20) y, cuando salió una de las invitadas, divisó a dos sujetos mirando para adentro de los autos de los otros invitados pero, al ver que alguien salió, continuaron su rumbo.
Una vez que logran divisar algo que les llame la atención, como un bolso, cartera, mochila, o incluso el mismo equipo de audio del automóvil, rompen el vidrio para llevarse todo lo que encuentran.
Días atrás, salió publicada en esta misma página otro caso similar al que se mencionó anteriormente, donde un hombre tuvo que costear los daños del vidrio roto de su camioneta Fiat y además perdió pertenencias que había dejado en el interior pero que no representaban un valor tan grande como el del cristal.
Hasta el momento, esta modalidad de robo se da mayormente en vehículos que están estacionados y sin gente a bordo, aunque estos últimos dos años también ha habido denuncias a delincuentes que revientan cristales sin importar si el propietario del automóvil está arriba, ya que usan el factor sorpresa.
En lugares más grandes y transitados, como Buenos Aires y La Plata, la modalidad de robo ha ido mutando y se han llegado a conocer varios casos en que se rompen con piedras y ladrillos los parabrisas de vehículos en movimiento para que se vean en la obligación de detenerse y ahí se procede al asalto.
Lógicamente, esta mutación de los “revienta vidrios”, como se los conoce comúnmente, es mucho más violenta, arriesgada y perjudicial para el conductor que también puede ocasionar un accidente de tránsito por el susto del momento.