El martes pasado no fue un día más para el gobierno nacional de Javier Milei. La marcha universitaria marcó el primer punto de inflexión en la gestión libertaria, que hasta hace poco menos de una semana parecía que nada de lo que pasara a su alrededor podía modificar su rumbo.
Como lo ha remarcado a lo largo de estos más de 100 días de gestión, Javier Milei tiene como principal objetivo el “déficit 0”. Sabe que esta decisión tendrá un costo político, pero no piensa renunciar a su convicción. O al menos, así lo fue hasta la semana pasada.
La “motosierra” y la “licuadora”, según los propios términos que utiliza el Jefe de Estado, comenzaron a funcionar a pleno desde el minuto cero de la gestión. El Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 es el claro ejemplo de esto.
El DNU derogó las leyes de alquileres, góndolas, compre nacional y abastecimiento, entre otras; y también buscó eliminar varios derechos laborales, capítulo que finalmente fue frenado por la Cámara Nacional del Trabajo.
El propio Milei fue quien anunció el decreto, planteado en su título como “Bases para la reconstrucción de la economía argentina. Declárase la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025”.
La primera respuesta a este proyecto fue dada por la Confederación General del Trabajo. A 45 días de haber asumido, el miércoles 24 de enero, la CGT, ambas CTA (Autónoma y de los Trabajadores) y movimientos sociales realizaron un paro general contra el presidente Javier Milei en protesta por la “Ley Ómnibus” y el mencionado Decreto de Necesidad y Urgencia.
La manifestación, que como habitualmente ocurre, fue masiva en Ciudad de Buenos Aires, no tuvo ningún acuse de recibo por parte del oficialismo más allá de los posteos desafiantes del propio presidente en sus redes sociales.
El discurso “anticasta” ya clásico en Milei fue suficiente para que gran parte de la sociedad hiciera caso omiso a los discursos planteados por los gremialistas y, en pocos días, el tema quedó olvidado. El fallo favorable por parte de la Justicia respecto al DNU 70 también le sirvió a la CGT para mantener un cierto equilibrio dentro de sus filas.
Un caso social
Pero en esta oportunidad, el gobierno no logró ver lo que iba a ocurrir. Desde el comienzo del año, representantes de las diversas universidades nacionales fueron anunciando que el recorte presupuestario traería serios inconvenientes al normal funcionamiento de las casas de estudios.
Al no haber habido un Presupuesto de Gastos y Recursos actualizados a la inflación registrada en todo el año anterior, el dinero que se les giró a las universidades en principio del año pasado, es prácticamente un tercio de lo que hoy necesitan para cubrir sus gastos diarios y de salarios.
Al igual que en los casos anteriores, el gobierno no se dio por aludido al respecto y Milei volvió a cargar contra la “casta”, en este caso la universitaria.
La manifestación del pasado martes logró lo que muchos otros sectores no pueden: unir a prácticamente todas las clases sociales, sin distinciones de partidos políticos o ideologías. Pero, además, tuvo otro efecto que pocos consideraron: las movilizaciones y marchas fueron muy amplias en prácticamente en todas las grandes ciudades del país.
Necochea, en este caso, no fue la excepción. Tal como reflejáramos en nuestro sitio web aquel día y luego plasmáramos en la edición papel del miércoles, una gran cantidad de vecinas y vecinos, algunos que poco tenían que ver con las universidades pero que salieron en defensa de un bien común, como es la educación pública, se movilizaron por el centro de la ciudad e hicieron escuchar el reclamo para con las políticas educacionales que La Libertad Avanza planteó en estos meses al frente del Estado nacional.
Las redes sociales del presidente, su discurso “anti casta” del que hablábamos más arriba y la aparición de algunos dirigentes políticos no tuvieron el efecto esperado por el propio Milei y el tema caló hondo no sólo en la sociedad, sino también puertas para adentro de la Casa Rosada.
Horas después de la marcha y movilización en defensa de la educación pública, varios rumores sobre renuncias y despidos de funcionarios fueron y vinieron por los pasillos de los medios de comunicación y las dependencias públicas. Pero finalmente sólo quedó en eso: rumores.
Sin embargo, el tema parece haber afectado, en parte, el pensamiento y la convicción libertaria de seguir con su plan frente a todo.
“El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”, decía Winston Churchill. Como marcábamos párrafos anteriores, el gobierno no logró predecir esta situación, pero sí tomó cartas en el asunto y el próximo martes, no será un día más en su gestión.
Es que ese día, volverán a verse las caras los funcionarios del Gobierno nacional y las autoridades del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que nuclea a los rectores de las universidades públicas.
La reunión fue convocada desde la Secretaría de Educación y, a diferencia de los encuentros anteriores, esta vez participará la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, cuya presencia habían pedido los rectores. También estará Carlos Torrendell, secretario de Educación.
El reclamo ya es conocido: mayor financiamiento y envío de dinero para poder sostener los gastos diarios de todas las universidades. Lo que resta saber es hasta qué punto el gobierno de Milei, en este caso en la palabra de Pettovello, está dispuesto a ceder en pos de evitar que el conflicto siga escalando.
Hay que tener en cuenta que el presidente utilizó la cadena nacional, un día antes de la marcha federal por la educación pública, para anunciar un superávit de 0,2 por ciento. Justamente, si el gobierno finalmente aprueba desembolsar el dinero que reclaman las universidades, el objetivo del déficit 0 que plantea Milei en cada charla o entrevista que realiza puede empezar a correr peligro.
Y también hay que recordar que el presidente anunció, un día después de la marcha, que “vamos a garantizar los fondos para las universidades y vamos a auditar cómo se utilizan”, buscando así mostrar reacción y, a la vez, volver al centro de la escena sobre el tema.
La movilización del martes encendió una alarma en el gobierno nacional… El próximo martes deberá empezar a desactivarla.
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