Saber elegir las batallas
Verónica Esteve, psicopedagoga, planteó que no siempre se debe enfrentar a los hijos e hijas
A veces los niños y niñas plantean situaciones difíciles que son complicadas de poder soportar por los padres, teniendo que tolerar ese instante, momento, en donde él está enfurecido y no resulta para nada fácil llegar con el mensaje.
Por eso la psicopedagoga Verónica Esteve recomendó que en estas circunstancias hay que saber elegir las batallas. “El niño no puede decidir cuándo sale de la bañadera, cuándo se cambia. Ahí sale el adulto, pero es el mismo que viene cansado de trabajar, que no llega a fin de mes, que está mal con la pareja, con mil cosas en la cabeza. Por eso cuando se está en el medio de un berrinche tiene que haber un adulto responsable que diga yo te entiendo que a vos la campera te aprieta, te incomoda, pero hace dos grados y la campera te la pones. Te va a costar, pero sí vos pones esa posición adulta del cuidado, él lo va a entender. No conozco a ningún chico que sí vos le explicas bien, a los ojos y en serio, no haga caso. Hay que elegir bien las batallas, porque sí él se quiere poner una remera y vos la otra. Y son más o menos similares dejalo, pero en otras cuestiones más importantes como ponerse el cinturón en el auto o cuando está en la bañadera y no quiere salir, hay que decir no y no engancharse. Plantearle qué lástima que estás enojado, yo también lo estaría, pero lo envolves con una toalla y lo sacas del agua”.
En síntesis, para quien estuvo en el programa radial se emite de lunes a viernes de 9 a 11 horas, por FM 97.9, “los hábitos y las rutinas están en todos los parámetros de la buena crianza. No es lo mismo un nene que no sabe cuándo se va a bañar, a la casa de quién va a ir, qué actividad va hacer. No podemos criar desde la culpa, tenemos que marcar límites, poder decir que no y también sí nos sentimos así abrazarlos, estar con él”
Reclamo de atención
En muchos casos las actitudes de los más chicos en una familia suelen ser a causa de los comportamientos de los mayores. El uso excesivo del celular, la dependencia del dispositivo en nuestras vidas, hace que estemos más en contacto con el mundo digital y poco con los nuestros. Allí comienzan las dificultades comunicacionales y tan importantes, entre padre e hijos: “Es muy importante para los chicos el regreso a casa, cuando vienen de la escuela. Por eso hay que sentarse con ellos, merendar, dejar el celular y preguntarles cómo les fue, y además poder darles un abrazo y decirles te extrañé. Por eso una de las cosas que les mal es que los padres estén con el celu, y el chico los esté llamando y no respondan a ese llamado. Ellos reclaman atención, por eso es la importancia de preguntarles qué hicieron en su día, en el cole, en las actividades extracurriculares”.
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