Sanar con la tierra y la potencia de la terapia hortícola
La especialista Gabriela Rodríguez estuvo en Desde Temprano
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
A través del contacto con la naturaleza y el trabajo con plantas, la terapeuta hortícola Gabriela Rodríguez promueve una forma de acompañamiento que apunta al bienestar físico, mental y emocional. En una entrevista en “Desde temprano” por Ecos Radio, la también acompañante terapéutica contó en qué consiste esta práctica en crecimiento en el país, y cómo intenta implementarla en Necochea a través de talleres abiertos a la comunidad.
“La terapia hortícola es una terapia complementaria al abordaje médico tradicional. Utiliza la jardinería y actividades de horticultura para el bienestar. Está demostrado que el contacto con la naturaleza tiene enormes beneficios para la salud mental, física y social”, explica Rodríguez.
Formada en la Asociación Argentina de Terapia Hortícola, Gabriela trabaja desde hace tiempo para acercar esta disciplina a más personas. Actualmente dicta talleres en El Caserón, en la esquina de calles 59 y 54, donde un grupo de mujeres se reúne semanalmente para reconectar con la tierra y con su sensibilidad. “Todas se acercaron con curiosidad y afinidad con las plantas, pero la idea es estimular esa sensibilidad que como sociedad fuimos perdiendo. Hay adolescentes que hoy no tienen ningún contacto con la naturaleza, y eso genera consecuencias que a veces no queremos ver”, advierte.
Bienestar verde
La terapeuta señala que tras la pandemia muchas personas buscaron espontáneamente reconectar con lo natural. “No fue casual que, apenas se pudo salir, en pleno junio, todos fuimos a caminar a la playa. El cuerpo pide naturaleza, aire libre, tierra”.
Durante la entrevista, Rodríguez destacó que el trabajo con plantas impacta en los sentidos, reduce el estrés y favorece la concentración. “Está demostrado que tocar tierra reduce el cortisol, y eso baja el estrés, que es causa de muchas enfermedades. Incluso mirar una foto de un paisaje relaja el cerebro”, contó.
La propuesta no requiere grandes extensiones de tierra: “Todos podemos tener un jardín en una maceta. Sembrar esperanza, paciencia, fe. Ver crecer una planta nos transforma. Cuando un árbol da su primer fruto, ya somos otras personas”, reflexionó.
Además, Gabriela propone pensar el vínculo con las plantas como una forma de educar en cuidado y responsabilidad. “Si cuidamos una planta, también aprendemos a cuidarnos. La tierra es nuestro dios principal, de ahí nace nuestra comida, nuestra medicina. Honrar los ciclos naturales también nos enseña a esperar y a caminar más lento”.
Entre las actividades que desarrolla con sus pacientes y participantes, se incluyen preparación de remedios herbales simples, infusiones con yuyos recolectados, estimulación sensorial con elementos naturales, y ejercicios de observación y escucha. Su objetivo es poder concretar un jardín terapéutico abierto para que otros profesionales puedan usarlo como espacio para sus propias terapias al aire libre.
Para Rodríguez, la terapia hortícola es para todos: “No hay que tener un diagnóstico de salud mental para necesitar esto. Todos tenemos estrés, todos estamos sobrepasados. Incluso los cuidadores necesitan espacios donde cuidar de sí mismos”.
Quienes quieran conocer su trabajo o sumarse a los talleres, pueden encontrarla en Instagram como @espacio.salvia.melchora. El nombre homenajea a su planta favorita y a su abuela, quien le transmitió el amor por la naturaleza.
"Somos naturaleza, y necesitamos volver a sentirnos parte de ella. Cuidarla es cuidarnos", concluyó la entrevistada.
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