Responsabilidad vecinal: se agudiza mal estado en veredas
Un tramo de la avenida 59 es un lamentable muestrario. Baldosas rotas y desniveles que se transforman en obstáculos para los peatones
En más de una oportunidad las páginas de Ecos Diarios han reflejado el mal estado que presentan numerosas veredas de la ciudad, sobre todo en el sector céntrico, pero lejos de revertirse la situación claramente se agudiza y esta cuestión desnuda cierta falta de control por parte del municipio.
Baldosas rotas, cuyos restos nunca son retirados, faltante de las mismas en varios lugares y ondulaciones cada vez más pronunciadas que se producen por los efectos del crecimiento de las raíces de añejos árboles, se transforman en un suplicio para los peatones, en especial las personas mayores Y quienes se movilizan en sillas de rueda o con bastones. De allí que las caídas y accidentes de imprevistas consecuencias permanezcan latentes.
Una de las mayores anomalías, y visibles por el lugar en el que se encuentran son los destrozados tramos de aceras de la avenida 59, sobre todo las de numeración impar, en el recorrido delimitado por la avenida 42 y calle 56.
En tal espacio no hay cuadra en la que no estén rotas las veredas, y quienes deben transitarlas de noche, con una iluminación pública que se ve atenuada por árboles de copiosa cresta hacen que caminar por ellas sea una invitación a perder el equilibrio y caerse.

Reparaciones
En el paisaje céntrico también aparecen de vez en tanto sorpresas positivas en cuanto a reparaciones o, en el mejor de los casos, el recambio completo de veredas, como se ha observado en los últimos días frente a una vivienda de calle 63 entre 66 y 68.
Cierto es que en la actual circunstancia económica no muchos frentistas cuentan con los fondos como para afrontar los arreglos. Una situación entendible, aunque no tanto si se tiene en cuenta que la mayoría de las roturas datan de años. ¿Han sido emplazados por la Municipalidad? Una pregunta sin respuestas claras y una irregularidad que persiste por responsabilidad del vecino y quien debe controlar.
Está claro que la situación económica por la que pasa el país, con un alto porcentaje de ciudadanos con ingresos dentro de los márgenes de la pobreza, no es quizá el momento más propicio para exigir desde el Estado a los vecinos el tener una vereda en óptimas condiciones, pero se debería pensar en una estrategia y realizar un relevamiento de los lugares más dañados, tomando medidas según se considere en cada caso particular.
Tampoco ha surgido ninguna inquietud en este sentido de parte del Concejo Deliberante, que bien podría analizar el tema de la proliferación de veredas rotas en la comisión interna de Infraestructura.

Responsabilidad de los frentistas
Las ordenanzas vigentes sobre la cuestión, entre ellas la 4343, que data del año 2000, indica que los titulares del dominio, poseedores a título de dueños o responsables con las mismas obligaciones de bienes inmuebles, “deberán construir o reparar cercos, veredas y alambrados perimetrales”, debiendo efectuarse “por cuenta y cargo de los responsables legales del bien inmueble, así también como la limpieza y el desmalezamiento de los mismos”.
La normativa también establece que el Departamento Ejecutivo, intimará al titular a que dentro de los 30 días corridos de recibida la notificación, normalice la situación requerida o entregará la parcela a las empresas registradas para que realicen los trabajos necesarios, publicando en los medios gráficos, radiales y televisivos, a los titulares intimados, con nombre completo, número de parcela, etcétera.
Por otra parte, la ordenanza indica que una vez realizada la obra, la Municipalidad, entregará a la empresa toda la documentación, para que la misma inicie los trámites de cobro al titular por los trabajos realizados en los lotes baldíos que correspondan y de no realizarse el pago, se notificará al municipio, quien iniciará los trámites de cobro hasta su remate judicial.
Además, una ordenanza previa que data del año 2000 también da cuenta de que en todos los casos se deberá realizar desmonte y nivelación del sector de veredas con una pendiente máxima de 3% a contar desde el nivel de cordón y contrapiso.
Asimismo las veredas situadas en esquina deberán contemplar la accesibilidad de los discapacitados que se movilizan en sillas de ruedas, a través de la construcción de rampas de acuerdo a la legislación vigente.///
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