Risas, lágrimas y recuerdos por los 50 años de egresados
Ayer al mediodía un grupo de exalumnos y docentes de la Escuela Nº 10 compartió un emotivo encuentro
Ayer al mediodía, un grupo de exalumnos y docentes de la Escuela Nº 10 “Dolores L. Rom” compartió un almuerzo en el que conmemoraron los 50 años de haber egresado. El encuentro, que tuvo lugar en una confitería de la Villa Díaz Vélez, significó un emotivo momento para los presentes, que rieron, lagrimearon de emoción e intercambiaron muchos recuerdos.
La reunión fue descripta por una de las exalumnas que participaron, María del Carmen Limbatto, como muy amena, ya que se generó por la “necesidad” que fue surgiendo por que se concrete el reencuentro entre compañeros y docentes. Aunque desafortunadamente no todas las docentes estuvieron, pudieron contactarse con tres de ellas luego de una dedicada búsqueda, que accedieron gustosas a la invitación. Limbatto mencionó que para ellos siguen siendo la Señorita Beba, la Señorita Pupé y la Señora de Gómez, como las recuerdan, pero sus nombres son: Edith Viggiani de Cepeda, Elba Esperanza Filgueiras de Capelli y Blanca Margarita de la Hoz de Gómez.
Alumnos
En cuanto a la forma en que pudieron juntarse, cada compañero que vivía en Necochea fue dando sus direcciones y teléfonos para entrecruzar datos. La mayoría estuvo presente, algunos no lo hicieron por problemas de salud y dos de ellos, que ya no están, fueron recordados a través de anécdotas y vivencias: Mónica Zapiain y Juan Carlos Erdocia. Limbatto indicó que ellos estuvieron en sus pensamientos y también formaron parte del encuentro.
En total, asistieron 19 alumnos, tres docentes y 7 parejas. Los alumnos son: Liliana Mabel Gopar, Stella Maris Dinaro, Rubén Fernández, Mario julio Correa, María del Carmen Limbatto, Humberto Mario Guariglia, Néstor Orlando Miranda, Irene del Rosario Merino, Gladys Elvira Peirano, Liliana Silvia Volpi, Zulema Nelly Gutierrez, Graciela Elizabeth Lúquez Gómez, Domingo Pedro Penovi, Gladiz Mabel Muñoz, Adriana Binkiewich, Susana Cazabat, Daniel Alberto Alvarez, Marcela Ana Balquin y Néstor Jorge Prieto.
Encuentro
El almuerzo se llevó a cabo en un local de otro exalumno de la escuela que lo abrió especialmente para la ocasión. Hubo risas, lágrimas, charlas extensas y muchos recuerdos de “esa infancia sana y feliz de vida en nuestro trayecto de la escuela primaria”, subrayó Limbatto.
Además, llevaron una caja grande, donde cada uno aportó fotos y se deleitaron mirándolas y descubriéndose hace años. Recordaron los juegos del patio: la payana, el elástico, las escondidas, la soga, el fideo fino, la rayuela, y sobre todo, una ronda que decía “al cigarrillo 43, el que se ríe se va al cuartel”, donde el que soltaba la risa perdía y tenía que abandonar la ronda.
Hoy, recordaron los alumnos que participaron, la escuela conserva sus pisos originales en gran parte, lo que les trae nostalgia al verlos.
Afloraron así, anécdotas, recuerdos y se homenajeó a los docentes presentes, agradeciéndoles por todo lo hecho para que llegaran a ser “gente de bien que en muchos casos aún vivimos en el barrio de Aguas Corrientes”, mencionó Limbatto, y dijo: “nos fuimos con una sonrisa, muchas fotos y la promesa de seguir juntándonos, ya no como alumnos, sino como hombres y mujeres que valoran la educación recibida y quieren disfrutar de estos momentos alegres y felices, revalorizando la amistad”.
Anécdotas que aún recuerdan
Una de las anécdotas que recordaron fue el hecho de que pasaron de quinto grado a séptimo porque hubo una reforma educativa que así lo avaló en 1968 y se puso en marcha en 1969, año del egreso del grupo.
Cabe mencionar que la Escuela 10, que está ubicada en la avenida 59 casi 86, en ese entonces era una escuela experimental de muy buen nivel educativo.
Recordaron, como expresó Limbatto, que “jugábamos al aire libre y éramos muy felices”. Asimismo, destacó que la escuela les brindó muchas oportunidades, como fue con la profesora Estala Marino de Rodera que los incursionó en la expresión corporal, musical y en el atletismo. Contó que iban en micro de línea al parque a practicar salto en largo y en alto, entre otras cosas.
Hablaron de los pic nics en la cancha de Rivadavia, que está contigua a la escuela. Y de lo que hacían debido a que no existían las fotocopias, ya que iban a la casa de Hilda Jáuregui para hacer copias para todos en mimeógrafo y esténcil.
También rememoraron cuando Elsa Bonaura dijo que había chicos que se dormían en clase por hambre. Por esto, junto a su marido y la cooperadora deciden construir un comedor escolar que hoy, 50 años después, sigue cumpliendo la función para la que fue creado.
Otro acontecimiento que recordaron fue el hecho de que los Bomberos reparaban el mástil del frente del edificio porque se trababa o cortaba la soga y como era tan alto no había escalera para llegar que no fuera la de los bomberos.
Los actos escolares, relataron, se hacían el día de la conmemoración, aunque fuera fin de semana; en época calurosa en el patio de atrás, sino adentro con un escenario, momento en el que se ofrecía una cascarilla con un pan de leche para la familia.